Candidato B

Sánchez se vuelca en las elecciones de Madrid con tres actos por semana

El presidente utiliza Moncloa para capitalizar el impacto de los fondos y las vacunas en campaña

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) junto con el candidato socialista para la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo (d) durante la presentación de Gabilondo como candidato en Madrid
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) junto con el candidato socialista para la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo (d) durante la presentación de Gabilondo como candidato en MadridEVA ERCOLANESEPartido Socialista / EFE

Pedro Sánchez ha activado el modo campaña. El presidente del Gobierno mide al milímetro su exposición pública, que minimiza o explota en función de su conveniencia. De la omnipresencia mediática al silencio absoluto. Durante la primera etapa de la pandemia, en lo más duro del azote del coronavirus, el jefe del Ejecutivo se presentó semanalmente ante los españoles para dar cuenta del avance de la lucha contra el virus. Puso voz a las decisiones más drásticas, como el cierre total de la actividad, y paulatinamente fue anunciando el relajamiento de las restricciones.

Unas «buenas noticias» que desvelaba a cuentagotas y unilateralmente desde la Moncloa, antes de informar al resto de comunidades autónomas. En el Gobierno reivindicaban que, si habían asumido el coste de las medidas más duras, también tenían el privilegio de capitalizar la esperanza.

Esta gestión de la comunicación y de la exposición pública es una baza que en Moncloa activan y desactivan con suma cautela y que ahora juega un papel capital en la campaña para las elecciones del 4-M.

En un primer momento, Moncloa lanzó la campaña de Ángel Gabilondo haciendo de sus debilidades virtud. Explotar lo de «soso, serio y formal» y apelar al espacio de la centralidad que dejaban vacante la crispación fue un espejismo y ha quedado tan opacado como el propio Gabilondo como candidato. El viraje de Isabel Díaz Ayuso de confrontar con Pablo Iglesias a hacerlo directamente con el presidente del Gobierno dio entrada a Sánchez en la campaña, una oportunidad que no ha dejado escapar.

Que el también líder socialista se implica en las contiendas electorales no es una novedad. Ya lo hizo en la catalana. La apuesta salió bien, a medias. Salvador Illa ganó, pero no podrá gobernar.

Y ahora en la Comunidad de Madrid se busca dar la vuelta a esta realidad. Se da por sentado que Gabilondo no vencerá, pero se pelea por que llegue a gobernar la izquierda. Desde la Moncloa se busca trasladar la percepción –incluso a través del CIS, que otorgó un empate técnico a los bloques de izquierda y derecha– de que «hay partido». «La posibilidad de gobernar está en unos 20.000 votos», cuantifican. Y para lograr atraerlos se ha puesto toda la carne en el asador.

El presidente del Gobierno ha entrado en el cuerpo a cuerpo contra Ayuso y está multiplicando su presencia pública. Desde que comenzara 2021, Sánchez ha comparecido en cinco ocasiones ante la prensa, tres de ellas solo en la última semana. Una durante la gira africana y dos desde la sala de prensa de la Moncloa, donde ha sustituido a la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, los martes para trasladar los mensajes de esperanza a los españoles. Como ocurriera durante la primera etapa de la pandemia, Sánchez se ha propuesto capitalizar algunos mensajes claros durante esta campaña, que permitan desactivar el discurso de la presidenta madrileña en la gestión de la crisis sanitaria.

No es baladí que el jefe del Ejecutivo haya aprovechado estas intervenciones públicas para anunciar «el principio del fin» de la crisis sanitaria, o lo que es lo mismo, la aceleración del plan de vacunación con la llegada de nuevas dosis. También para proyectar la reactivación económica en forma de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que tendrán que remitir a Europa y que hoy presentará en el Congreso de los Diputados. E incluso, el presidente del Gobierno ha hecho propósito de enmienda de su defensa del estado de alarma y ha aventurado su «intención» de que a partir del 9 de mayo se pueda levantar la excepcionalidad.

Un anuncio «precipitado», como definen dentro de su propio partido, que tendrá que quedar –en todo caso– condicionado al criterio de los «expertos», en función de la situación epidemiológica del mes de mayo. A estos mensajes de recuperación, se suman las críticas directas contra Ayuso, cuestionando la veracidad de los datos de contagios que remite a Sanidad.