Elecciones 24-M
Rajoy busca el efecto Cameron: movilizar el 18,5% de voto oculto
El CIS refleja que un 18,5 por ciento de los votantes del PP no reconoce que le apoyará
Dos millones de votantes del PP en 2011 esconden su voto al CIS. El Gobierno pone como ejemplo el fracaso de las encuestas en Reino Unido. Cree que mejorarán el resultado y que Ciudadanos caerá como Podemos
El Gobierno cree que aquí en España puede ocurrir como ha sucedido en Reino Unido, y que las urnas también hagan saltar por los aires los pronósticos de las encuestas que no les son favorables. Por eso, defienden que hay que valorar con mucha «prudencia» esos sondeos, también el que el jueves publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), del mes de abril, y que sitúa al PP en casi empate técnico con el PSOE. Este estudio pronostica una caída de Podemos, la subida de Ciudadanos y un reparto de votos entre los dos principales partidos que no alcanza el 50 por ciento. Así como también la pérdida por parte del PP de casi todas las mayorías absolutas que hoy ostenta a nivel autonómico.
Sin embargo, en Moncloa confían en que en España pueda suceder algo parecido a lo que ha ocurrido en el Reino Unido. Las diferencias entre el modelo electoral son sustanciales, pero allí las encuestas también pronosticaban casi un empate técnico entre conservadores y laboristas. Y las urnas han desmentido finalmente todos los sondeos para conceder al líder conservador, David Cameron, una mayoría absoluta que le permite revalidar su mandato.
Desde el Ejecutivo advierten de que el clima político en el Reino Unido era bastante parecido al que hoy existe en España. El debate de la campaña británica ha girado sobre la supuesta crisis del bipartidismo, la de- safección de la ciudadanía hacia los políticos y la posibilidad de que de las urnas saliese un Gobierno en minoría y que dejasen una inestabilidad que obligase a convocar de nuevo elecciones. Pero ninguno de esos pronósticos, que van en la línea de algunos de los que aquí se hacen, se ha cumplido. Y Cameron ha ganado las elecciones impulsado por la buena situación económica, el empleo y los resultados de su política de austeridad, defienden desde Moncloa.
El Gobierno cree que tiene razones para mirarse en el espejo británico y para confiar en que las encuestas sean desmentidas en las urnas, especialmente en las generales, para las que les queda más tiempo para poder rentabilizar la recuperación económica. También prevén que el voto oculto juegue a su favor. En el barómetro del CIS de abril, el porcentaje de indecisos es del 19,8 por ciento, que sobre un censo electoral de 36,3 millones de votantes, son 7,2 millones de electores que no manifiestan en la encuesta su intención de voto hacia ningún partido. Con respecto al voto oculto del PP, en el CIS el 24,36 por ciento de los encuestados afirma que votó al PP, cuando en realidad al PP le votó el 30,37 por ciento del censo. La diferencia es de 6,01 puntos porcentuales. Esto significa que un 18,25 por ciento de votantes del PP de 2011 oculta su voto. El sondeo del CIS deja fuera a 2 millones de votantes del partido del Gobierno.
Pero es que, además de tener en cuenta esta letra pequeña del barómetro, el Gobierno valora en este análisis más optimista la volatilidad de los estados de opinión del electorado. El hecho de que las encuestas cambien de semana en semana y que hagan saltar por el aire los pronósticos «obliga a que todos los datos se pongan en cuarentena». El ejemplo que citan es la caída que ha experimentado en tres meses Podemos, según la diferencia que señala el barómetro del CIS de enero y el de abril. Y si esto ha ocurrido con el partido de Pablo Iglesias en tan poco tiempo, formación que hace muy poco ocupaba los titulares por romper todas las expectativas y aparecer como primera en intención de voto, “¿por qué no puede sucederle lo mismo a Ciudadanos?”, advierten en el Ejecutivo.
Ayer, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, apeló precisamente a la prudencia cuando se le preguntó por su valoración del último CIS. «Hay escenarios tan cambiantes y novedosos que es muy difícil acertar en las interpretaciones. Lo importante es lo que digan las urnas», defendió. Precisó, en ese sentido, que no hay precedentes para valorar la evolución de tableros políticos como el actual, en el que han irrumpido dos nuevos partidos que pueden condicionar la política de pactos y «no hay serie histórica a la que atenerse». «Por eso se impone la prudencia», apostilló.
MÁS DE 800 ABANICOS DE ESPAÑA Y CATALUÑA
Unas 800 sillas se llenaron ayer en el pabellón municipal del Serrallo en Tarragona. Banderas de España y del PP inundaban el recinto junto con los abanicos de cartón con la bandera española y catalana. Al comienzo del acto se exhibió un vídeo narrado por una joven: «Son tiempos difíciles, pero yo creo en vosotros». El vídeo intercala las tres palabras clave de la campaña: trabajar, hacer, crecer. Un gran mapa de España se tintó de los colores de las banderas autonómicas y recordaron que aún «falta mucho por hacer».
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