Clave nacional
Elecciones Madrid: Mucho más que unas autonómicas
La movilización y el futuro de Cs son dos de las incógnitas que pueden determinar el tablero, mientras que a nivel nacional puede fraguarse la reunificación de la derecha
La campaña más polarizada que se recuerda en los últimos años terminó este domingo bajo el mantra de dos mensajes que han ido repitiéndose a lo largo de los últimos 15 días. «Comunismo o libertad» y «democracia o fascismo». Dos eslóganes políticos a partir de los cuales ha girado la política madrileña y que tendrán colofón esta noche tras una carrera de infarto en la que las propuestas electorales han quedado en un segundo plano.
Y es que en esas elecciones no solo se disputa la presidencia de la Puerta del Sol, sino que el resultado puede marcar el futuro político de España. En el PP confía en que la victoria de Isabel Díaz Ayuso les consolide como alternativa. Ciudadanos lucha contra los malos pronósticos que pueden acentuar la caída libre a nivel nacional. Mientras que Vox espera que sus votos sean imprescindibles para condicionar el gobierno autonómico del PP. En Podemos, Iglesias se juega su propia supervivencia, el PSOE, tras una campaña desdibujada se ata a la posible suma de izquierdas como salvavidas. La sorpresa en este bloque llegará de la mano de Más Madrid, que puede acabar sorpassando al PSOE y llevándose el voto descontento morado.
¿Elecciones extrapolables?
Sin duda y tendrán consecuencias para los líderes políticos a nivel nacional. La victoria sin ambages de Ayuso puede conllevar a una reorganización del voto de centro derecha, unido a la posible desaparición de Cs, mientras que, a la izquierda, se estudia el posible efecto del fracaso del liderazgo de Pablo Iglesias, mientras que no se espera un varapalo directo para Pedro Sánchez.
Pedro Marfil, miembro directivo de ACOP, cree el PP «sacará pecho de la victoria de Ayuso, como modelo enfrentado del modelo de gestión de la pandemia de Sánchez». Mientras que la izquierda puede que «encuentre un baluarte si el PP tiene que llegar a un acuerdo con Vox», en referencia al intento del PP de distinguirse de los de Abascal. Para el politólogo Jorge Vilches «va a crecer una sensación de que existe alternativa al sanchismo y pasa por una reunificación de la derecha». Paloma Piqueiras, asesora de Asuntos Públicos en Atrevia, discrepa. «El PP de Madrid está más consolidado de lo que está a nivel nacional» por lo que, a su juicio, una victoria de Ayuso «no implica una victoria de Pablo Casado». El PSOE «sigue liderando todas las encuestas a pesar de que el candidato socialista madrileño cotiza a la baja» y en cuanto al PP, cree que tras los comicios, Casado deberá decidir que PP «quiere para España; si el PP de Ayuso o el de Feijóo». Para Miljana Micovic, miembro del consejo directivo de ACOP, si Ayuso gana «será cuestionado el liderazgo de Casado y el de Sánchez». A la izquierda, la apuesta de Iglesias está en el resultado, si es así, «sobrevivirá», mientras que Vilches analiza que sí «se queda fuera, dentro de Podemos cuestionarán su liderazgo». «Es su último cartucho», repite.
La participación
La izquierda ha fiado su suma a la movilización. Se votará en día laborable, algo que no es «rara avis», de hecho, en nuestra región ya votamos un miércoles, en 1987. Votar en pandemia no es nuevo ya que los españoles lo han hecho en tres ocasiones en un año. Sin embargo, para los politólogos consultados sí puede ser un factor condicionante. Según Pedro Marfil, la participación siempre suele favorecer a la izquierda, pero el hecho de votar en día laborable puede beneficiar al bloque de la derecha. «Lo normal es que tenga más posibilidades de ir a votar un elector de clase -media alta, que uno que trabaje en una empresa familiar o que pertenezca a un barrio humilde». Para Miljana Micovic, la alta participación puede encumbrar al PP, si se consolida como el partido de la clase media. «Con alta participación, Cs quedaría fuera y Vox puede sacar menos porcentaje de voto», refrenda. Vilches cree que la participación será alta y no influirá el hecho de que el ciudadano acuda a la urna en día laborable. Explica que «en Madrid el electorado movilizado es el de la derecha, mientras que la izquierda está desmovilizada. Es el problema al que se enfrenta el PSOE», apunta. Cree que esta movilización se debe a porque se ha generado «ilusión y un frente antisanchista» mientras que ni PSOE, Unidas Podemos ni Más Madrid han sabido generar este factor «ni un movimiento antiayuso».
El futuro de Ciudadanos
¿Conseguirá superar la barrera del 5%? Pedro Marfil detecta que puede haber sorpresas y que en la bolsa de indecisos puede encontrarse mucho votante naranja que se debata entre «el voto útil o en coherencia». Además, explica, que «las elecciones las gobierna quien convierta el voto en poder» y que si contra todo pronóstico, logra representación «puede hacer valer sus diputados en la asamblea». Paloma Piqueiras no ve posibilidad para su entrada. «Creo que en el imaginario del electorado pesará mucho el voto útil y es complicado que un partido que viene con una trayectoria descendente desde el 10-N, continuando en Cataluña y que acaba de perder dos gobiernos autonómicos pueda entrar en la Asamblea». Para Miljana Micovic, dependerá de la movilización. “Creo que han hecho una campaña interesante, con un candidato sólido, pero no sé en qué medida eso puede influir en la percepción general sobre su desaparición del tablero político”.
¿Qué pasará con la izquierda?
Marfil ve que este bloque «ha caído por la agenda marcada por Ayuso y esto les ha restado tiempo para hacer propuestas», a la par que analiza que la «atomización de la izquierda penaliza a la hora del recuento del sistema D’Hont». Algo que refrenda Vilches que cree que la izquierda «le ha hecho totalmente la campaña a Ayuso al convertirla en el centro del debate». A su juicio, deberían haber hablado de servicios públicos o de la desigualdad «que es lo que moviliza a la izquierda». Para Piqueiras los tres partidos han buscado un frente común, han buscado un objetivo y «no han caído en la confrontación entre rivales», aunque la pregunta que hay que plantearse es «si ha servido y parece que la respuesta es que no». Miljana ve que si la izquierda tiene posibilidad para gobernar «se pondrá de acuerdo fácilmente».
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