
Pensiones
Tres de cada cuatro jubilados rechaza compatibilizar trabajo y pensión
El 75% de los jubilados y el 62% de los trabajadores sénior en activo prefieren un retiro laboral completo y casi la mitad desearía jubilarse -o haberse jubilado- antes de los 65 años, según el V Barómetro del Consumidor Sénior de Fundación Mapfre

Los esfuerzos del Gobierno para demorar la edad de jubilación mejorando las condiciones de la jubilación parcial, activa y proponiendo la jubilación reversible no están dando sus frutos. Los sénior (mayores de 55 años) no quieren compatibilizar trabajo y pensión, prefieren que, alcanzada la edad de jubilación -o incluso antes-, su retiro laboral sea completo. Así lo revela el V Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, según el cual el 62% de los trabajadores sénior en activo no está favor de compatibilizar el trabajo y la pensión de jubilación y un 75% de los trabajadores jubilados también lo rechaza.
Pero no solo quieren jubilarse y cobrar su pensión íntegra llegado el momento, sino que casi la mitad sénior tienen como meta ideal retirarse antes de los 65 años. En concreto, a un 44% de los trabajadores sénior en activo encuestados por Mapfre les gustaría jubilarse con menos de 65 años, a un 40% con 65 años y a un 15% con más de 65 años, aunque estiman que la edad media a la que se jubilarán rondará los 66,3 años. Este rechazo a demorar la jubilación pone de relieve la falta de mejoras en las condiciones y en los incentivos para que la opción de prolongar la vida laboral sea vista como una opción cada vez más atractiva en lugar de como una carga.
En cuanto a los entrevistados ya jubilados, la dinámica es similar. Al 46% le hubiera gustado jubilarse con menos de 65 años, que se une a otro 39% que hubiera preferido dejar de trabajar justo con esa edad. Solo un 15% reconoce que le hubiera gustado jubilarse más allá de los 65 años, lo que, según Mapfre, sugiere que "una parte de las salidas del mercado laboral no responden al deseo personal, sino a barreras estructurales. Asimismo, en opinión de Mapfre, que un 25% de los ya jubilados y un 38% de los sénior en activo aseguren que les gustaría trabajar y cobrar la pensión a la vez es un reflejo de predisposición creciente hacia modelos más flexibles como la jubilación parcial, la jubilación activa o la recién anunciada jubilación reversible.
Por otro lado, el 32% de las personas entre 55 y 59 años afirman haberse sentido discriminados en algún momento por su edad al intentar acceder a un empleo, así como a servicios de atención sanitaria y a productos bancarios. Este porcentaje se reduce al 23% en la franja de 60 a 64 años, pero siguen siendo significativo. Esta situación de edadismo continúa siendo uno de los grandes frenos para normalizar e incrementar la presencia sénior en algunos ámbitos sociales y laborales.
Desde el 1 de abril de 2025, han entrado en vigor importantes reformas en el sistema de pensiones español, centradas en flexibilizar el acceso a la jubilación parcial y activa. En la jubilación parcial, se amplía el adelanto hasta tres años antes de la edad legal, se reduce la jornada de forma más gradual y se refuerza la estabilidad del contrato de relevo, permitiendo además que fijos discontinuos participen como relevistas. En cuanto a la jubilación activa, ya no es necesario haber cotizado toda la vida laboral para compatibilizar trabajo y pensión, y se introduce una escala progresiva que permite cobrar hasta el 100 % de la pensión tras cinco años trabajando. Asimismo, a inicios de julio, el Gobierno anunció que ya trabaja en una modelo de "jubilación reversible" para facilitar que los pensionistas puedan reincorporarse al mercado de trabajo tras haberse jubilado. La Seguridad Social rebautizará la fórmula ya existente de jubilación flexible, en su opinión, "muy restrictiva" y "muy poco atractiva", introduciendo nuevos incentivos.
“Las nuevas políticas y recomendaciones deben ir acompañadas de un cambio cultural profundo en las empresas y en la sociedad”, afirma el director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, Juan Fernández Palacios, quien considera que “esto es clave para que España no pierda tracción económica por el cambio demográfico que estamos viviendo. No podemos permitirnos desaprovechar el talento de las personas mayores de 55 años, y para ello es clave crear entornos de trabajo más flexibles, sin prejuicios y con posibilidades reales de desarrollo profesional; aspectos clave para convertir el envejecimiento en una palanca de crecimiento económico y bienestar social”.
En este sentido, el último informe Perspectivas de Empleo para 2025 de la OCDE anima a España a movilizar el talento desempleado de mayor edad (más de 530.000 personas mayores de 55 años en paro a cierre de junio de 2025, según el INE) y a reducir drásticamente las jubilaciones anticipadas. Según calcula la OCDE, aprovechar esta oportunidad podría suponer una ganancia de 0,26 puntos porcentuales del PIB, suficiente para contrarrestar la caída estimada por la progresiva pérdida de mano de obra. Actualmente en España hay más de 5 millones de sénior activos, un 4,6% más que en 2023 y un 63% más que en 2014.
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