Entrevista
Juan Bravo, vicesecretario de Economía del PP: “No subiremos los impuestos. Los bajaremos siempre que se pueda”
El día después de aprobarse los Presupuestos, el portavoz de Génova adelanta a LA RAZÓN las primeras actuaciones de un Gobierno de Feijóo
Mejor para España tener Presupuestos para 2023 que no tenerlos, ¿no?
Depende de qué Presupuestos. El actual proyecto es irreal. Son unas cuentas realizadas con unas previsiones de crecimiento cuestionadas por todos los organismos nacionales e internacionales independientes. En términos económicos no son serios. En términos políticos, vincularlos a Bildu y a ERC, y a la derogación de la sedición, es peligroso. Y, además, en el plan presupuestario enviado a Bruselas había un escenario 1 y un escenario 2, lo que hace que lo que se ha debatido en el Congreso no sea el Presupuesto que, finalmente, se va a aplicar. Algo que no había pasado antes.
¿Qué quiere decir?
El Gobierno remitió a Bruselas un plan presupuestario con un escenario 1 y un escenario 2. Algunas de las ayudas que hoy están vigentes no aparecen en el Presupuesto que se está debatiendo en el Parlamento, y, sin embargo, sí en ese escenario 2, por lo que parece que, de nuevo, se va a ir construyendo con reales decretos e impidiendo un debate con transparencia y seguridad jurídica, como sería lo deseable.
¿La imagen de estabilidad no nos suma como país en este momento, aunque sea a costa de una mayoría parlamentaria que a ustedes no les gusta?
Más que imagen, necesitamos estabilidad. Pero la estabilidad no es un fin en sí mismo, es un instrumento, un proceso sobre el que apoyarse para gobernar bien. Nada más lejos de lo que tenemos en la actualidad: dos gobiernos en uno, con continuos enfrentamientos entre ellos y con división, incluso, entre sus partes. Su único objetivo es resistir, no gobernar.
¿Qué lección ha sacado el PP de lo que ha ocurrido en el Reino Unido, con la crisis provocada por un programa de rebaja de impuestos que ha asustado a los mercados y a los inversores?
La mejor enseñanza es que los ingresos y los gastos tienen que cuadrar para que te puedan creer los que te prestan el dinero. Ya lo dijo el ministro de Economía y Hacienda británico, Jeremy Hunt, en su primer mensaje: un ministro del Tesoro no puede controlar los mercados, pero sí puede hacer ver que puede pagar su gasto público con los impuestos.
Y con nuestros niveles de deuda y de déficit, ¿una política de bajada de impuestos no asustaría también a los mercados?
Nuestro compromiso es no subir los impuestos y bajarlos siempre que se pueda. El plan de Truss tenía más que ver con las políticas de Sánchez y Zapatero. ¿Recuerda las dos tardes de economía y lo de que el dinero público no es de nadie? Truss anunció la expansión de gasto público en 150.000 millones de libras con una deuda acumulada en pandemia de 420.000 millones; y, a la par, una bajada de impuestos, sin ninguna medida de reducción de gasto político y ninguna reforma.
¿Qué medidas de las que está aprobando el Gobierno para contener el coste social de la crisis eliminarían?
Gobernar sin reglas no es gobernar sin control. Deberían haber controlado el gasto sin límite y no batir el récord de deuda pública de 1,5 billones; deberían haber tomado algunas medidas cuando surgieron los problemas, por ejemplo la inflación, que comenzó en agosto de 2021. Deberían haber dialogado con las CCAA y la oposición para diseñar bien la gestión de los fondos europeos y aprovechar una oportunidad histórica. Deberían haber sido transparentes, para generar confianza.
Le preguntaba por el gasto social. ¿Qué partidas habilitadas por el Gobierno de coalición suprimirían?
