Entrevista

Ignacio Varela: «Tengo dudas del futuro del PSOE. Sánchez le ha hecho una taxidermia»

El analista y consultor político publica «Testigo de un tiempo» donde narra la historia de liderazgo e intrigas que encumbró a Felipe González al poder hace 40 años

Entrevista a Ignacio Varela por el libro 40 años de Felipe Gonzalez
Entrevista a Ignacio Varela por el libro 40 años de Felipe GonzalezDavid JarLa Razón

Teñido por la experiencia y el recuerdo personal de quien lo vivió, en «Testigo de un tiempo» (Almuzara), el analista y consultor político Ignacio Varela narra la historia de liderazgo, carisma, intrigas y poder que aconteció de 1972 a 1982 donde Felipe González consiguió despuntar. Desde la sala de máquinas se adentra en los entresijos de todo lo que supuso aquel «Por el cambio».

«Testigo de un tiempo». ¿De qué da fe Ignacio Varela?

De una experiencia personal que, al mismo tiempo, coincide con un tiempo crucial en la Historia de España.

¿Qué fórmula catapultó al éxito a Felipe González?

Creo que las primeras elecciones democráticas en España. Se jugó una cosa muy importante que no estaba nada clara, que era, en el caso del PSOE, la hegemonía en la izquierda española, que, hasta ese momento, todo parecía indicar que iba a corresponder al Partido Comunista. El Partido Socialista se convirtió con amplísima ventaja en la alternativa de poder y en el primer partido de la izquierda española. El PSOE, desde muy pronto, incluso desde la clandestinidad, había empezado a organizar una maquinaria y un equipo electoral muy profesional. Se vio entonces que aquella campaña era realmente la única, la mejor organizada, la más profesional, la más moderna...

¿Cuándo se sabe que no hay márketing que salve al presidente?

Mucho después, cuando empieza a haber márketing político en España. El gran fracaso de Adolfo Suárez fue el no haber sido capaz de montar un partido político, él mismo lo reconoció. A partir de ahí se vio que, cuando un gobierno ha fracasado políticamente, la sociedad ha desconectado de él. El márketing no puede disimular un fracaso político rotundo.

¿No le habrá llamado Pedro Sánchez para ser su nuevo gurú?

Yo soy un gurú anti gurús. Creo que no existen las campañas de autor y es lo que defiendo en el libro. Por lo menos, si nos referimos a los grandes partidos, son necesariamente un trabajo en equipo. Todos forman parte de un engranaje y cuando falla una pieza, todo comienza a fallar. Pero ese escenario que me plantea no se va a producir. He pasado en este oficio 40 años de mi vida diseñando campañas electorales y he sido un tipo anónimo deliberadamente. Quien hace este tipo de trabajo no debe existir para la opinión pública. Solo he salido a la luz porque he dejado de hacer campañas electorales. Si regresara al oficio, volvería a la oscuridad. Esa es mi interpretación del oficio.

La campaña de entonces se llamó «Por el cambio». ¿Qué ha cambiado entre la era Felipe González y la de Sánchez?

Ha cambiado el PSOE. Probablemente es discutible que se pueda hablar de un partido con 150 años de historia; más bien habría que hablar de unas siglas con 150 años de historia que ha ido acogiendo criaturas políticas sustancialmente distintas entre sí, en la esencia. El de ahora se ha hipotecado a sí mismo, a unas alianzas que lo condicionan necesariamente para el presente y para el futuro. Ha renunciado a la vocación de mayoría. Hay un modelo completamente distinto de lo que es el partido y de lo que es el liderazgo. Creo que hay una confusión entre tres conceptos que hay que distinguir: el liderazgo, la jefatura y el caudillaje. Felipe González interpretó el liderazgo. Sobran jefes y faltan líderes. El PSOE se ha contagiado mucho más de populismo que Podemos de socialdemocracia. Creo que, por ello, además, se está produciendo una desnaturalización.

¿Ve al PSOE retornando a los orígenes?

No, porque han pasado muchas cosas en este mundo. Me conformaría con que fuera socialista; un socialismo moderno, actual contemporáneo. Eso es lo que hizo Felipe González, ofrecer un producto que en aquel momento era rigurosamente contemporáneo.

Sánchez ensalzó al PSOE de González. ¿Le sorprende?

No me ha sorprendido porque para Sánchez las siglas son su paraguas protector. Pero, si preguntáramos entonces que era lo que pretendía hacer Felipe González en España estaba muy claro: consolidar la democracia, modernizar el país, meternos en Europa y construir un Estado del bienestar. Ese era el programa. Pero si preguntas hoy qué pretende hacer Pedro Sánchez con España la respuesta sería unánime: seguir mandando o seguir siendo presidente del Gobierno. Es el poder al servicio de un proyecto frente al poder sin proyecto.

¿A quién escucha ahora Sánchez?

No tengo ni idea; creo que a sí mismo muchísimo. A los demás, no.

¿Cree en la posibilidad de unos pactos de la Moncloa entre Sánchez y Feijóo?

No vamos a ver ese escenario. Los señores que hicieron la Constitución, que construyeron nuestro sistema político hicieron un sistema en el cual es prácticamente imposible hacer ninguna clase de reforma de fondo estructural sino es activando mecanismos de consenso.Cuando eso se rompe entramos en el bibloqueísmo en el que estamos y el país entero se paraliza. Llevamos más de una década con todas las reformas importantes del país bloqueadas. Polarización equivale a paralización. Esta Legislatura pasará a la historia como una de las más improductivas de la historia de la democracia en lo que se refiere a reformas de fondo.

Dice que Alfonso Guerra nunca habría eliminado a los más válidos. ¿Entiende la estrategia de Sánchez cuando borró a sus leales?

Este fenómeno de practicar genocidios internos en política es algo muy nuevo. En la selección de política española se ha producido en los últimos años un Darwinismo invertido donde, en lugar de elegir a los mejores se produce al contrario.

Con la lista de políticos que han sido literalmente borrados de la circulación , no hablo de los más mayores, se podrían componer cinco o seis Consejos de Ministros de bastante buena calidad.

¿Después de Sánchez ve sucesor?

Tengo dudas de cuál va a ser el futuro del PSOE después de Pedro Sánchez. Con lo cual, no me planteo el problema del sucesor. Tengo dudas sobre el propio futuro del Partido Socialista. Pedro Sánchez le ha hecho algo parecido a una taxidermia política.

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