Gobierno de España

Los “barones” defienden que el PP intente el gran pacto

Desconfían de Sánchez pero creen que su líder tiene que llevar una alternativa. Moncloa buscará apoyo para los Presupuestos y diálogo en Sanidad y Educación

Casado pide comparecencia de Campo para saber cifra real de muertos de COVID
El presidente del PP, Pablo Casado, visitó ayer el economato de Cáritas, donde atienden a 500 familias vulnerables al año. La pandemia ha agravado las necesidades sociales.PP / DAVID MUDARRAAgencia EFE

La propuesta de pacto que ha realizado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, incomoda al PP. Fuera de Madrid la política tiene otros ritmos. En líneas generales hay «más grises» y no se mueven con exactitud en los argumentarios que se manejan en las direcciones nacionales de los partidos. Hay, además, un voto más ligado a la gestión, incluso más moderado, al que chirrían los discursos oficiales que se escuchan en el Congreso. Por todo esto, la decisión inicial de Génova de no acudir esta semana pasada a una reunión telemática con Sánchez sorprendió a algunos dirigentes territoriales. Finalmente, como ayer se confirmó, el líder popular se entrevistará por videoconferencia con el jefe del Ejecutivo este lunes por la mañana.

En el partido no discuten que Sánchez no está facilitando el diálogo, pero sí discuten las formas y la imagen que a veces traslada el duro discurso de la dirección contra la gestión socialista ante esta emergencia nacional. En clave estratégica, hay una corriente territorial que defiende que el PP, como líder de la oposición y como partido de gobierno, tiene que sentarse en esa mesa de negociación para ver si hay posibilidad de forjar un gran acuerdo nacional para hacer frente a la crisis económica y social que deje la pandemia. También creen que tiene que hacerlo con una alternativa propia, y «cargarse» de razones ante la opinión pública para «levantarse» de la negociación.

Los «barones» comparten con la dirección nacional sus «recelos» y la «desconfianza» hacia la posibilidad de que en este contexto pueda llegar a haber un punto común entre el Gobierno y el centro derecha, con Podemos por medio. Además de la «distorsión» de los otros socios nacionalistas e independentistas de la investidura de Sánchez. «Pero aun con todos estos problemas hay que intentarlo, o al menos hacer que lo intentamos, porque si no la ventaja se la llevarán otros», sostiene uno de los presidentes autonómicos del PP.

En la política territorial asumen que los pactos pueden ser «difíciles» de manejar si Sánchez va en serio y presenta una oferta de mínimos, razonable y sensata. También creen que en Génova deben desvincular la crítica a la gestión «desastrosa» de la crisis sanitaria de la solución económica y social. «Ahí debemos estar, por responsabilidad como partido de gobierno». Esta línea choca con la que mantiene el ex presidente del Gobierno José María Aznar y todo su círculo de influencia en la dirección nacional. Pero ésta es la batalla de siempre entre la línea moderada y el «núcleo» de la «fontanería» de la que se ha rodeado Casado. El «no» a Sánchez ya lo sostiene Vox, advierten en un sector del partido, para defender que en contraposición el PP lo que tiene que hacer es «elaborar una buena alternativa, propuestas concretas, asesorarse de expertos en materia sanitaria y de un buen equipo económico para hacer y decir lo que no está haciendo ni diciendo el Gobierno». «Lo que no podemos hacer es oponernos a todo. Nunca podremos llegar a los extremos radicales de Vox», añade otro dirigente autonómico.

Hay que abrir el paréntesis de que en esta debate también hay un Gobierno autonómico, el de Madrid, que está perfectamente alineado con la estrategia de Génova, en lo formal y en el contenido. Pero en el resto de Gobiernos autonómicos populares hay muchos más matices, y, de hecho, hasta en el Ayuntamiento madrileño se cuida el tono constructivo, sin que esté falto de dureza en la crítica. Los presidentes autonómicos del PP no han ahorrado enmiendas, cada vez más subidas de tono, a la gestión del Gobierno en las videoconferencias que mantienen con el jefe del Ejecutivo todos los fines de semana. Pero lo que plantean es que esa crítica debe ir acompañada de una propuesta alternativa y de una «comunicación» que traslade el mensaje de que el PP antepone el interés general por encima de los intereses de partido.

La oferta de pacto incomoda al PP porque sospechan que puede acabar siendo una maniobra de Sánchez para «mutualizar» sus errores y la crisis económica que siga a la pandemia, además de para silenciar a la oposición.

Dentro del PP sí hay unanimidad respecto a que Casado debe exigirle este lunes a Sánchez que le detalle su propuesta de Acuerdo para la Reconstrucción: para qué le llama y qué contenido quiere dar a sus pactos. «Estar hay que estar, pero desde una posición fiscalizadora y dejando claro a la opinión pública que España no está para perder el tiempo en rondas de consultas y en fotografías del presidente del Gobierno».