Estado de alarma

Nuevo tiempo, nuevo Gobierno

Un pueblo muy por encima de sus gobernantes
Un pueblo muy por encima de sus gobernantesJosé María CuadradoAgencia EFE

No hay mal que cien años dure –ni al parecer, cien días– así que, cumplidos estos, se acabaron la alarma y las interminables homilías sabatinas y dominicales –hasta veinte– que nos ha predicado el Sr. Sánchez. Su continuada exposición junto a Illa y don Simón, han supuesto una penitencia adicional a la pena de confinamiento, y quedará unida a la terrible pandemia para siempre.

El Sr. Presidente se despidió apelando a la unidad para un tiempo donde todo va a ser nuevo: nueva la etapa, la economía, la normalidad… Todo menos el tándem Sánchez-Iglesias, ante quienes debemos estar unidos por patriotismo.

La cuestión es que el «pacto del abrazo» que dio a luz al único Gobierno social-comunista de la UE es insostenible para ese nuevo tiempo anunciado. Nuevos tiempos exigen nuevas respuestas, nuevas soluciones para nuevas necesidades; es decir, un Gobierno nuevo acorde a la nueva realidad, y no al revés, porque esta es la que es.

El chantaje de exigir a la oposición que renuncie a su papel constitucional a fin de ser el báculo de un Gobierno más que nunca inadecuado para este nuevo tiempo, no merece más respuesta que esta, seguro que familiar para el Presidente: «No es no, Sr. Sánchez, ¿qué parte del no, no ha entendido?» Más que nunca, España precisa un Gobierno centrado, transversal y de amplia base. Seguir con la fórmula actual es alargar la crisis, la crispación y la necesaria salida de ambas.