Juicio

Los arrumacos del “Rey del Cachopo” a su abogada

El acusado ha aprovechado toda la prueba documental de la sesión de hoy para tener gestos de cariño con su letrada

El juicio por el crimen de Heidi Paz, cuyo único acusado es su ex novio César Román alias “El Rey del Cachopo” va llegando a su fin. Mañana está previsto que tras los últimos informes entregados por las partes el presunto autor de los hechos ejerza su derecho al último turno de palabra antes de que el tribunal entregue al jurado las preguntas objeto de veredicto. Se prevé que Román hable durante horas, a pesar de que en la primer jornada del juicio, el pasado 11 de mayo, ya lo hizo durante casi cinco horas. Esta vez tratará por última vez de convencer al jurado de que todas las pruebas que se han ido mostrado en sala a lo largo de estas semanas tienen una explicación y que, aunque todo apunte a que él es el culpable, no es así. Tendrá complicado Román desmontar, entre otras cosas, qué hacía su ADN en la maleta que (según él no es suya), donde se encontró en torso de Heidi; qué hacía una huella de su dedo corazón en un bote de sosa cáustica encontrado en la nave y con el que rociaron el tronco de la víctima; por qué su móvil le posiciona en el lugar de los hechos o, porqué huyó a Zaragoza y cambió de apariencia tras el incendio en el que se descubrió el torso y por qué tenía allí, en su nuevo piso, el móvil con el que Heidi le llamó la última noche que la vieron con vida. No lo tendrá fácil pero él, a sabiendas de su locuacidad, no escatimará en recursos para hacer creer al jurado de que todo es un malentendido.

Puede que el viaje que haga mañana desde la prisión hasta la Audiencia Provincial de Madrid sea uno de los últimos que haga (probablemente estará presente en la lectura del veredicto del jurado presumiblemente la próxima semana) y él es consciente de ello. Esta mañana la sesión ha estado copada por la prueba documental: el jurado ha visionado todo el reportaje fotográfico aportado en la causa que va desde el registro en la nave donde se encontró en torso, las fotos de la autopsia del tronco de Heidi y el registro en sus viviendas de Vallecas (calle López Grass y posible escenario del crimen) y el de la habitación que tenía alquilada en la calle Portugal de Zaragoza, donde fue detenido en noviembre de 2018. Para que los miembros del jurado pudieran apreciar bien las imágenes, se han bajado las luces de la sala y se han visionado en absoluto silencio, solo interrumpido por el cuchicheo constante de Román a su letrada, la penalista Ana Isabel Peña. “El Rey del Cachopo” no ha dejado de comentarle al oído todo cuanto veía oportuno, explicarle las estancias de la nave e, incluso cuando no tenía nada que decirle, ha preferido quedarse a escasos centímetros de la letrada, casi apoyado en ella, lo que ha llamado la atención de algunas personas presentes en la sala ya que no es un comportamiento muy habitual entre cliente y letrado. De hecho, él mismo comentó en prisión que mantenía un romance con ella. Se conocieron porque la abogada tiene una asociación de ayuda a presos y suele ir a las prisiones. Comenzó a llevar a César los asuntos legales que Román mantiene con su ex mujer Natividad por el tema de la hija que tienen en común y, a dos meses de comenzar el juicio por el crimen de Heidi, decidió dejar al abogado que le había llevado el caso, Manuel Alonso Ferrezuelo, para que pasara la vista oral la nueva abogada. La letrada siempre ha dicho abiertamente que su cliente se conoce la causa mejor que él y, de hecho, en muchas ocasiones le ha dirigido las preguntas que debía hacer a los testigos. No ha debido ser nada fácil para la penalista soportar los continuos aspavientos e incluso las risas de Román ante algunos testigos (llegó a reírse el día que declaraba Gloria, la madre de la fallecida). Al responsable del Grupo VI de Homicidios encargado de la investigación llegó a espetarle: “¡Está mintiendo!”. Mañana tiene derecho a explicarse por última vez.