¿Y ahora qué?

Una vez anulada la subasta Cesur del pasado día 19, se plantean dos cuestiones: qué decisión tomará el Gobierno para fijar la tarifa para el próximo trimestre y qué consecuencias tendrá todo esto en el mercado eléctrico.

El informe de la CNMC se refiere a circunstancias que, si bien las califica de «atípicas», reconoce que se han dado en ocasiones anteriores. Si las circunstancias que se citan eran conocidas en las semanas o en los días anteriores a la subasta, afirmar a posteriori que el escenario de generación de diciembre no puede extrapolarse al próximo trimestre parece presumir un comportamiento ignorante de los operadores, que se mueven en entornos sofisticados y conocen perfectamente los factores estacionales de estos mercados. La cuestión es si sólo podrán celebrarse subastas cuando en las semanas previas los precios sean bajos, y a juicio de quién.

El RD 1659/2009 prevé que el Gobierno pueda convocar otra subasta en fecha próxima, pero no parece deducirse esto de las palabras de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, del viernes. ¿Se está pensando en un procedimiento distinto para esta ocasión, o en uno definitivo? Si fuera lo segundo, chocaría con las indicaciones dadas con anterioridad de que la revisión del diseño del mercado mayorista se haría una vez aprobada la Ley del Sector Eléctrico (precisamente el pasado jueves), por su complejidad y porque su análisis está aún poco maduro a escala europea. Por otra parte, no parece muy recomendable legislar en caliente. No se ha hecho en otras cuestiones de mucho mayor calado político. ¿Por qué habría de hacerse en este caso?

En cuanto a las consecuencias, cabe esperar una pérdida de interés de operadores e inversores en el mercado eléctrico español. Después del efecto llamada de hace unos años, que atrajo a inversores de todo el mundo, corremos el riesgo de una estampida.