Indultos

Casado recela de otra foto de Colón con Abascal

La dirección del PP recogerá firmas en la calle, pero no convocará protestas en su nombre

Hace dos años, Casado, Rivera y Abascal protestaron contra Sánchez
Hace dos años, Casado, Rivera y Abascal protestaron contra SánchezLuis Díaz

La movilización convocada por la plataforma cívica Unión 78 contra los indultos ha colocado a la dirección del PP y a la de Ciudadanos antes de lo que se pensaban frente a la incómoda decisión de anticipar su presencia en un acto en el que, en cualquier caso, ni Pablo Casado ni Inés Arrimadas quieren compartir imagen con Santiago Abascal para no repetir la fotografía de Colón. Aquella imagen de los tres partidos –en nombre de Ciudadanos estaba Albert Rivera– en otra concentración en la que se protestaba, en febrero de 2019, contra la hoja de ruta del Gobierno de Sánchez que reconocía la figura del relator para la mesa de diálogo que exigían los independentistas. El Ejecutivo tuvo que rectificar sus planes por la reacción social y del PSOE.

El movimiento de esta plataforma cívica, que apoyan Fernando Savater o María San Gil, además de la ex portavoz del PP Cayetana Álvarez de Toledo, ha obligado a la dirección popular a modular su posición. Es una decisión incómoda, pero no tienen otra salida –creen– para evitar que sea Vox quien capitalice el malestar fuera de Cataluña por la decisión del Gobierno de Sánchez.

En la nueva concentración de Colón habrá representantes de la cúpula popular, pero Casado evitó ayer confirmar su asistencia. Y optó por ese camino porque si sólo dependiese de él, el líder popular no se haría la foto en la misma concentración en la que estará Abascal. Pero los factores externos, cómo evolucione el debate hasta entonces, y la posición de los demás partidos, condicionarán su decisión final.

La movilización ha sido convocada para el próximo 13 de junio en la madrileña Plaza de Colón, una fecha en la que todavía no se habrán aprobado formalmente los indultos. En su duro informe el Tribunal Supremo plantea, entre líneas, al Gobierno el único camino que le queda para afrontar esta pantanosa decisión. Debe haber indultos individualizados, y esto exige al Ministerio de Justicia un intenso trabajo de fundamentación jurídica que llevará su tiempo.

La dirección popular sí volverá a salir a la calle a recoger firmas, como Mariano Rajoy hizo con el Estatuto de Cataluña o ellos hicieron con la Ley Celaá, la reforma educativa. El PP volverá a poner mesas por toda España para recoger firmas, pero en su nombre no convocará manifestaciones. Tampoco se sumará a las que lidere Vox. Otra cosa es que, como ha ocurrido con esta primera protesta, la organicen otras plataformas cívicas, y que esto les obligue a dar su respaldo a la iniciativa.

«Donde está la ley, los políticos tenemos que salir», defendió ayer el presidente del PP, después de anunciar la decisión de desplegar de nuevo por toda España mesas petitorias para que los ciudadanos puedan recoger firmas contra los indultos. Las firmas que en 2006 recogieron contra la reforma del Estatuto de Cataluña fueron las que luego sirvieron para apoyar el recurso de inconstitucionalidad. El Tribunal Constitucional tumbó las partes más polémicas de aquella reforma estatutaria aprobada en la etapa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Casado defendió también una movilización serena, pero firme, con la que el PP intenta no quedarse por detrás de las movilizaciones y demás iniciativas que pueda liderar Vox. Los dos partidos compiten políticamente por capitalizar el malestar contra el indulto a los líderes secesionistas.

Ciudadanos también está en una situación incómoda. Arrimadas no puede repetir la foto con Vox. Pero tampoco puede no estar. La salida de la formación naranja ha sido anunciar que su partido estará en Colón, pero no se pondrá al frente de la pancarta porque considera que el protagonismo debe dejarse a la sociedad civil. Para ese mismo día Cs ha anunciado una concentración en Barcelona contra los indultos, que es donde, previsiblemente, se dejará ver Arrimadas. La respuesta a la decisión del Gobierno tiene un importante cálculo en clave de interés de partido y electoral. Aunque no haya elecciones a medio plazo.