Aniversario

146 años de historia socialista: lo que queda del PSOE de Pablo Iglesias Posse bajo el mandato de Sánchez

La adaptación a un escenario político más fragmentado y la necesidad de acuerdos para gobernar han diluido el perfil ideológico del partido

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, preside la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal en la sede Ferraz.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, preside la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal en la sede Ferraz.PSOE / Eva Ercolanese

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está hoy de celebración: la formación cumple146 años desde que su fundador, Pablo Iglesias Posse, la constituyese el 2 de mayo de 1879 en el bar-restaurante del centro de Madrid, Casa Labra.

De esta manera, el PSOE se erige como uno de los partidos obreros más antiguos de Europa, solo superado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (1863), y ostenta el título de ser el partido político en activo más longevo de España, por encima del Partido Popular, que data de 1989, y del Partido Comunista de España, fundado en 1921.

Sin embargo, desde que el tipógrafo ferrolano fundase el PSOE clandestinamente en Madrid en Casa Labra, en torno a un núcleo de intelectuales y obreros, fundamentalmente tipógrafos, son pocas las similitudes del partido actual con los ideales fundacionales; algo que reprochan constantemente a su actual secretario general, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Lo que queda del PSOE de Iglesias Posse con el mandato de Sánchez

El PSOE celebra 146 años desde su fundación en 1879 por Pablo Iglesias Posse, un referente del socialismo obrero en España y símbolo de una izquierda que nació para representar a la clase trabajadora, luchar contra la desigualdad y transformar la sociedad desde una perspectiva marxista. Desde entonces, el PSOE ha atravesado numerosas etapas: la clandestinidad, la República, el exilio, la transición democrática y los años de gobierno con líderes como Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y, en la actualidad, Pedro Sánchez.

Bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, el PSOE ha asumido una identidad más institucional, gobernando en coalición con Unidas Podemos, gestionando crisis como la pandemia, la guerra en Ucrania o la inflación global, y adoptando posturas que han alejado al partido de sus raíces históricas en ciertos aspectos.

Las reformas laborales, las leyes de igualdad, las políticas de memoria democrática o la apuesta por la transición ecológica y digital han sido presentadas como avances progresistas. Sin embargo, muchos consideran que el PSOE actual actúa más como un partido de gestión que como un verdadero impulsor de transformación social profunda, mientras otros tantos cuestionan su identidad socialista tras los acercamientos a las fuerzas independentistas y la aprobación de la Ley de Amnistía.

Por ello, la figura de Pablo Iglesias Posse, con su compromiso con la lucha obrera, el internacionalismo y la ética socialista, parece lejana al pragmatismo político de hoy. Si bien algunos principios como la defensa de los derechos sociales, la educación pública y la sanidad universal siguen presentes en el discurso del partido, la distancia entre el PSOE de entonces y el de ahora es evidente; pues la adaptación a un escenario político más fragmentado y la necesidad de acuerdos para gobernar han diluido el perfil ideológico del partido.

No obstante, la continuidad de ciertas metas, como la igualdad, la justicia social y la defensa de los más vulnerables, sirven para algunos como escudo de los ideales fundacionales, amparándose así en que, pese a los cambios, los principios del PSOE original siguen vivos en su acción de gobierno.