Cataluña

Mas se queda a la cola en los días clave para ser president

Los mejores resultados de ERC abren la incógnita de si Junqueras mantendrá la unidad de JxS y si la CUP dará la puntilla al ex president

Artur Mas espera su turno para depositar el voto en un colegio de Barcelona detrás de su esposa, Helena Rakosnik
Artur Mas espera su turno para depositar el voto en un colegio de Barcelona detrás de su esposa, Helena Rakosniklarazon

Los mejores resultados de ERC abren la incógnita de si Junqueras mantendrá la unidad de JxS y si la CUP dará la puntilla al ex president

El independentismo se ha vuelto a dar de bruces. Elección tras elección, pierde fuelle. Los independentistas de Mas y Junqueras obtienen 17 diputados. Los constitucionalistas 18 diputados y Podemos, junto con Ada Colau –con su oferta de referéndum–, gana las elecciones con 12 escaños. La vía independentista de la secesión se queda sólo con 17 diputados de 47 que se han elegido en Cataluña. Y lo que es todavía peor, en Barcelona, la provincia más poblada de Cataluña, el independentismo consigue sólo 9 diputados de 31 que se elegían. Diputado arriba, diputado abajo, el independentismo se ha dejado los dientes en el bordillo.

Francesc Homs, y su Democracia y Libertad, hacían el seguimiento del resultado electoral en el Museo Marítimo de Barcelona. Toda una premonición. Nada mejor que este museo para visualizar el nuevo naufragio de la formación liderada por Artur Mas. En número de votos depositados, la esperanza blanca de la reencarnación del secesionismo de derechas es la cuarta fuerza política. En número de diputados se sitúa detrás de Podemos y del Partido Socialista de Cataluña, mientras que el listón del soberanismo se lo birla Esquerra Republicana.

Artur Mas inicia su nueva semana negra con una derrota y puede acabarla con la puntilla en la asamblea que la CUP celebrará el próximo domingo. Se había puesto en manos de los antisistema confiando en su resurgimiento en las urnas tras el 20-D. El ave Fénix no se presentó. Ahora, la incógnita es si Mas mantendrá el órdago para intentar perpetuarse en la presidencia de la Generalitat y si Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) le seguirá manteniendo la fidelidad.

Oriol Junqueras puede intentar explorar otras vías. ¿Mantendrá ERC la unidad de Junts pel Sí? ¿Aceptará el líder de ERC que Mas siga siendo un tótem inamovible? Los republicanos pueden aunar fuerzas con el apoyo de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural en el Parlament y explorar acuerdos con la CUP e incluso la marca Podemos en Cataluña. Este movimiento puede producirse y dar un zarpazo definitivo al liderazgo del nacionalismo conservador en el secesionismo.

Artur Mas debe valorar sus fuerzas en estos días. También debe valorar las fuerzas de su partido. Y, sobre todo, debe valorar si presenta su dimisión. Desde 2011, Artur Mas i Gabarró ha roto Convergència i Unió. Ha hundido a Unió. Ha roto al Partido Socialista. Ha destrozado a Iniciativa per Cataluña, que ha quedado desdibujada en una coalición liderada por Podemos y, por encima de todo, por Ada Colau.

Ha roto, en definitiva, el mapa político catalán y ha conseguido dividir a la sociedad. Y ahora, ha conseguido hundir a su propio partido, al que escondía para tapar sus propias vergüenzas bajo otras siglas, y lo que es peor, ha conseguido que Convergencia Democrática de Cataluña pierda el liderazgo dentro del mundo soberanista. El presidente número 129 de la Generalitat ha resultado ser el peor presidente de la historia y ha conseguido poner a los catalanes contra la pared.