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Agricultura

Tres meses acunando a la fresa

Más de 7.000 hectáreas de fresas han sido plantadas hasta esta semana en la provincia de Huelva, la principal productora de España

Más de 7.000 hectáreas de fresas han sido plantadas hasta esta semana en la provincia de Huelva, la principal productora de España. Unas plantas que ahora serán mimadas durante casi tres meses para comenzar la producción intensiva cuando lleguen los primeros días febrero.

Una labor que pone sobre la mesa el dicho de que "el agricultor no duerme", ya que los freseros no se dedican a ver crecer las plantas desde que son colocadas en el suelo y crecen los primeros frutos, sino que tienen que dedicarles mimos constantes durante su crecimiento y mantener una constante observación del cielo para prever cualquier problema que pueda llegar.

Por eso, los freseros son a la vez técnicos en riego, bacteriólogos o meteorólogos, como explica a Efe Manuel Rincón, agricultor fresero que lleva varios años ya cultivando lo que en tiempos se denominó "oro rojo", y que ahora lleva varias campañas cubriendo solo algunos de los costes que supone para el agricultor su plantación.

Inicialmente, para los agricultores "sería ideal que lloviese, sin fuerza, durante la fase del crecimiento, y que el calor moderado apareciese a la hora de la recogida", aunque conseguir esto es más que complicado, de modo que cada año hay que pelear contra los elementos, durante el crecimiento y la recogida.

Que llueva durante la plantación es difícil, porque se inicia con los últimos rescoldos del verano, pero en la recogida -de febrero a mayo- la lluvia puede aparecer en cualquier momento, "y la fresa es muy puntual, no espera, y cuando está en su punto hay que recogerla, pase lo que pase".

Afortunadamente, en la provincia de Huelva es muy extraño que el termómetro baje de -12 grados centígrados, que se considera letal para la fresa, mientras que se entendería como un día ideal aquel en el que la temperatura nocturna no baje de 10 grados, y la diurna no suba de 22.

No obstante, algunos expertos defienden que el frío tiene que ser aprovechado también para las fresas, como la profesora de la Universidad de Huelva Fátima Martínez, que ha realizado un estudio que le ha permitido constatar los beneficios que, para el cultivo de la fresa, tienen las bajas temperaturas.

El estudio, que ha realizado con colegas de la Universidad de Oviedo, incide incluso en que un alto grado de humedad relativa puede aumentar la calidad del fruto, lo que se ha hecho tomando como base la variedad 'Camarosa', que sigue siendo una de las más cultivadas en los campos onubenses.

De todas formas, con calor, frío o lluvia, los años de producción han ido educando a los freseros, que han aprendido a aprovechar todo, incluso la fruta a la que la humedad ataca y pierde su buen aspecto, que va a parar a usos como mermeladas o purés, y que en buena parte deja ya su beneficio en la provincia onubense, mediante iniciativas como la de Hudisa, una factoría creada por los agricultores para que se quede en Huelva el mayor producto interior bruto posible de sus fresas.

Hasta hace poco, esa era una producción "perdida", que había que enviar a factorías de muchos puntos de España, pero la unión de 19 empresas hizo que se pudiese poner en marcha esta empresa, que cada año comercializa unas 50.000 toneladas de producto transformado de fresas con destinos a yogur o mermelada, mediante la implantación desde el 2004 de esta factoría.

Con todo, la colocación de las plantas en los surcos de tierra ha terminado esta semana, y ahora comienza el proceso de la colocación de los plásticos que cubrirán las plantaciones durante unos tres meses, hasta que los primeros rayos de sol de la incipiente primavera hagan que los jornaleros comiencen a coger las primeras frutas y éstas comiencen a llevar de nuevo el nombre de Huelva por todos los rincones de Europa.