Seguridad

Los fondos para Defensa de la UE y la OTAN: una inyección vital para la industria española

Ambas instituciones conforman un potente foco de contratos y ayudas que el sector nacional lleva aprovechando con creciente éxito desde 2017

Planta de montaje de blindados de Sevilla
Planta de montaje de blindados de SevillaGDELS-SBS

Las alianzas militares que España mantiene dentro de las organizaciones internacionales de las que forma parte no solo procuran un marco de seguridad al país, sino que redundan directamente en una inyección de contratos y ayudas para su industria. Y todo apunta a que en los próximos ejercicios lo va a hacer mucho más. De hecho, la entrada este año en vigor del primer presupuesto de defensa de la historia de la Unión Europea, estimado para el periodo 2021-2027 en algo más de 7.000 millones, persigue ante todo fomentar una base industrial innovadora y competitiva que permita una verdadera autonomía estratégica del viejo continente en materia militar.

Es decir, no es tanto la búsqueda de un Ejército común lo que se pretende (ese es un objetivo mucho más complejo que de momento no se contempla) sino el afianzamiento de un sector industrial coordinado y fuerte que, de paso, permitirá competir en un mercado internacional liderado por Estados Unidos y con una fuerte presencia rusa y china. Al mismo tiempo, la industria nacional no está descuidando las oportunidades que le brinda la pertenencia española a la OTAN, de la que consiguiendo cada ejercicio mayores contratos.

En los siguientes párrafos se repasa lo que ya están dando de sí estas alianzas para el sector español, y que se recoge con detalle en el anuario de referencia del sector nacional, “Spain Defence & security Industry”, que la editorial especializada IDS (responsable también del portal ‘Infodefensa.com’) acaba de publicar con el expresivo subtítulo de “Industria a pleno rendimiento”.

Nuevos mecanismos

Antes de que el primer presupuesto europeo se pusiese en marcha, Bruselas diseñó una serie de herramientas con las que preparar el terreno al esperado proyecto presupuestario continental de defensa, más basado en la tecnología y la industria que en lo puramente militar, como se ha explicado. Así se pusieron en marcha, a partir de 2017, unos mecanismos con los que ir implicando a las empresas del continente en el nuevo marco, antes justo de que los primeros presupuestos globales de defensa, sustanciados en el denominado Fondo Europeo de Defensa (FED), comenzasen a financiar iniciativas, a partir de este ejercicio. En este contexto se encuentra la denominada Acción Preparatoria para la Investigación en Defensa (PADR, por sus siglas en inglés) y el Programa Europeo de Desarrollo Industrial en materia de Defensa (EDIDP).

La Comisión Europea previó dotar a ambas con una inversión de 590 millones de euros, de la que ya se están beneficiando varias decenas de compañías españolas. En concreto, se acordó destinar 90 millones de euros repartidos en tres convocatorias (25 millones en 2017, 40 millones en 2018 y otros 25 millones en 2019). Para el periodo 2019-2020 se estableció por su parte un desembolso de 500 millones a través del EDIDP, de los que 250 millones ya encontraron destino en la convocatoria 2019. La de 2020 en cambio, lanzada hace ahora un año, aún está pendiente de reparto entre las 40 propuestas con alrededor de 350 entidades de toda Europa involucradas, 35 de ellas españolas. Si nuestro país vuelve a repetir el éxito de la edición 2019 del EDIDP, nuestra industria tendrá razones para estar de enhorabuena.

El reparto de los primeros 250 millones del Programa Europeo de Desarrollo Industrial en materia de Defensa, correspondientes a este llamamiento de 2019 y anunciado en junio de 2020, alcanzó a 17 entidades españolas (entre empresas, centros de investigación y universidades), que forman parte de 13 de los 16 proyectos seleccionados. En total, las iniciativas en las que España está implicada junto a otras entidades de los distintos países miembros, suman unas ayudas europeas de más de 190 millones de euros. Las entidades españolas beneficiadas son, en concreto: Unmaned Teknologies Applications, Indra Sistemas, las universidades Politécnica y Carlos III de Madrid, la Politécnica de Valencia, S2 Grupo de Innovación en Procesos Organizativos, Innotec System, GMV Aerospace and Defence, Simloc Reserarch, Tecnobit, Embention, Satlantis Microsats, el Centre Tecnològic de Telecomunicacions de Catalunya, Hisdesat Servicios Estratégicos, ATEM Nuevas Tecnologías y el Centro Tecnológico Naval.

Un trabajador del sector aeroespacial y de defensa español
Un trabajador del sector aeroespacial y de defensa españolAirbus

El éxito español en la EDIPD 2019, por cierto, no ha tenido su réplica en la PADR de ese mismo año, en la que únicamente se ha seleccionado un proyecto con participación española (el de la empresa Skylife Engineering), al que se ha dotado con 1,5 millones de los 25 en liza. En las dos convocatorias precedentes (2017 y 2018), sin embargo, la presencia nacional en esta Acción Preparatoria para la Investigación en Defensa sí fue notable. De los 65 millones previstos para esos ejercicios, casi 58,7 subvencionaron a seis proyectos con participación de las firmas españolas Indra Sistemas, Aertec Solutions, Dekra Testing and Certification, GMV Aerospace and Defence, Sener Aeroespacial, Seadrone, la Asociación de Investigación de la Industria Textil (Aitex) y la Fundación Tecnalial Research & Innovation.

