Banca

UBS presenta una oferta de 930 millones para salvar a Credit Suisse de la quiebra

Las autoridades suizas cerrar ya la operación, pero el gigante bancaria exige seguridad jurídica para evitar y garantías de que no asumirá reclamaciones

La expectación sobre la posible compra de Credit Suisse por su principal rival suizo, el banco UBS, quedó hoy definitivamente confirmada, aunque no es la esperada por los analistas. UBS ha ofrecido una oferta a la baja de 1.000 millones de dólares (930 millones de euros) para salvar de la quiebra a su máximo competidor, según afirma el periòdico económico Financial Times, con lo pagaría un precio 0,25 francos suizos por acción, un 83% por debajo de los 1,86 francos con los que cerró su capitalización bursátil el viernes pasado. Es una primera aproximación alentada por las autoridades suizas, que quieren cerrar la operación de inmediato, pero las reticencias de UBS, que tiene dudas sobre la base legal de la operación, por lo que quiere asegurarse que quedará al margen de posibles reclamaciones e intervenciones regulatorias.

Un antiguo responsable del regulador financiero Finma, citado por la televisión suiza RTS, ha asegurado que una fusión entre UBS y Credit Suisse no sería posible de acuerdo a las normativas nacionales sobre competencia, dada la posición dominante de ambos en el sector bancario helvético. Por eso, y según fuentes financieras, UBS está estudiando al detalle todas las repercusiones de la operación, incluida la consulta obligada a los accionistas, en un plazo no mayor de seis semanas, para que den su visto bueno a la adquisición. Un trámite que retrasaría el proceso, algo que Credit Suisse no se puede permitir.

Por ello, la entidad compradora ha pedido al Gobierno suizo garantías de que una adquisición parcial o completa de su rival no le causará problemas jurídicos o pérdidas. Estas informaciones barajan la posibilidad de que UBS asuma las actividades de gestión de fortunas y activos de su rival, mientras que vendería la banca de negocios. La agencia económica suiza AWP afirmó que tanto el Banco Nacional de Suiza (BNS) como la comisión reguladora del mercado de valores (Finma) admiten abiertamente que la compra de Credit Suisse por UBS es la única solución para evitar el colapso del banco de las dos velas.

Envuelto en graves problemas financieros y de imagen, el banco Credit Suisse sufrió una caída del 24 % en la bolsa de Zúrich el pasado miércoles, después de que su principal accionista desde 2022, el Banco Nacional Saudí, asegurara que no iba a invertir más en la entidad suiza para sanear sus maltrechas cuentas. Para calmar al mercado, el Banco Nacional Suizo anunció horas después de ese desplome bursátil un préstamo de 50.000 millones de francos (50.500 millones de euros, 54.000 dólares) a Credit Suisse, lo que permitió que la entidad se recuperara un 19% en la Bolsa de Zúrich el jueves, pero el viernes las dudas de los accionistas regresaron y las participaciones cayeron nuevamente un 8%.

Lo que queda completamente descartado es la opción de que la entidad acabe en mano del fondo de inversión estadounidense BlackRock, que posee un 4% de las acciones del banco suizo y que ha negado tal posibilidad. El mayor fondo de inversión del mundo negó estar preparando su adquisición. "BlackRock no está participando en ningún plan para adquirir todo o parte de Credit Suisse y no tiene interés en hacerlo", confirmó un portavoz de la firma con sede en Nueva York.

Credit Suisse, fundada en 1856, encadena dos años de pérdidas millonarias: en 2021 fueron de 1.572 millones de francos suizos (1.600 millones de euros, 1.690 millones de dólares), y en 2022 casi se quintuplicaron, hasta los 7.293 millones de francos (7.400 millones de euros, 7.800 millones de dólares). Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas y la desconfianza de los inversores destaca su exposición a firmas de riesgo que colapsaron en ejercicios anteriores, como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill. A los problemas financieros se suman muchos otros en torno a la reputación del banco, con varias dimisiones de sus directivos inmersos en distintos escándalos, que han causado una amplia remodelación de la directiva en los últimos años.