Madrid

Populismo

Abel Caballero tiene obsesión con Madrid y con su alcalde

Como la culpa de todo lo que nos pasa, que no es poco, es del cambio climático y de Putin, según el Gobierno, me pregunto si el cambio climático y Putin serán los responsables directos de que el alcalde de Vigo haya hecho el ridículo más espantoso bailando “breakdance” en la celebración del festival O Marisquiño que congregaba a las mejores figuras del breaking.

Según la neurociencia, bailar tiene muchos beneficios para el cerebro y no soy quién para oponerme a los beneficios de dicha práctica, pero si uno no tiene ritmo, ¿no es mejor bailar en privado que en el escenario de un festival?

O si te apetece llamar la atención, ser tendencia en las redes sociales y si ya has decidido que te vas a marcar unos pasos en el escenario ¿no es mejor haberlos ensayado un poquito antes y no parecer un extraterrestre articulado tirado en el suelo? ¿Qué paso pretendía bailar, el Windmill o el Six Step?

La actuación grotesca de Caballero no es sólo por el baile, es que al finalizar la peripatética actuación, que él mismo sube a las redes, reta al al alcalde de Madrid a hacer lo mismo, a bailar breakdance, pronosticando que le va a ganar. Tiene obsesión con Madrid y con su alcalde. Desde que descubrió la existencia de las luces LED, va de reto en reto. Primero le reta a ver quién pone más lucas de Navidad y ahora a bailar. No es lo mismo ser popular que populista y no es lo mismo caer en gracia que ser gracioso.

A ver si de una vez combatimos el calentamiento global y vencemos a Putin porque ni mi vista, ni mi mente están preparadas para asimilar tanto ridículo espantoso que aún tengo pesadillas con la imitación de Iceta a Freddie Mercury.