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Un Gobierno a la medida de Sarkozy

La Razón
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Tras cinco meses deshojando la margarita de un cambio de Gobierno, finalmente Nicolas Sarkozy ha presentado un Ejecutivo de fieles para el año y medio que le resta de mandato presidencial. Aunque el presidente francés no revelerá hasta el próximo otoño si aspira a la reelección, pocos son los que dudan de que Sarkozy volverá a ser candidato en las elecciones de mayo de 2012.

Con unos niveles de popularidad históricamente bajos (un 30%), el presidente de la República francesa se ha visto obligado a dar un giro de timón para recuperar la iniciativa. El malestar en la calle por su reforma de las pensiones ha desgastado a un presidente empeñado en llegar hasta el final con sus reformas.

De se celebrarse hoy elecciones, Sarkozy perdería en la segunda vuelta frente a la socialista Martine Aubry por 49% contra 51%. En cambio, su primer ministro, François Fillon, se impondría a la izquierda por la misma diferencia de dos puntos. Tal vez por eso, el líder francés no ha querido deshacerse de su primer ministro, al que en el pasado despreció públicamente llamándolo "colaborador". La imagen discreta y trabajadora de Fillon parece agradar más a los franceses, hartos ya del protagonismo y arrogancia de su "hiperpresidente".

Del nuevo Gobierno, reducido de 38 a 30 miembros, caen los liberales molestos como el titular de Medio Ambiente Jean-Louis Barloo, que aspiraba a sustituir a Fillon en Matignon, y el socialista Bernard Kouchner, con cuya salida del Ministerio de Exteriores se acaba con la cacareada apertura a la izquierda de los primeros pasos del "sarkozyismo".

Michelle Alliot Marie (Asuntos Exteriores) y el ex primer ministro Alain Juppé (Defensa) se convierten en los pesos pesados de un Gobierno conservador que tratará de facilitar la reelección de su jefe en 2012. Mientras, Fillon se perfila como un valor en reserva para las presidenciales de 2017 si la derecha pierde el poder.