Si hablamos de gasto, lo que hay que suprimir es el gasto político y superfluo. Es momento de ayudar a los más vulnerables. La sociedad lo viene reclamando. Pero lo importante no son los anuncios, sino los hechos. Y notamos incapacidad para esa gestión (bono cultural que acaba en la reventa, ingreso mínimo vital que no llega como se había prometido, plan de rescate empresarial RDL 5/2021, los Next Generation…). La mejor política social es el empleo, la gente no necesita ayudas, lo que quiere es un proyecto de vida vinculado a una oportunidad laboral que le permita una vida plena. Y para llegar a ese empleo debemos potenciar la educación.
Impuesto a los ricos. ¿Lo suprimirán?
El impuesto de patrimonio bis lo eliminaremos. Cuando Macron lo eliminó en Francia fue porque se habían ido 60.000 personas y 200.000 millones de capital. En España, según el INE, un 23% más de españoles se ha ido a vivir a Portugal desde que gobierna Sánchez. A eso hay que sumar los que no vendrán y eligen otro territorio para sus inversiones. Ni Portugal, ni Francia ni Italia, con los que competimos, lo tienen, y son nuestros vecinos.
Hasta que gobiernen, ¿qué estrategia seguirán sus comunidades?
Aquellas que lo han eliminado lo recurrirán ante el Tribunal Constitucional. Madrid y Andalucía ya han anunciado el recurso.
¿También suprimirán la nueva tasa a los bancos?
Escuchen al BCE, FMI y luego valoren: existe otra forma de hacer las cosas. Nuestra propuesta es aplicar el Código de Buenas Prácticas del RD/L 6/2012 adoptado por consenso con las entidades bancarias; facilitar el alargamiento del periodo de amortización de la hipoteca, establecer un cheque de ayuda hipotecaria y la creación de un fondo participado por la Banca y el Gobierno para ayudar a las familias más vulnerables.
¿Eso quiere decir que el impuesto que acaba de aprobar el Congreso sí lo eliminarían, aunque haya la posibilidad de hacerlo permanente?
Sí.
El impuesto a las eléctricas ya existe en otros países. ¿Tampoco lo mantendrán?
El impuesto de Europa a las energéticas no tiene nada que ver con el de España. No es lo mismo gravar beneficios, como dice Europa, que la facturación, que puede no generar beneficios. Además, según dijo María Jesús Montero el 16 de septiembre, o la ministra Ribera, España iba a adaptar el impuesto al europeo. No lo ha hecho, y hasta el FMI lo ha pedido esta semana.
Otra decisión que ha generado debate ha sido la subida de todas las pensiones, también las máximas, conforme a la inflación. El Gobierno se agarra a que es una ley, y hay que cumplirla. ¿Hay que revisar la ley para hacer más sostenible el sistema?
En el Pacto de Toledo fijamos entre todos que las pensiones se revalorizarán de acuerdo al IPC y, además, el Gobierno se comprometió con Bruselas a unas reformas que no hace y que no quiere contar. La gente sabe que con el PP los pensionistas ganaron poder adquisitivo y el comisario Gentiloni ha explicado que no le preocupan las pensiones en España en los próximos años, sino en las próximas décadas, lo mismo que decimos en el PP.
Los economistas se quejan de que políticamente no se dice la verdad, que el sistema no es sostenible, por el coste electoral de fijar las medidas que los números demandan.
Los economistas lo que nos reclaman es lo mismo que defendíamos nosotros, una sostenibilidad de medio y largo plazo y el Gobierno no lo quiere asumir.
Pero, entonces, ¿está de acuerdo con el ministro Escrivá en que no hay riesgo para la sostenibilidad del sistema?
El Gobierno se comprometió con Bruselas a presentar una reforma del sistema para hacerlo sostenible en el largo plazo, vinculado al cumplimiento del plan de los fondos europeos. Las autoridades comunitarias no parece que estén satisfechas con las propuestas de reforma enviadas por Escrivá, al menos por el momento. Y, de hecho, no todas están aprobadas, ni planteadas ni anunciadas. Y si lo hacen será mediante un decreto ley, cuando saben desde hace meses que estaban obligados a cumplir con este compromiso.
