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Vivienda

Sobreprotección y autonomía

La gran mayoría de las personas con discapacidad intelectual vive en el entorno familiar, mientras que el acceso a modelos de vivienda independiente, como los pisos tutelados o propios, es muy limitado

Proyecto de vivienda de transición a la vida autónoma para personas con discapacidad Leticia Pérez/Ical

Aunque intentemos evitarla, en muchas ocasiones, es muy difícil combatir la sobreprotección con personas en situación de vulnerabilidad psicosocial. No obstante, a pesar de que esto es algo que siempre se hace desde la mejor de las intenciones, puede convertirse en un obstáculo para la autonomía de las personas con discapacidad. No podemos negar que, a lo largo del tiempo, la sociedad ha promovido una visión asistencialista que, en muchos casos, ha reforzado la dependencia de estas personas, en lugar de buscar las herramientas que fomenten una vida independiente en la vida y en el trabajo. Sin embargo, el derecho a la autonomía y la inclusión plena es fundamental para el bienestar y la dignidad de las personas con discapacidad, y trabajar en ellas es esencial.

Por suerte, existen entidades, programas y proyectos que trabajan incansablemente y de manera constante para que esto sea una realidad y para que todas aquellas personas con discapacidad o en situación de vulnerabilidad psicosocial puedan desarrollar su independencia en todos los sentidos, tanto personal como laboral. En este punto cabe destacar que, según un estudio llevado a cabo por la Fundación Alex Rivera junto a Fundación PwC, en España, cerca de 300.000 personas con discapacidad intelectual requieren apoyos personalizados para realizar las actividades cotidianas de la vida diaria. Además, el mismo estudio señala que la gran mayoría vive en el entorno familiar, mientras que el acceso a modelos de vivienda independiente, como los pisos tutelados o propios, es muy limitado. Como ellos mismos indican, esto se traduce en que la falta de alternativas y la escasez de recursos dificultan la plena inclusión y la transición hacia una vida más autónoma para muchas personas con discapacidad intelectual. En definitiva, el paso de la sobreprotección a la autonomía requiere un cambio de paradigma en la forma en que la sociedad percibe la discapacidad. Fomentar la independencia de las personas con discapacidad no solo mejora su calidad de vida, sino que también fortalece una sociedad más inclusiva y equitativa.

Moisés Redondo, Responsable de V.I. de la Fundación Juan XXIII