Opinión

Bajamar

Las mareas han retrocedido y la línea de las rompientes sigue bajando, dejando una gran playa a disposición del PP para que pueda cultivarla

18F.- Feijóo refuerza su liderazgo con la victoria en Galicia y asesta su primer golpe a Sánchez tras el revés del 23J
Feijóo y su equipo, en videoconferencia con Alfonso Rueda en la sede de GénovaEuropa Press

Se especulaba en estas elecciones gallegas con que si el PP no renovaba la mayoría absoluta eso significaría la gran crisis apocalíptica y el declive de la dirección de Feijóo. Del mismo modo, pero en sentido contrario, se decía que si el PSOE retrocedía en votos eso indicaría el principio del fin de Pedro Sánchez. Ambas eran lecturas maximalistas, queriendo extrapolar unas elecciones regionales como correlato del ámbito estatal. Probablemente, la insistencia en ese tipo de análisis y predicciones incomprobables lo único que demuestra es el momento de incertidumbre en que vivimos. Un momento en que, frente a la inseguridad, todo el mundo necesita imaginar o creerse algún posible escenario. Con el fin de imaginar que la creencia tiene probabilidades es muy frecuente agarrarse al tropo de la sinécdoque: tomar la parte por el todo. Pero, en realidad: ¿qué sabemos de cierto? ¿qué no sabemos?

Sabemos que el PP ha ganado indiscutiblemente. Renueva su mayoría absoluta y podrá gobernar en la región sin hipotecas. Sabemos también que Vox ha fracasado en quitarle votos y que quien ha conseguido arañarles alguno ha sido Democracia Orensana (que se prepare el regionalismo nacionalista: ¡un partido provincial! ¿para cuándo los partidos de agravios municipales?). Sabemos también que Sumar, el partido de la vicepresidenta del Gobierno, ha fracasado y el electorado no les ha confiado representatividad. Y sabemos por último que el socialismo ha fracasado estrepitosamente a su vez, cosechando el peor resultado de su historia en la región mientras el regionalismo nacionalista crecía a su costa. Todo lo demás que se pueda decir es pura especulación y voluntarismo, porque siempre será más sensato hacer el recuento de cuanto desconocemos que describir futuros indiscutibles.

Al PP eso le va bien. Le conviene ese avance lento en todos los terrenos. Los socialistas se esforzarán por intentar convencer de que ese avance es un espejismo ya que los conservadores han retrocedido en dos escaños, pero fueron en Moncloa los primeros en jugar el órdago de que todo residía en la mayoría y lo han perdido.

Hoy mismo empezará la batalla propagandística por explicar los resultados y ahí los socialistas están en un brete porque la sensación de que Sánchez está cada día más asediado y acorralado es clara. Cualquier explicación que ensayen sonará a que están intentando retrasar el final, engañando al público y engañándose a sí mismos. Digas lo que digas, siempre permanecerá, sobrevolándolo todo, la sensación de que el electorado considera imperdonable disculpar a los delincuentes para seguir en el poder. La dimensión del desconocimiento humano es infinita y por eso cualquier explicación propagandística que se ensaye delatará inevitablemente qué parte de aquello que no sabemos.

No sabemos cómo gestionará Sánchez ese cada día más evidente desangrarse ante el electorado. No sabemos cómo y cuánto mantendrán los nacionalistas su negacionismo del crecimiento moderado del PP en manos de Feijóo. Ni siquiera saben los propios socios de Gobierno cómo van a ocultarse a sí mismos el hecho innegable de que esa renovación holgada de la mayoría gallega se ha dado incluso después de que el líder regional del partido marchara a Madrid a hacerse cargo de la dirección nacional y tuviera que defender la plaza un nombre nuevo. Esa dificultad añadida, ha querido obviarse para poner el foco en el órdago que se le echaba a Feijóo en Madrid, pero ahí estaba y ha sido superada por añadidura. Hoy será un día feliz en los cuarteles populares. Las mareas han retrocedido y la línea de las rompientes sigue bajando, dejando una gran playa a su disposición para que puedan cultivarla. Cultivarse no es, al fin y al cabo, nada más que ampliar el conocimiento de todo aquello que ignoramos. Ignoramos el alcance que estos resultados tendrán en el ámbito nacional. Ignoramos cómo el gobierno querrá minimizarlo. Pero lo que no le cabe duda a nadie es que ese alcance existirá y todos lo veremos.