Violencia machista
Una jueza retira la protección a una maltratada un mes después del último quebrantamiento de su agresor
La víctima, que ya ha recurrido a la Audiencia Provincial, no sale de casa por miedo
Marta (nombre ficticio) lleva unos días encerrada en casa y sale lo justo para bajar a la perra que acogió precisamente para sentirse mas segura. Es una de las mujeres que ha sufrido maltrato y está bajo seguimiento policial dentro del sistema Viogen. Su ex pareja la maltrató, acordaron una orden de alejamiento para él pero la quebrantó de forma tan sistemática que ya ingresó en prisión por ello. Sin embargo, salió de la cárcel y volvió a buscar a su víctima, por lo que Marta tuvo que seguir denunciando: sabe lo que es salir corriendo muchas veces al verle a pocos metros para cobijarse en la primera comisaría que encontrara. Le denunció tantas veces que ahora sus citas judiciales por son interminables. Y no solo eso, denuncia que es lo que la pone en peligro, ya que él sabe a qué hora y en qué sitio va a estar tal día. Y es que en una de ellas, el pasado 13 de noviembre, en la que él también estaba citado, no se presentó ante el juez pero sí acudió a las puertas de los juzgados: solo quería verla allí para seguirla después, algo que logró evitar ella porque le avisó su abogado. “Él le vio y me avisó para que yo no saliera”, asegura. Y es que en otra de las citas judiciales una mujer del entorno de su agresor se acercó a ella en dependencias judiciales para insultarla y agredirla.
A pesar de ello, decidieron retirarle el dispositivo de Cometa (la empresa que hace el seguimiento técnico para garantizar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento) y, ahora le han retirado esta medida de protección, la única que ya tenía. Así, en poco tiempo, Marta ha pasado de estar en riesgo “alto” según el sistema Viogen, a estar sin ninguna protección. La víctima ha conocido la decisión judicial poco antes del ataque con ácido de “El Melillero” a su ex pareja, en Málaga, y ahora vive aterrada pensando que a ella le puede pasar lo mismo.
La jueza no aprecia dolo
Según el auto del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 9 de Madrid, no aparece justificada la perpetración de delito que ha dado lugar a la causa y por eso acuerda el sobreseimiento de la misma. Y, con él, todas las medidas cautelares que tuviera impuestas el investigado con anterioridad. Según la magistrada Inés Malagón, el artículo 468.3 del Código Penal exige “perturbación o inutilización” del dispositivo y se debe acreditar también que existe “dolo específico”: es decir, que el quebrantamiento es voluntario o la desatención es buscada. Según explica en su auto, Cometa ha comunicado incidencias al investigado por descarga de batería y separación de brazalete los días 5, 10 y 11 de noviembre pero, según ella, “es por poco tiempo”. Sin embargo, la víctima se pregunta “¿Cinco horas es poco tiempo?”. La magistrada asegura que “no consta si Cometa hizo alguna intervención para comunicarle al acusado y la denunciante dice que no le ha visto”, algo que Marta sostiene que no es verdad. Es más, sostiene que esta jueza “ya me ha puesto varias veces en peligro” y considera que “claro que hay dolo cuando hay reiteración delictiva”. De hecho, Marta recuerda que por eso precisamente ingresó en prisión. Y es que su agresor, un tipo que fue “mena” ya tenía antecedentes por robos con fuerza y con violencia, algo que había ocultado a Marta durante su relación.
Su abogado ha recurrido ante la Audiencia Provincial y ahora será la Sección 26 de la misma la que deberá pronunciarse y acordar si mantiene la medida de protección de deja a Marta expuesta, a pesar de que se cumplen dos meses de la última vez que ella le vio: “Ahora no se si puede haber contratado a alguien para hacerme daño y si le quietan la orden de alejamiento podrá acercarse a mí tranquilamente sin incumplir nada”, se queja.
Llamada extraña
Marta está dudando si acudir o no a la cita judicial que tiene el próximo jueves. “¿Para qué? No me vale de nada y lo único que hago cuando voy al juzgado es ponerme en peligro porque él puede encontrarme y puede seguirme a la salida. Además, solo me preguntan si lo he visto, para eso no hace falta que vaya”. El miedo de Marta estos días se acrecentó desde ayer, cuando asegura que recibió una llamada “extraña”. “Me llamaron desde un número oculto y nunca lo cojo pero esta vez lo hice y no me contestaban solo oía como el ruido de una motosierra, no sé que era”, dice con miedo.
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