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Hasta Pacma adelanta a un Podemos irrelevante

Por segunda vez se quedan fuera del parlamento gallego y s in fuelle para luchar contra Yolanda Díaz

18F.- Pablo Iglesias aparece por 'sorpresa' en A Coruña para dar su apoyo a Faraldo (Podemos)
18F.- Pablo Iglesias aparece por 'sorpresa' en A Coruña para dar su apoyo a Faraldo (Podemos)Europa Press

Las posibilidades eran escasas para Podemos en estos comicios y la foto final ofrece una lectura desoladora para el partido de cara a futuros comicios si continúan con su estrategia de huida hacia delante, de repliegue interno y de lucha por mantener un espacio vivo al que ya no acompañan los votantes en el nuevo tablero político.

El partido del cambio ya no influye en los territorios en medio de una lucha de poder con Sumar por la hegemonía del espacio de izquierdas. Y las opciones tampoco eran favorecedoras en esta ocasión. Su radiografía ha de entenderse como un partido que ha pasado del todo a la nada por su propia destrucción. En 2016 logró, bajo la marca En Marea, ser el líder de la oposición en Galicia –por delante del PSdeG–. En 2020, esta posición se la arrebató el BNG y causó la desaparición total de los morados en Galicia y, ahora, repiten la misma foto y confirman su irrelevancia.

En campaña, no ha habido ningún elemento que haya ayudado a los morados. Ni las encuestas, ni tampoco su propio exlíder facilitaron a la formación a tener un espacio propicio para que sus potenciales votantes les dieran su confianza. Su presencia ha sido testimonial, a pesar del gran apoyo que ha recibido por parte de las líderes de Podemos e, incluso, por parte de Pablo Iglesias, que sorprendió apoyando finalmente a la candidata morada, a pesar de pedir el voto en un primer momento para el BNG.

Su ruptura con Sumar en el Congreso de los Diputados del pasado 5 de diciembre, fue la previa de la ruptura a nivel autonómico. Una de las consecuencias de los resultados tanto de Podemos como de Sumar. Las luchas por el poder en la izquierda acaban hastiando al electorado progresista.

El partido se queda sin oxígeno suficiente para seguir planteando una competición contra Díaz. Este era su principal objetivo para afianzar su supervivencia como partido ante Sumar y mantener el tipo hasta las elecciones europeas, su plaza vital a conseguir. El fin de los morados era demostrar que, solos, podían. Ni han podido ellos, ni Sumar. Ahora, su batalla final, será las elecciones europeas donde esperan que el impulso de Irene Montero como candidata les devuelva influencia.