Fricciones
Podemos aprovecha el altavoz para reivindicarse ante Díaz por su lejanía con los partidos: “Odio que se les denoste”
Los morados usan sus jornadas de reflexión para exhibir fortaleza y dejar claro que son un “actor fundamental”. La idea de que hay sectores que buscan “matar” a la formación fue combatida con apelaciones a la “fuerza transformadora” del partido
La “Uni de Otoño” de Podemos, las jornadas de reflexión que el partido ha organizado con su militancia en la previa del ciclo electoral que se avecina con elecciones autonómicas y municipales, ha servido al partido morado para varios objetivos: el primero, insuflar ánimo a su militancia en un momento de incertidumbre en la izquierda, el segundo, para dar voz a sus candidatos recién elegidos en primarias para los próximos comicios, y, el tercero, para reivindicar la fuerza de la organización -con imágenes de los simpatizantes unidos y aparentemente entregados- frente a la construcción del nuevo sujeto político que empieza a consolidarse y que busca ser el espacio aglutinador, Sumar, que se aleja de todo lo que presume Podemos, la fuerza de las formaciones políticas y la importancia de estas en la actividad política.
Así, la dinámica de las jornadas de reflexión de Podemos han sido un claro ejercicio de ajuste de cuentas con Yolanda Díaz, ausente en el acto, junto al ministro de Consumo, Alberto Garzón. El partido no rehusó de mandar recados a la vicepresidenta durante todo el fin de semana. La encargada principal de este cometido ha sido la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, quien el viernes reivindicó que el proyecto de país «no solo es pensar en el futuro que deseamos». " Sabemos que un proyecto de país no es solo pensar en el futuro que deseamos, en los cambios estructurales a largo de plazo que queremos realizar sino como es el día a día de los españoles”. Un mensaje directo a la ministra de Trabajo. “Hay que preguntarse en que podemos hacer para que en el día a día los ciudadanos vivan mejor. No hay mayor proyecto de país que ese”, zanjó. La número tres del partido eligió unas palabras claves con las que busca exhibir músculo y advertir a la vicepresidenta que ellos también se esfuerzan por “cambiar la vida de la gente”, que es uno de los mantras que más usa Díaz, con el fin de centrarse en la “política de las pequeñas cosas”, la que, a su modo de ver, afecta a la ciudadanía.
Este sábado, lo volvió a hacer, al rechazar la intención de Díaz de limitar la acción de los partidos ante la desafección política que percibe la ciudadanía. La también secretaria de Estado para la Agenda 2030, desgranó que el discurso político de la derecha y “cierta parte de la izquierda” pasa por decir que la desafección se soluciona por otro tipo de participación que “no tiene que ver con la propia organización” a través de partidos, sindicatos o asambleas vecinales.
Un mantra que se escuchó durante todo el día de ayer en las diferentes mesas, así como los alegatos a los logros que el partido ha logrado desde que entró en Moncloa. Bajo ese argumento, el partido buscó complicidad con su militancia y reivindicarse como “la fuerza que transforma” y como un “actor fundamental” en la política.
Por ejemplo, la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la mesa ‘Feminismo y (contra) poder aprovechó para aclamar la necesidad de contar con partidos fuertes. Mensaje en clave en el momento convulso para la izquierda. «El valor de la militancia, de la organización política.... Odio, odio, detesto que se denoste a los partidos, a los movimientos sociales, a las organizaciones de la sociedad civil...». Un dardo a la vicepresidenta que busca alejarse de las formaciones políticas.
El propio Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, lo dejó claro en otra mesa sobre el “lafware”. En su intervención cargó contra las élites que quieren ver muerta a su formación, en sus palabras. Aseguró que Podemos seguirá siendo un “actor fundamental” en la lucha ideológica.
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