Fronteras

Marruecos ve un futuro incierto para Ceuta y Melilla sin el contrabando

Subrayan que la moderinización emprendida por España en los puestos del Tarajal y Beni Enzar no servirá para que vuelva el comercio atípico

Imagen de archivo del Beni Enzar
Imagen de archivo del Beni Enzarlarazon

El futuro económico de Ceuta y Melilla es incierto debido, entre otros factores, a que las autoridades marroquíes decidieron poner fin definitivamente al contrabando (comercio atípico) desde Ceuta y Melilla, según un artículo publicado por la revista “Al Ahdath Al Maghribia”. Con todo, admite que a ambos lados de la frontera se estudian proyectos para paliar en el futuro la situación de la población afectada con “movilización de importantes recursos”., aunque el panorama que plantea no es halagüeño.

Han pasado dos años desde que se cerraron al contrabando las fronteras de ambas ciudades autónomas. “Cuando las autoridades tomaron esta decisión, pocos creyeron en ella. Algunos, incluso, intentaron ejercer presión para revertir las cosas a la situación anterior. Hoy en día, pocos creen que el contrabando pueda volver a convertirse en la actividad predominante en las ciudades ribereñas”, agrega.

“En Fnideq (Castillejos), Nador o en las localidades vecinas, ya no cabe duda de que los pasos de Ceutay Melilla han sido definitivamente cerrados al contrabando. Incluso del otro lado, los comerciantes que trataban con marroquíes que cruzaban a diario parecen haberse resignado a la idea de que el contrabando ya no sería pan bendito”, subraya.

Asegura la publicación, que se han puesto en marcha proyectos alternativos para los que se dedicaban al contrabando, algo que muchos lugareños no comparten y son frecuentes las protestas.

“Los proyectos concretos, los que se encuentran en ejecución o los que aún se están considerando, es prueba de la determinación del reino de mantener su posición frente al contrabando que abundaba en estos pueblos del norte. Esta prueba es también un mensaje que las autoridades españolas finalmente han captado, al anunciar recientemente un nuevo plan dedicado a las dos ciudades, con importantes recursos para movilizar”, dice la publicación marroquí recogida por Le360.

“España ha insinuado repetidamente que las dos fronteras se reabrirán en breve. Pero terminó perdiendo la esperanza, y si bien las autoridades que gobiernan Ceuta y Melilla han invertido mucho en la modernización de los dos puestos (Tarajal, en Ceuta; y Beni Enzar, en Melilla), hoy todo el mundo sabe que ya no podrán abrir como antaño y que, sobre todo, ya no pueden ser una puerta abierta para la entrada de productos de contrabando a Marruecos”.

“Al Ahdath al Maghribia” se refiere a varios asuntos que podrían surgir del nuevo modelo de desarrollo que se está preparando para las dos ciudades. “Con el fin del contrabando, ¿deberíamos poner fin también a las excepciones de las que gozan las dos ciudades, como la posibilidad de permitir el acceso a ellas a residentes de ciudades vecinas como Nador y Fnideq? ¿Deberíamos poner en marcha un sistema aduanero equivalente al de los países del viejo continente para cumplir con la normativa Schengen?”

“Por lo tanto, la lista de retos que deben afrontar Ceutay Melilla desde el fin del contrabando es numerosa. Pero del lado de los pueblos vecinos, pasa lo mismo. Con la diferencia de que las autoridades marroquíes ya están en una carrera contrarreloj por materializar rápidamente los distintos proyectos que apoyarán a las poblaciones que vivían de este contrabando. Se prestó especial atención a las familias que se encontraron sin ingresos después del cierre de los dos pasajes. De repente, hemos visto florecer iniciativas que no hubiéramos sospechado hace unos años”. “Los proyectos, basados principalmente en los activos forestales y marinos de las localidades del norte, también se están multiplicando, constituyendo una alternativa para las mujeres que contrabandeaban alimentos”.

Concluye que tanto en Marruecos como en España, “todo el mundo está convencido de que las cosas ya no pueden volver como estaban, con este contrabando que enriqueció la economía de las ciudades autónomas, sostuvo a las familias de los pueblos vecinos, pero que tuvo un enorme coste para la economía marroquí”.