Seguridad
La industria de Defensa española se mide con éxito a la internacional en Oriente Próximo
El mercado del Golfo Pérsico es un caladero importante para el sector nacional. Una docena de empresas, arropadas por el Gobierno, acaba de mostrar sus cartas en Abu Dabi
El Golfo Pérsico se ha convertido en uno de los grandes objetivos de la industria española y el sector de la defensa no es ajeno a las grandes inversiones que se realizan en la región, un área en desarrollo constante, con dinero y cercano en cuestiones políticas y diplomáticas. El nombre ya lo dice todo, es nuestro Oriente Próximo o Cercano, lo de Oriente Medio es una de esas influencias extranjeras que minan cultura e idioma propios en beneficio de ajenos, en este caso estadounidense, donde llaman a la zona “Middle” East porque su “Near East” somos nosotros.
Sea como fuere, la región es una bicoca para la industria internacional en la que las empresas españolas, la mayoría de mediano tamaño, han competido este pasado mes de febrero, cara a cara, con las mayores compañías del mundo. Fue en IDEX, la gran feria de defensa de Abu Dabi y el primer evento físico de estas características que se celebra en el mundo desde el inicio de la pandemia.
Una docena de empresas nacionales estuvo presente entre las más de 2.000 compañías de todo el mundo que acudieron a una feria que, por cierto, es doble. Por un lado está IDEX, la exposición internacional de defensa, y por otro Navdex, la parte naval, tan relevante que tiene entidad propia.
Apoyo del Gobierno
La delegación empresarial española estuvo encabezada por la Asociación de Industrias de Defensa, Tedae, que estuvo acompañada por Ventura Defense, Simloc, Everis Aerospace Defense and Security, Expal Systems, Hisdesat Servicios Estratégicos, Escribano Mechanical and Engineering, Instalaza, Tecnobit, Iraundi, Jomipsa, Navantia, Grabysur y Urovesa. No estuvieron solas, el Gobierno español es consciente de la importancia comercial de la región y junto a la industria acudió una delegación oficial encabezada por el director general de Armamento y Material (DGAM), almirante Santiago Ramón González Gómez, y la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Margarida Méndez Bértolo.
No obstante, esa bicoca comercial tiene un contrapunto importante. La región tiene mala reputación y eso frena. Y frena no solo por la imagen pública que puedan dar los que hagan negocios allí, sino también porque las condiciones de control sobre cualquier contrato en la región son extremas por parte del Ministerio de Defensa que también está sujeto a esa mala publicidad, lo que lo obliga a ser duro más que puntilloso en sus decisiones.
Un ejemplo de esos que dejan claro problema, desarrollo y consecuencias: la Junta Interministerial de Material de Defensa y Doble Uso (Jimddu) bloqueó hace ahora un año (febrero 2020) un contrato para la producción de bengalas iluminantes por valor de 3,5 millones de euros para Arabia Saudí. Un contrato que garantizaba la carga de trabajo de la factoría asturiana donde se iba a fabricar el material. Un mes después la fábrica sufrió un ERE.
Polémicas aparte, lo cierto es que el mercado del Golfo es un caladero importante para la industria en plena crisis internacional. Navantia ha logrado venderle cinco corbetas a los saudíes, que generan cientos de puestos de trabajo en San Fernando (Cádiz), y negocia ahora otros dos contratos: uno de fragatas ligeras y otro de buques de asalto anfibio.
Los lanzagranadas de Instalaza son un producto sobradamente conocido en la zona y Escribano ha conquistado a un fondo omaní como inversor, al menos hasta este año que termina el acuerdo, y una de sus torres de armas se ha exportado a este país, a Arabia Saudí o la cercana Argelia, otro puñado de cientos de empleos más, en este caso para Alcalá de Henares.
Las decenas de vehículos vendidos por Urovesa en Irak, Oman y Baréin dejan los empleos en Galicia y, además, sobre esos vehículos, en el caso de Baréin, Expal tiene montado su mortero Eimos, lo que se traduce en más empleo para España. La zona compra y compra producto español. En resumen, son países con mal cartel pero buena cartera y cierta predisposición por la industria española ante un mercado en capa caída que encima lleva un año de pandemia.
En datos concretos, el último informe de la asociación de empresas de defensa, Tedae, destaca que el área de Oriente Próximo y Norte de África, con el 8,2% de las ventas, es la segunda en importancia tras Europa (84,69%). La cifra no parece importante por sí misma, pero es superior a la suma de todas las demás áreas juntas: América Latina (3,57%), Asia-Pacífico (1,81%), América del Norte (0,99%), Resto de Asia (0,40%) y Resto de África (0,34%). Los datos por regiones corresponden al año 2017, último ejercicio en el que Tedae estableció las exportaciones del sector por estas zonas geográficas.
Pero Oriente Próximo no solo es un mercado de compra-venta, de hecho, el modelo está cambiando en la región. Los países ya no solo quieren comprar, quieren crear su propio tejido industrial, y algunas empresas como Navantia ya lo han visto. El astillero español acaba de aliarse con la estatal saudí Sami para crear Sanni (Saudí Arabia Navantia Industries). Navantia ha abierto un camino que pronto tomarán otras.
En general, España está bien posicionada en términos generales para emprender ese camino, como atestigua no solo que el pabellón nacional fuera uno de los puntos de referencia de la exposición, sino que a una feria de defensa no vaya la secretaria de estado del ministerio correspondiente, sino la de Industria.
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