Editoriales

La economía busca algo más que guiños

La subida del SMI puede contentar a Podemos, pero no dejar de ser simbólica

La subida entre 15 y 20 euros mensuales del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que ayer anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante una nutrida representación de los principales actores económicos de España, no influirá demasiado en el proceso de recuperación, aunque, sin duda, servirá para desactivar uno de los reclamos de la izquierda radical que, junto con las políticas de vivienda, más tensionan internamente a la coalición gubernamental. Por supuesto, hubiera sido deseable un acuerdo entre La Moncloa y los agentes sociales que abordara a medio y largo plazo las políticas salariales, sobre todo, en un momento de tensión de los precios por las alzas de los combustibles de automoción y de la generación eléctrica, que han propiciado un repunte inédito en la última década de la inflación, pero no vamos a pecar de angelismos en un asunto que divide profundamente a la patronal y a los sindicatos, con argumentos perfectamente atendibles por ambas partes.

En cualquier caso, la economía española necesita algo más que guiños políticos para afrontar con éxito la salida de la crisis pándemica y, en este sentido, hay que reconocer que la intervención del presidente del Gobierno, centrada en las estrategias de reconstrucción, sugieren un cambio de prioridades que es preciso destacar. Señaladamente, a nuestro juicio, la ausencia en sus últimas intervenciones del recurrente asunto de la crisis nacionalista en Cataluña. Tanto en el cierre del curso político en julio, como en el discurso de apertura de ayer, la cuestión catalana parece haber perdido su carácter de factor condicionante de la política gubernamental, y ello, a pesar del inmediato calendario de reuniones con la Generalitat de este mes de septiembre y de que ERC tiene que ser uno de los interlocutores determinantes para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), cuyo plazo de presentación al Congreso vence a primeros de octubre.

No cabe duda de que la piedra de toque de la recuperación estará en la definición de la política presupuestaria que, de mantenerse en las líneas adelantadas, con fuertes incrementos de la recaudación fiscal, corre el riesgo de convertirse en un freno al crecimiento mucho más significativo que cualquier modificación del SMI. La economía española, que, en efecto, vuelve a crecer, está aún lejos de los niveles que tenía antes de la pandemia y necesita estímulos y no cargas.