¿Habrá que trabajar más y cobrar menos para tener una pensión digna?
Si España tuviera una tasa de paro como la media europea, en torno al 6,5%, habría 1,5 millones de personas más trabajando y tendríamos menos problemas. Ahí está la clave, en generar empleo. La educación es un ascensor social, y el empleo, la mejor política social.
¿Le parece bien que el cupo se haya renovado en la misma cuantía de 2017 y se excluya a la Hacienda vasca y navarra de contribuir a la solidaridad con las pensiones?
El Gobierno ha aprobado el nuevo cupo, como todos los pactos realizados con sus socios, con el objetivo de seguir en Moncloa. Además, viene justamente después de pactar con Bildu la cesión de los nuevos impuestos a Navarra y País Vasco. La deriva de Sánchez es un hecho.
Salario mínimo. ¿Hay que seguir aumentándolo?
Cuando gobernó el PP hicimos importantes subidas del SMI. Ahora esa subida se está utilizando como elemento de confrontación entre empresarios, sindicatos y trabajadores, y ése no es el camino. Hay que contar a la gente que el gran beneficiado cuando se sube el SMI es el Estado, que es el que obliga a pagar más y, al mismo tiempo, es el que recauda vía cotizaciones sociales. Y como consecuencia, el Gobierno sigue incrementando su recaudación. ¿Hasta dónde va a exigir más el Ejecutivo?
El PP ha denunciado que la figura de los fijos discontinuos falsea las cifras reales de paro. ¿La eliminarán si gobiernan?
No hay que usar la reforma para maquillar los datos de desempleo. La reforma debe servir para dotar de más flexibilidad, generar empleo de calidad, ser competitivos, pero no para maquillar resultados. En el año 2021 existían alrededor de 200.000 contratos fijos discontinuos, hoy son ya más de 1,9 millones de contratos.
¿Hay que ayudar más a las empresas, o los grandes empresarios deben contribuir más a la solidaridad nacional?
No es incompatible lo que plantea. La fiscalidad siempre tiene que estar orientada al empleo. Hay que ayudar a que haya más empresas a través de una fiscalidad atractiva, aprovechar los fondos europeos para modernizar e impulsar la economía y destinar el dinero donde sea efectivo y genere empleo de manera estructural. Lo último que necesita España son nuevos planes E.
La inflación parece que ha empezado a contenerse, en parte por las medidas del Gobierno para hacer frente a la crisis energética. Eso es bueno, ¿no?
Propusimos bajadas del IVA del gas y la luz, con influencia directa sobre la inflación. Pedimos la deflactación de la tarifa, la que luego aplicaron Valencia, Castilla la Mancha, Aragón, con rebajas en Extremadura, País Vasco o Canarias, pero que no ha querido aplicar Sánchez. Sabemos que una vía para reducir los costes son las renovables, sin embargo la última subasta de 3000 MW para proyectos en España no ha cubierto ni 50MW. Han conseguido que España no resulte atractiva para la inversión. Si cogemos la inflación de octubre de 2021 y 2022 asciende al 12,7%, y si es con el mes de septiembre, el 12,9%. No debemos olvidar que en España se disparó antes que en el resto de Europa. El problema de la inflación es muy grave y necesitamos seguir mejorando.
¿Cómo? Decir que no a todas las decisiones del Gobierno tiene el riesgo de que reste credibilidad al discurso de oposición.
El «No es No» es marca registrada de Sánchez hasta que aprobó la «ley del sólo sí es sí». Ambas negativas. Dicho esto, el PP ha puesto en bandeja al Gobierno todo tipo de propuestas y planes. La alternativa que representamos es propositiva, al servicio de los españoles, y ahí están el plan económico de ayuda a las familias, el energético o el de defensa del hipotecario. Es más, algunas propuestas nos las han copiado, como las rebajas del IVA. En fin, por voluntad del PP no será.
