Consejo de Estado
“Histórica” visita de Felipe VI al Consejo de Estado
El Rey pone en valor la labor de esta institución que “nació y evolucionó con la Corona” y que tiene un papel “irremplazable en el afianzamiento de los principios” que rigen el Estado
“La historia de esta institución nace y evoluciona con la Corona” ha subrayado el Rey durante una visita al Consejo de Estado esta mañana en la que ha realizado un encendido elogio del papel que cumple este órgano en la estructura del Estado, un papel que el Rey califico de “central no en virtud de un principio de jerarquía a sino en virtud de su competencia”.
“El consejo es un observador privilegiado del funcionamiento de nuestra administración”, dijo también el Rey ya que “si algo debe reconocerse es su apoyo constante velando por la observación de la constitución” y asimismo la labor que el Consejo ha tenido en el “afianzamiento de los principios” que rigen el Estado.
Felipe VI comenzó su intervención recordando las dos veces que había visitado el Consejo -”una casa que considero propia”, dijo- como Príncipes de Asturias en 1990 y 2000 y se sumó al recuerdo del consejero permanente Landelino Lavilla, fallecido hace ahora un año.
El Rey llegó a la sede del Consejo de Estado, muy cerca del Palacio Real de Madrid, a las 12:00 donde fue recibido por la presidenta del máximo órgano consultor, María Teresa Fernández de la Vega, acompañada de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Durante la visita se presentó al Monarca y a la vicepresidenta la memoria anual del Consejo en el que se especifica la labor realizada por este órgano a lo largo del 2020.
Antes de que hablara el Rey tomó la palabra la presidenta Fernández de la Vega, que calificó la sesión que presidió ayer el Rey de “histórica” y que subrayó los orígenes de la institución que preside y los lazos que la unen a la Monarquía. “Depurar el arte de aconsejar” fue la expresión que utilizó Fernández de la Vega para describir la labor que realiza este “supremo órgano consultivo del Gobierno”. “El consejo de estado democrático ha realizado su labor de manera discreta” dijo la presidenta, que también reafirmó la determinación de la institución a “no permitir que nos ensordezca el ruido” y de mantener el temple necesario “para realizar nuestra labor en defensa del ordenamiento jurídico y la Constitución”. Fernández de la Vega definió el Consejo como un “templo para la palabra y el pensamiento” en el que se dialoga “sin partidismos” en un “extraordinario despliegue de inteligente colectiva”. “Esta institución queda al margen de la crispación y del sectarismo”, afirmó también la presidenta en su brillante discurso en el que se dirigió al Rey como “Señor” y “Majestad”.
Durante el acto tomó también la palabra el padre de la Constitución Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, consejero permanente y presidente de la sección primera del Consejo. Herrero recordó el artículo 56 de la Carta Magna que señala al Monarca como “símbolo de la permanencia y unión del Estado” y elaboró: “un símbolo eficaz como se ha demostrado desde la transición democrática”.
Aunque tiene como antecedentes el Consejo Supremo de la Corona de Aragón y el Consejo Supremo de la Corona de Castilla en la época de los Reyes Católicos, fue el Rey (y Emperador) Carlos I quien decidió crear un consejo propio para los asuntos externos de la Monarquía Hispánica debido a la gran actuación fuera de sus fronteras que marcó su imperio. Fue el único Consejo que no tenía presidente, pues era el propio Rey quien asumía esa función. Hoy un descendiente directo de Carlos I visitó siglos después el Palacio de los Consejos (o Palacio del Duque de Uceda) que sirve de sede a este órgano del Estado en la Calle Mayor de Madrid. Y se sentó además justo debajo del retrato que Tiziano hiciera de su antepasado en una imagen que, más allá del cliché, vale más que mil palabras.
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