EPA

Unos datos poco estimulantes

La Razón
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Tradicionalmente, esta primera Encuesta de Población Activa (EPA) del año, junto con la del cuarto trimestre, suelen arrojar los peores datos para el empleo y este año , desgraciadamente, los datos no han sido mejores.

En general, y teniendo en cuenta que el efecto de la Semana Santa ha tenido mucha repercusión en esta encuesta -al recaer íntegramente en el mes de marzo-, son datos realmente mejorables.

Observamos cómo el número de parados ha subido en 24.400 personas (el peor dato desde el año 2013), si bien, se destruyeron 124.000 puestos de trabajo, quedando el número total de desempleados en 3.796.000 y el número de ocupados prácticamente en 18.9 millones, lo que supone una tasa de desempleo del 16,74%.

Por sectores, el paro ha aumento en todos los sectores de actividad, excepto en construcción y en agricultura, siendo como suele ser habitual, el sector servicios el que más empleo ha destruido con más de 110.000 mil puestos de trabajo perdidos a pesar de la Semana Santa. También es importante destacar la pérdida de casi 35.000 empleos en la industria, sector con capacidad para crear empleos más estables y de mayor calidad.

En esta EPA, salvo la bajada del paro juvenil y la mejora en los desempleados de larga duración, hay pocos aspectos positivos a destacar. Desgraciadamente, los negativos son muchos y variados, pero vamos a señalar:

Una vez más, la caída de la población activa es noticia (compuesta por todos los habitantes en edad laboral que o bien trabaja en un empleo remunerado o bien se halla en plena búsqueda de empleo); en este trimestre, se ha reducido en casi 95.000 efectivos, dejando en 22.670.000 el número de activos. Esto ha supuesto que la tasa de actividad (índice que mide el nivel de actividad en el empleo de un país; se calcula como el cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar o mayor de 16 años) baje al 58,4%, el nivel más bajo de los últimos 12 años. Es un tema muy preocupante que si no se corrige con el tiempo puede tener un gran impacto es nuestro estado de bienestar; un tema que si se mantiene en el tiempo deberemos analizar por el impacto que puede tener sobre nuestra economía, en términos de crecimiento económico, envejecimiento de la población, etc. En este punto debemos afrontar grandes retos: vuelta de inmigrantes para que nuestro modelo social sea sostenible, envejecimiento de la población, desánimo, fundamentalmente de jóvenes y mayores de 45 años para buscar empleo fruto fundamentalmente de la falta de expectativas, etc.

Por otro lado, y de acuerdo con los datos conocidos, observamos algunos que son muy relevantes para la calidad del empleo. Se han destruido en este trimestre 133.000 empleos a tiempo completo y los empleos a tiempo parcial han subido en casi 9.000 contratos. En este punto, vemos cómo la calidad del empleo sigue cayendo en picado, los contratos a tiempo parcial afectan a 1,7 millones de personas, en su mayoría mujeres, que en realidad desean un contrato a tiempo completo y que su nivel retributivo suele estar, habitualmente, por debajo de la media.

Además, y a modo de resumen de los aspectos negativos, ha subido en más de 31.000 el número de hogares con todos sus miembros en desempleo, ha subido casi un 4% el número de desempleados mayores de 55 años y hemos perdido más de 72.000 activos menores de 25 años.

Sin duda, han sido unos datos mucho peor de lo esperado. Con los niveles de crecimiento económico que estamos manteniendo, con una Semana Santa que recayó casi íntegramente en el mes de marzo, con unos tipos de interés bajos, con una energía todavía a un precio sostenible, ... los datos deberían haber sido mucho mejores.

No debemos olvidar que todavía tenemos 3,8 millones de desempleados, y que corremos el riesgo de que el periodo expansivo que estamos viviendo se agote, con un nivel de desempleo cercano al 17% y que nos quedemos sin capacidad de reacción. Debemos apostar por mejorar de forma inmediata las políticas activas de empleo, especialmente con jóvenes y parados de larga duración e invertir en sectores que equilibren la estacionalidad del sector servicios y ayuden que la estabilidad se instaure en nuestro mercado de trabajo.