Coronavirus

El Gobierno hace propaganda con las mascarillas

Una medida «improvisada» e «insuficiente»: varias comunidades critican la iniciativa de Moncloa, mientras los alcaldes de Murcia son obligados a informar de que el suministro se hace desde el Ejecutivo de Sánchez

El reparto de varios millones de mascarillas higiénicas que el Gobierno inició ayer como medida de acompañamiento a la vuelta al trabajo de los empleados pertenecientes a los sectores económicos no esenciales, se desarrolló en mitad de las críticas de varias comunidades autonómas y administraciones locales. La improvisación de esta iniciativa, así como la escasez y la calidad del material de estas prendas de protección individual, fueron los principales reparos.

La polémica alcanzó también al propósito propagandístico que el Ejecutivo, a través de sus delegaciones y subdelegaciones provinciales, trató de dar a la iniciativa. Es el caso, por ejemplo, de la Delegación del Gobierno en Murcia. Del total de 10 millones de mascarillas, a esta comunidad le correspondió 334.000 unidades, que, a lo largo del domingo, fueron distribuidas por los municipios de la región. En paralelo a esta labor logística, la Delegación del Gobierno remitió a los alcaldes de estas localidades una misiva en la que explicaba las instrucciones básicas para el reparto entre los ciudadanos. Al margen de la cuestión relativa a concentrar la distribución en la hora punta, el delegado del Gobierno incluyó recomendaciones que provocaron la indignación de los regidores murcianos, al considerar que Moncloa buscaba un rédito propagandístico y de lavado de imagen. Y es que, en el citado escrito, el representante del Gobierno de Pedro Sánchez en la región reclamó a los ayuntamientos la remisión de «cualquier comunicación que se realice de la campaña desde el Ayuntamiento, y en cualquier caso un reportaje fotográfico de cada dispositivo de reparto montado en su municipio». El delegado del Gobierno en Murcia también incluyó en la carta una segunda exigencia destinada a que los ayuntamientos, en la difusión pública que realizaran del reparto, dejasen claro que es la Administración central –es decir, el Ejecutivo de Sánchez– el impulsor de la medida: «Cualquier comunicación debe contener la información de que el reparto se hace desde el Gobierno de España y en colaboración con el Ayuntamiento».

En Madrid, un número ajustado

A estas críticas por el uso propagandístico de las mascarillas se sumaron las llegadas a los dos principales focos de la epidemia: Madrid y Barcelona. En la capital, su vicealcaldesa, Begoña Villacís, aseguró que «las 600.000» con lasque ayer contó toda la ciudad son «muy ajustadas», teniendo en cuenta que solo en los autobuses –sin contar, por tanto, Metro y Cercanías– se estimaba una afluencia de 180.000 viajeros. El consejero de Justicia madrileño, Enrique López, señaló que el reparto se realizó «no exento de dificultades» como consecuencia de la «precipitación» y «falta de coordinación» del Gobierno. Los empresarios madrileños (CEIM) también calificaron de «insuficientes» los puntos de distribución y se ofrecieron a colaborar en este trabajo. Desde la Generalitat de Cataluña, las críticas al Gobierno central llegaron por la interpretación dada al número de mascarillas enviadas: 1.714.000 unidades que, en opinión del conseller de Interior, Miquel Buch, suponen una velada referencia a una fecha «nefasta» para los catalanes, el 11 de septiembre de 1714, cuando cayó Barcelona en la Guerra de Sucesión. Una interpretación que fue criticada por las formaciones constitucionalistas e, incluso, por Esquerra Republicana y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Por otra parte, desde el País Vasco cuestionaron la calidad del material. Su viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, llamó la atención a los ciudadanos de que las mascarillas repartidas para acudir a los puestos de trabajo son «más un recordatorio que un medio efectivo» contra el Covid-19 al ser «higiénicas, no sanitarias». Alejados de todas estas críticas, en el Gobierno central valoraron como positiva esta primera jornada de reparto. Tanto el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como el de Transportes, José Luis Ábalos, subrayaron que no se produjeron aglomeraciones y afearon que desde algunas comunidades se haya trasladado una imagen falsa de caos: «Lamento decepcionar, a veces parece que alguno quiere lo peor. La realidad de esta mañana ha desmentido estos augurios». El reparto de estos sistema de protección, adelantó Moncloa, se efectuará también por la tarde a partir de hoy y, según Interior, es probable que las farmacias dispongan de mascarillas desde finales de esta semana.