Por tanto, antes de que Europa haya puesto en marcha su primer verdadero presupuesto coordinado para impulsar la industria continental de defensa, el sector español ya ha conseguido estar implicado en proyectos previos que han sido dotados con unos 150 millones de ayudas europeas de los 590 repartidos desde 2017. Estas iniciativas también cuentan con un importante desembolso privado, por lo que la cuantía de las inversiones finales es mucho mayor.

La presencia nacional en las iniciativas del EDIDP, particularmente, es todavía más notable si se tiene en cuenta que cuatro de los 16 proyectos seleccionados hasta el momento están directamente liderados por firmas españolas. Entre los cuatro han movilizado una inversión de 56 millones de euros, el 75% aportado por la Comisión Europea. Como apunta a la vista de estos datos Ricardo Martí Fluxá, presidente de la patronal del sector (la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, Tedae), estos resultados “evidencian la capacidad de liderazgo que España puede tener en el Fondo Europeo de Defensa”, lo que vamos a tener la oportunidad de comprobar a partir de ahora que ya se han activado.

Al margen de la PADR y el EDIPD, el Consejo de la Unión Europea acordó en 2017 la creación de un dispositivo adicional que permitiese a los miembros de la UE incrementar sus lazos militares a través también de proyectos industriales. Nació así la denominada Cooperación Estructurada Permanente en materia de Defensa (Pesco, por sus siglas en inglés). Consiste en un tratado por el que los 25 países que ya lo han firmado se comprometen voluntariamente a asumir nuevos retos en seguridad y avanzar hacia una mayor integración y fortalecimiento de la cooperación en defensa dentro del marco de la Unión Europea. De momento ya se han aprobado 47 proyectos dentro de este mecanismo que Europa venía acariciando desde hacía años. En casi la mitad de ellos (23 en concreto) España está participada a través de distintas entidades, y dos de ellos están directamente liderados por compañías de nuestro país.

Portada del anuario de referencia del sector industrial de defensa español SPAIN 2021
Portada del anuario de referencia del sector industrial de defensa español SPAIN 2021ids

Junto a este aluvión de proyectos europeos, la industria española no ha dejado de lado su participación en el seno de otra alianza de colaboración en defensa internacional clave: la OTAN. Si en 2017, cuando arrancó el apuntado torrente de ayudas europeas al sector, las empresas españolas obtuvieron contratos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte por un valor en conjunto de 69 millones de euros, el año pasado (2020) la cuantía subió a 118 millones.

Es un 71% de incremento, gracias a 58 adjudicaciones de más de 80.000 euros (los de menor cuantía no se recogen en estas cifras) a empresas españolas a través de la denominada Agencia de Adquisición y Apoyo (NSPA) de la OTAN. Las beneficiadas son: Expal Systems, MBDA España, Nammo Palencia, Fábrica de Municiones de Granada, Up Lifting Vertical, Cohemo, Dranvel, Grupo JPG, Iberdefensa Mantenimiento Técnico, SDLE, Suyfa Defence, Finanzauto, Langa Industrial, Star Defence Logistics & Engineering, Technology & Security Depelopments, Airbus Helicopters España, Gaptec 2011, ATS Aviation, Babcock Mission Critical Services, Global Training Aviation, Europavia, Casco Antiguo Comercial, Álava Ingenieros, Parafly, Casez, Fábrica Española de Confecciones, Gauzón Ibérica, MT Brandao, Nightvision Lasers Spain y Thales Programas de Electrónica.

El rey Felipe VI en un acto oficial junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg
El rey Felipe VI en un acto oficial junto al secretario general de la OTAN, Jens StoltenbergOTAN

En total, la Alianza Atlántica (OTAN) representa un mercado anual de en torno a 3.000 millones de euros, de los que unos 650 millones se emplean en atender directamente las necesidades de la organización y el resto a las de los países socios, según recogió en la publicación “Claves para moverse en el mercado de la OTAN”, editada en 2018 por IDS, el entonces delegado nacional en el denominado Grupo Asesor Industrial de la OTAN (NIAG), Francisco González Mené,

En síntesis, tanto la Unión Europea como la OTAN conforman un potente, y en aumento, foco de contratos y ayudas para la industria de defensa que las compañías españolas ya llevan aprovechando con éxito desde 2017. La entrada en vigor del primer presupuesto europeo de defensa y la reformulación de estrategias a partir de la irrupción de la pandemia de covid-19 marcarán desde este año un nuevo entorno para el que nuestro sector parte en buena posición. Los próximos ejercicios dirán si nuestras empresas logran cumplir las expectativas.