Estrategia

El PP liga su «éxito» al tándem Feijóo-Ayuso

Los barones demandan «más fotos» de los dos juntos frente a la estrategia de «intoxicación» de Moncloa

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, posa con varios simpatizantes este domingo en Buenos Aires
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, posa con varios simpatizantes este domingo en Buenos AiresDavid MudarraPartido Popular/EFE

Feijóo y Ayuso se necesitan para conseguir sus objetivos políticos, y no habrá choque, sino «muchas más fotos» de los dos juntos de aquí a las elecciones autonómicas y municipales. Para este lunes hay convocada una reunión de la Ejecutiva del partido, y la han preparado para que sea una exhibición de unidad frente a la crisis que les ha estallado a los socialistas a cuenta de la fragmentación de su principal «escudero», por el choque entre Pablo Iglesias y la vicepresidenta Yolanda Díaz.

«Hoy somos el partido más unido de España». Este mensaje sale del entorno de la presidenta, y está a años luz de lo que se cocía en Génova y en Sol en la etapa de Pablo Casado. Pero desde Moncloa y las terminales del PSOE han vuelto a poner en marcha una campaña para debilitar al jefe de la oposición con el mismo instrumento que le costó la carrera política al anterior líder del PP, Pablo Casado, es decir, con la figura de la presidenta madrileña.

La situación interna en el PP, sin embargo, no tiene nada que ver con la que vivió el partido en la etapa de Casado, empezando por el hecho, como subraya uno de los barones más cercanos al número uno, de que Feijóo «no tiene celos de Ayuso, sino que sabe que debe utilizarla, apoyarse en ella, para sumar, y que necesita dejar margen para que Isabel construya el discurso político que le dé la mayoría absoluta».

Ayuso ya está en campaña y trabajando para conseguir esa supremacía en mayo, y Feijóo necesita su mayoría para impulsarse hacia las generales. Del «tándem» depende el éxito del PP en los próximos exámenes en las urnas, y en la dirección popular son plenamente conscientes de que en Madrid Ayuso compite con Vox, y de que su mayoría depende de seguir ganándole terreno al partido de Santiago Abascal con un discurso duro, «radical», de confrontación con el presidente del Gobierno y con sus políticas. Por supuesto que este discurso tan de confrontación chirría en otras organizaciones territoriales del partido, pero es la receta a la que fían el objetivo de ampliar la base electoral en Madrid.

De cara a las elecciones de mayo la capital es la reserva en la que Vox aguanta con más firmeza, y Ayuso librará la pelea en ese espacio, y hasta se dará la paradoja de verla competir con los de Abascal por el voto en el cinturón rojo, en terreno tradicional de la izquierda.

El PSOE ha sido eficaz, con la ayuda del PP, en convertir en un eslogan la idea de que Feijóo rompió la negociación sobre la renovación del Poder Judicial por un wasap de la presidenta, pero, más allá del recorrido público de este mensaje, este argumentario no tiene coste interno porque los barones coincidieron, cuando fueron consultados por Feijóo, en defender que la negociación era una «trampa» de la que había que salir, mejor tarde, que nunca.

Si se «hurga» entre algunos de los principales referentes del PP, se escucha admitir que han errado en cómo se presentó la decisión de esa ruptura de la negociación, y en que el reparto de mensajes entre Feijóo y Ayuso debe ajustarse a un principio de equilibrio. Pero no ven contradicción en los papeles que ejercen, y tienen que ejercer, cada uno de ellos.

Este pasado lunes la presidenta participó en los encuentros de «LA RAZÓN DE...», y en el coloquio, posterior a su conferencia, incidió con vehemencia en poner en valor la figura de Feijóo y su confianza en que le vaya bien las generales. Esta confianza interna en el éxito electoral aplaca también las rivalidades. Feijóo tiene la ventaja de que a día de hoy el partido se cree que pueden gobernar en la próxima legislatura y éste es el mayor factor de unión en cualquier organización política.

La estabilidad del voto del PP en alrededor el 30 por ciento se une a otro elemento decisivo, la diferente situación que atraviesan Vox y Podemos. Los primeros siguen estabilizados en un porcentaje de voto que se mueve en el 13-14 por ciento, mientras que en el PSOE están a la espera de la explosión final del choque entre Iglesias y Yolanda Díaz.

Según los análisis demoscópicos, esto puede marcar una gran diferencia en la construcción de mayorías. La fragmentación del espacio a la izquierda del PSOE puede ser letal para las expectativas de Pedro Sánchez, y esto también da alas al entusiasmo dentro de las estructuras del PP respecto a sus posibilidades electorales.

En Génova y en Sol no pasan por alto el coste que puede tener para Ayuso el conflicto sanitario en Madrid, y por eso desde las baronías advierten de que hay que evitar el cuerpo a cuerpo con el personal sanitario y buscar un acuerdo lo antes posible. Si bien Ayuso ya demostró en pandemia que en su estrategia no admite injerencias ni siquiera desde dentro de su partido.

La convivencia del tándem tiene riesgos en la medida en que la batalla de la renovación judicial ha dejado en evidencia que Moncloa se maneja bien en el conflicto, igual que Ayuso, y que a Feijóo el conflicto, salirse de la economía y del perfil más propositivo, no le viene bien. De ahí la reflexión de un alto cargo de la dirección nacional. «Como en todo, lo sabio es el equilibrio».

Bendodo: «Feijóo y Sánchez son la noche y el día»

El coordinador general del PP, Elías Bendodo, afirmó ayer que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, son «la noche y el día»: «La principal diferencia es, fundamentalmente, que Feijóo ha venido a ser jefe del Ejecutivo para desgastarse y no para desgastar a los españoles, mientras que Sánchez está en el Gobierno desgastando a los españoles para no desgastarse a él». «Esa es la diferencia entre un estadista y un político que solo quiere aferrarse al sillón de La Moncloa», agregó Bendodo en un acto con concejales y alcaldes del PP en Ciudad Real.
El «tres» del PP proclamó que las municipales de mayo deben ser una «meta volante y antesala de una victoria importante del PP que dé tranquilidad en todos los municipios» y preludio de una victoria en las generales.