Sin cambios

El relevo de Illa no alterará el veto a otro confinamiento

Las CC AA asumen que con la nueva ministra no habrá cambios hasta el 14-F

Pablo Casado y su candidato a la Generalitat, Alejandro Fernández (c), ayer en Barcelona
Pablo Casado y su candidato a la Generalitat, Alejandro Fernández (c), ayer en BarcelonaDAVID MUDARRA David Mudarra / PP

El relevo en el Ministerio de Sanidad no va a cambiar nada en la política del Gobierno con las comunidades autónomas en la gestión de la pandemia.

Los presidentes autonómicos están ya habituados a tratar con la nueva ministra, Carolina Darias, que lleva meses preparándose para sus nuevas tareas como «escolta» del ministro de Sanidad, Salvador llla.

Además, las decisiones las toma Pedro Sánchez, y en las comunidades no esperan que con la nueva ministra cambie la decisión del Gobierno de coalición de no promover un nuevo estado de alarma para facilitar a las autonomías la ampliación del toque de queda y la posibilidad del confinamiento domiciliario.

Realmente, la decisión no depende del perfil del ministro, sino de la situación política y de los intereses electorales de Moncloa y del PSC en las elecciones catalanas. La modificación del estado de alarma abriría a la Generalitat la posibilidad de solicitar ir por esa vía y esto podría alterar el calendario electoral en la medida en que un nuevo toque de queda, por ejemplo, que afecte a los colegios electorales.

La nueva ministra no tiene autoridad ni vida propia. Las decisiones de carácter más político se fijarán desde el Palacio de la Moncloa, y su principal función será, como ocurrió con Illa, hacer de interlocutor con las comunidades autónomas, con buenas formas y disposición al diálogo. El talante fue la principal fortaleza de Illa, y Carolina Darias está enseñada en la misma escuela.

Su bajo perfil político deja vía libre a que en esta etapa de gestión de la crisis sanitaria se imponga el diseño de Moncloa que busca que el coste de la pandemia caiga sobre la espalda de los presidentes autonómicos, mientras que el viento favorable que pueda derivarse del proceso de vacunación se dirija hacia la figura del presidente del Gobierno.

Desde el ámbito sanitario se ha venido reclamando un perfil más técnico para hacer frente a la tercera ola de la pandemia, pero Moncloa ha tomado la decisión de optar por la salida sin sorpresas porque es la que más garantías le da de mantener el control del proceso.

La nueva ministra será la que ya presidirá la próxima reunión del Consejo Interterritorial de Salud, donde los consejeros autonómicos insistirán en la exigencia al Gobierno de que les permita hacer realidad el principio de la cogobernanza, facilitándoles para ello nuevos mecanismos para controlar la movilidad e interacción social. Con los que tienen a su disposición ya pueden cerrar la hostelería, el comercio, los gimnasios y reducir la actividad social al mínimo. Les falta autoridad para decretar el confinamiento domiciliario y ampliar el toque de queda.

La oposición siguió insistiendo ayer en sus críticas a Salvador Illa en la despedida de la cartera. El líder del PP, Pablo Casado, aseguró que ha sido el «peor ministro de Sanidad de Europa». Y acusó al presidente del Gobierno de estar más pendiente de salvar votos que de salvar vidas.

Illa se marcha con cifras récord de contagios y con la vacunación en el aire. «Illa ha sido un pésimo ministro y no está a la altura de la Generalitat», indicó.

Todos los partidos están ya metidos de lleno en la campaña catalana. Y así, aunque el PP lleva semanas exigiendo la dimisión del ministro de Sanidad por su gestión de la pandemia, y, sobre todo, una vez elegido como candidato del PSC a la Generalitat, ayer, sin embargo, insistió en criticarle porque se vaya sin haber comparecido en el Congreso para dar cuentas de su gestión y de la situación de la crisis sanitaria por la pandemia.

Ayer también se confirmó un nuevo récord en la tercera ola, con 591 fallecidos por covid notificados en un día. Y ante esto se mantiene un Gobierno dividido en dos bloques y enfrentado en cuestiones sustanciales como la monarquía parlamentaria, el Salario Mínimo Interprofesional, las pensiones o la ley de igualdad. Los cambios en el Consejo de Ministros por las elecciones catalanas no alteran el hecho de que se trate de un Gabinete «quemado» y falto de credibilidad. Con esos «bueyes» España tendrá que hacer frente a la tercera ola del coronavirus y gestionar los fondos europeos en una realidad social en la que cada vez será más evidente la ruina que deja la catástrofe sanitaria.