Elecciones 24-M
La abstención del elector del PP, clave en los resultados
Los votantes populares que no han participado superan en número a los nuevos votantes o a los votantes intermitentes que en 2011 no votaron y sí han participado en la jornada del 24-M. Este electorado popular que se ha abstenido ha sido el responsable de las pérdidas de las mayorías absolutas populares. El Partido Popular tiene seis meses para intentar ganarse la confianza de los que hoy le han retirado el voto. Las elecciones generales de otoño no se podrán ganar con mayoría absoluta si persiste esta conducta abstencionista de un sector importante de los votantes populares.
La caída de la participación ha perjudicado especialmente al Partido Popular, la abstención de una parte del electorado popular arrastra hacia abajo el porcentaje de participación. Es la tónica general en la mayoría de las comunidades autónomas, mientras que las dos en donde sube la participación la movilización de Podemos en ambas regiones ha compensado la desmotivación de los votantes populares que han decidido no acudir a votar.
Aun con datos provisionales podemos identificar las comunidades autónomas en donde más ha subido la abstención; Asturias, Cantabria y Castilla-La Mancha con 4,8; 4,6 y 4,5 puntos menos de participación. En Extremadura la abstención repunta 3,8 puntos, Les siguen Canarias y Región de Murcia, con un descenso en la participación 3,0 puntos, respectivamente. En Castilla y León la bajada de la participación es de 2.0 puntos, en La Rioja de 1.5, en Baleares de 1,2 puntos y en Aragón de 1,1 puntos.
En las elecciones autonómicas de 2011 la participación media fue del 69,8%. Este nivel alto de participación facilitó que el PP obtuviese mayoría absoluta en 8 de las 13 comunidades autónomas en donde se celebraron comicios coincidiendo con la convocatoria municipal. En otras tres no obtuvo mayoría absoluta pero fue la fuerza más votada y en dos de ellas, Extremadura y Aragón, accedió mediante pactos a la presidencia de la región. En Canarias, a pesar de ser la candidatura más votada, un pacto entre CC y PSOE evitó que el PP accediera a la presidencia. Mientras que tan solo en dos no fue la fuerza más votada, Asturias y Navarra.
Ahora la participación media ha sido del 67,5%, por lo que está 2,3 puntos por debajo de 2011. En nueve comunidades autónomas la participación del 24-M ha estado por encima de la media, incluso en la Comunidad Foral de Navarra y en la Comunidad de Madrid se ha superado el porcentaje de 2011, mientras que cuatro han quedado por debajo del promedio; Región de Murcia, Islas Baleares, Canarias y Principado de Asturias.
En 2011, Castilla-La Mancha, Extremadura, Cantabria, La Rioja, Comunidad Valenciana y Castilla y León, la participación superó la media del 69,8%, y en todas y cada una de ellas el vencedor en las elecciones fue el Partido Popular.
Las que registraron menor participación fueron las dos comunidad autónomas insulares, Canarias y Baleares con un 63,2% y 59,9%, respectivamente. Nuevamente se colocan también en 2015 en los últimos puestos en participación, con el 60,2% y 58,7%, respectivamente.
- Abstención municipal
A pesar de que los ciudadanos valoran a su ayuntamiento como la institución más cercana, dan más importancia a las elecciones generales, por lo que el diferencial de participación entre este tipo de elecciones se de varios puntos a favor de los comicios generales,
En las elecciones municipales del 24-M la abstención ha sido del 35,1%, por lo que ha quedado 0,7 puntos por encima de la media de las diez elecciones locales habidas desde 1979, ya que la media de la serie histórica del 1979 a 2015 ha sido del 34,4%, También ha sido la quinta más elevada.
Las mayores tasas de abstención se registraron en los años 1979 y 1991, con un 37,5% y un 37,2%, respectivamente, y las menores en los años 1987 y 1995, con un 30,6% y un 30,1%, respectivamente. Mientras que las elecciones que registraron una abstención más próxima a la media fueron los comicios de 1983 y 2011, con el 34,9% y 33,8%, respectivamente. Por lo tanto la abstención a lo largo de este periodo se ha mostrado muy irregular, y condiciona por el escenario político nacional, como quedó patente en las últimas elecciones municipales en las que se votó de modo semejante a las elecciones generales que les siguieron seis meses después.
En España la media de abstención en una elecciones generales, considerando las once convocatorias desde 1977, es del 26,5%, lo que supone 7,9 puntos más de participación que en las elecciones municipales.
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