Estado de alarma

El jefe de la Guardia Civil destaca que en sus 40 años de servicio ha aprendido que “lo primero son las personas, no hay ideologías”

Después de la polémica de ayer por sus “desafortunadas palabras” el general Santiago subraya que en el equipo técnico todos “somos un equipo” al frente de la pandemia

El general de la Guardia Civil, José Manuel Santiago a diferencia de otras ocasiones, fue el último en cerrar el turno de intervenciones de la rueda de prensa del equipo técnico.

Después de dar los datos técnicos de detenciones y sanciones, el Jefe del Estado Mayor del Instituto Armado, quiso compartir un mensaje “con todos los españoles”. Destacó que en sus 40 años de servicio en la lucha contra la banda terrorista ETA, desde la Academia, en misiones en el extranjero o ahora al frente de la crisis de la pandemia del coronavirus aseguró que ha aprendido “que lo primero son las personas, no hay ideologías”. Y concluyó con un “todos los que estamos aquí, todos somos un equipo”. Estas palabras fueron aplaudidas por todos los miembros del equipo técnico que daban la rueda de prensa.

Unas palabras que llegan después de la polémica de las desafortunadas palabras del general de la Guardia Civil cuando ayer, cuando hacía referencia a la persecución de los bulos, que trabajaban a través de la jefatura de información con el fin de “evitar el estrés social” que produce los bulos y otra para “minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno”.

"Utilizar fallos no es decente”

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, destacó después de las palabras del general que “somos un equipo técnico que sabemos que estamos expuestos” y afirmó que “cuando uno habla más se expone más”. Resaltó que son “un equipo técnico” y consideró que no cree que “el utilizar fallos en los discursos que podamos tener o terminologías o frases de los que estamos ya al límite de nuestra capacidad para hacernos daño no es algo decente”. Simón espera que, aunque siempre habrá alguien a quien no le guste, “que el resto entienda sus palabras”.