Opinión

Toni Bolaño: A cara de perro

Díaz no va a desaprovechar la oportunidad de segarle la hierba a Sánchez en el debate de mañana

La candidata de Sumar, Yolanda Díaz, junto a Ione Belarra en Pamplona
La candidata de Sumar, Yolanda Díaz, junto a Ione Belarra en PamplonaRocío Esteban

La campaña se les está indigestando a los partidos. Teóricamente dura 15 días pero el ritmo frenético empezó el 29 de mayo cuando el presidente Sánchez convocó las elecciones. Ayer fue un día de sorpresas y patadas de banco. Alberto Núñez Feijóo se metió en un jardín en TVE a cuenta de las pensiones porque negó que los populares votaran en contra de subirlas en función del IPC. ¡Y vaya si votaron en contra! Tanto que después de negar la mayor el líder popular tuvo que rectificar en su cuenta de Twitter.

También se le ha atragantado a algunos las acusaciones a Correos sobre el voto por correo. Más de 2,6 millones de votos solicitados y todos van llegando. Ayer CCOO cifraba en 300.000, un 11,5% del total, los que faltaban por entregar. Cuando usted lea este artículo serán bastantes menos porque han pasado 24 horas. Dijeron que todo iba mal porque el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, es del PSOE. Bueno que yo sepa Feijóo no llegó a la cúpula de esta empresa por oposición. La cosa funciona más allá del ruido.

El CIS ha vuelto a hacer acto de presencia. Es la única encuesta que da la victoria al PSOE y deja a Vox en cuarto lugar. Estuve en un pueblo de Valencia este fin de semana en una plaza donde los de la extrema derecha hacían un mitin. Menos de 100 personas muy ruidosas jaleando y vociferando el «Arriba España», que recuerda momentos que mejor no recordar. Vox es necesario para el PP para gobernar, aunque digan «Arriba España» o aunque en sus filas se califique de enferma crónica a un oponente. ¿Quién es el enfermo? La acusada o quién acusa con este nivel.

Con este currículum no me extraña que Núñez Feijóo trate de poner tierra de por medio, pero las encuestas, todas, hacen de Vox su amigo íntimo si quiere gobernar. Un amigo mío, muy cachondo y muy de izquierdas, me contaba ayer que «merece la pena ir a votar el domingo. Puedes pasar mucho calor, cierto, pero ni no vas a votar puedes quedarte cuatro años cara al sol». Yolanda Díaz hizo ayer su primer acto con Ione Belarra. El coche de Sumar va gripado porque la candidata no ha contado con el motor de Podemos. Al final se las vio juntas, pero no revueltas. Belarra ni mencionó a Díaz y sí ensalzó a Irene Montero, que la pasada semana se la vio muy contenta en un acto del Govern de ERC en Barcelona. Sí, sí, Montero en un acto de los republicanos por muy institucional que fuera. Después de verlo me acordé de cuando se dijo que Podemos estaba negociando con ERC antes de formalizar su acuerdo con Sumar. ¿Fue verdad? Gran interrogante, sin duda.

Pedro Sánchez sigue intentando vender gestión y más gestión. Parece un remake de Julio Anguita con aquello de «programa, programa, programa». Sin embargo, estas elecciones no van de gestión, ni siquiera de corazón. Van de tripas. PP y Vox, juntos, quieren echar al sanchismo y eso suma puntos. Como me decía ayer un colega, hemos de «echar al maniquí de El Corte Inglés de Moncloa». Este es el nivel del debate. Por eso, el PSOE ha desempolvado al narco, el de la foto con Feijóo. En breve, oiremos eso de «que te vote el del bote».

Mañana de nuevo debate. Sánchez, Díaz y Abascal, sin Feijóo. El líder del PP no irá porque quiere borrar sus arrumacos con la extrema derecha, pero como buen gallego sabe que haberlos haylos. El líder del PSOE deberá tener cuidado con su socia porque Díaz no va a desaprovechar la oportunidad de segarle la hierba. Lo necesita como agua de mayo, porque Sumar pierde votos hacia el PSOE. Lo evidencian las encuestas, que no son el CIS, porque el PSOE resiste y repunta. Díaz lo dará todo. El adversario será más Sánchez que Abascal. Para verlo. Será a cara de perro.