Las clases medias parecen las grandes abandonadas. Más impuestos, menos sueldos y sin beneficiarse de medidas selectivas. ¿Qué les ofrece el PP?
El gran problema del PSOE es que renuncia a la creación de la riqueza y se propone repartir la pobreza. Igualan a la baja en todo, también en lo económico, y generan tremendas desigualdades. La clase media española cada vez está más mermada. Es urgente un cambio, un cambio de políticas.
¿Y cuál es la propuesta del PP para las clases medias?
Recuperarlas. Han sido y deben seguir siendo la base de nuestra economía. Este Gobierno ha basado gran parte de su política en la exigencia de un esfuerzo reiterado a la mismas. Recordemos que en lo que llevamos de año se han recaudado en impuestos 28.000 millones más que el año pasado por estas fechas. Recuerde que nuestro plan económico iba dirigido a apoyar y devolver poder adquisitivo a las rentas medias y rentas bajas, al igual que la propuesta de ayuda a los que tienen hipotecas. Hay que devolverles capacidad de inversión, hay que ilusionarles con un proyecto de una España reformista, hay que verles como un pilar de ese proyecto y no como una parte de la sociedad a la que cada día se le pide más y más esfuerzos. No se puede seguir reduciendo las clases medías, hay que recuperarlas y ampliarlas.
¿A qué decisiones cree que tendrá que enfrentarse España en 2024, tras un año perdido por las elecciones?
Mire las últimas recomendaciones del FMI. Piden control. Nosotros creemos en una fiscalidad para el empleo, la inversión y el crecimiento; reducción y simplificación de trabas burocráticas y administrativas y reforma de la Administración; una reducción de gasto político y superfluo; una mejora en la aplicación de los fondos europeos; políticas reales de crecimiento, y todo orientado a conseguir más empleo.
Pero, fíjese, una medida estrella del Gobierno de Rajoy fue aquel plan de simplificación de la Administración Pública, al que tanto bombo dieron, y usted plantea que hoy sigue siendo uno de los principales retos de España.
Recuerde que hubo una moción de censura que dejó el proyecto inacabado, sin perjuicio de los cambios estructurales que se hicieron. Pero cuando alguien escucha a empresarios de este país con más de 100.000 trabajadores decir que no quieren ayudas, sino que quieren que les dejen trabajar, nos hace ver que ese es un proyecto fundamental. En Andalucía, el presidente Moreno lo ha hecho y ahí están los resultados.
¿España camina hacia un empobrecimiento generalizado?
No tiene por qué, si se hacen las cosas bien, pero depende de muchos factores. Las etapas de Gobierno socialista siempre han acabado con España al borde de la quiebra y con un horizonte económico muy complicado. El PP, luego, siempre ha logrado revertir la situación, pero el grado de irresponsabilidad y sectarismo ideológico con el que Pedro Sánchez ha actuado esta vez supera todo lo conocido.
¿Qué interlocución tienen con el Gobierno en economía?
Hubo interlocución cuando se negoció el plan económico, después no. Hubo algunos contactos y, una vez que ellos consiguieron los apoyos de los independentistas, los cortaron y no se produjeron más.
Los problemas estructurales de la Sanidad pública, el envejecimiento de la población, las enfermedades crónicas, menos sueldos, médicos que se van… ¿La solución es reforzar el modelo público con un mayor desarrollo de los seguros privados?
Hay que modernizar y adecuar el sistema al momento actual. La Sanidad ha pasado su particular test de estrés en pandemia, que ha revelado sus fortalezas y también sus debilidades. Más inversión en lo público, como hacemos en las CCAA gobernadas por el PP, es fundamental. Y, además, debemos ampliar nuestra forma de trabajo a esa colaboración público-privada que tanto nos reclama la sociedad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar