Vuelco en el tribunal

Un TC progresista con la presidencia en el aire

La renovación del Constitucional dejará un Pleno con siete magistrados progresistas y cuatro conservadores para elegir al sustituto de Trevijano entre Conde-Pumpido y Balaguer

Un Tribunal Constitucional (TC) de mayoría progresista para los próximos nueve años. El desbloqueo de la renovación pendiente desde junio –a la que el Pleno del tribunal de garantías tiene que dar hoy el visto bueno avalando que los cuatro candidatos del Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) son idóneos para el cargo– se traducirá en un vuelco en el equilibrio de fuerzas en el Constitucional, que a partir de ahora estará integrado por siete magistrados progresistas y cuatro conservadores (a los que debería sumarse uno más cuando el Senado elija al sustituto de Alfredo Montoya, que renunció al cargo el pasado julio por motivos de salud).

Serán once, por tanto, los magistrados encargados de elegir a su nuevo presidente –que sustituirá a Pedro González-Trevijano, uno de los cuatro miembros del TC cuyo mandato expiró en junio–, lo que da por sentado la designación de un presidente de tendencia progresista. Una presidencia para la que un nombre descuella por encima de todos: el del ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido (en el último tercio de su mandato, que culminará en marzo de 2026).

Tradicionalmente, el presidente es elegido entre la terna de magistrados más antiguos, entre los que se encuentran, además de Conde-Pumpido, la también magistrada progresista María Luisa Balaguer y el conservador Ricardo Enríquez (Montoya también fue elegido por el Senado). Una terna que reduce a dos los candidatos –el ex fiscal general del Estado o Balaguer– y para cuya elección eran determinantes los candidatos por los que se decantara el Consejo del Poder Judicial.

La progresista Balaguer, alternativa

Con el candidato por el que apostó sin fisuras hasta última hora el bloque progresista del CGPJ –el magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés, tras el cual los vocales conservadores presagiaban la bendición de Moncloa– se daba por segura la elección de Conde-Pumpido. Pero la designación de la también magistrada del alto tribunal María Luisa Segoviano deja las espadas en alto según las fuentes consultadas.

Balaguer ya se postuló para el cargo. En una entrevista a LA RAZÓN aseguraba el pasado septiembre –cuando su nombre empezó a estar en boca de todos como alternativa a Conde-Pumpido– que le «encantaría» presidir el tribunal. «Si la mayoría del tribunal me vota, por supuesto –dejó claro–, pero no me voy a postular en absoluto ni voy a presentar una candidatura ni voy a pedir el voto a nadie».

Tres meses después, su candidatura está encima de la mesa. Para que una mujer vuelva a presidir el TC –algo que ya sucedió por primera y única vez con María Emilia Casas entre 2004 y 2011–, dos votos progresistas deberían respaldar su candidatura, siempre y cuando los cuatro magistrados conservadores voten en bloque para evitar que el ex fiscal general acceda a la presidencia.

Pacto de caballeros en entredicho

Fuentes del TC dan por segura la elección de Conde-Pumpido y se remontan a la designación de González-Trevijano en noviembre del pasado año. El todavía presidente fue avalado por unanimidad. La contrapartida, apuntan esas mismas fuentes, era devolver ese apoyo unánime con el próximo presidente progresista. Sin embargo, fuentes del bloque conservador niegan que ese pacto de caballeros se produjese, lo que deja abierta la votación.

Para la elección del presidente es necesario mayoría absoluta en primera votación y mayoría simple en la segunda. Si hay empate, se realiza una tercera y si este persiste, será propuesto el de mayor antigüedad en el cargo (tanto Conde-Pumpido como Balaguer fueron elegidos en marzo de 2017) y en caso de igualdad, el de mayor edad (lo que inclinaría la balanza en favor del ex fiscal general del Estado).

Sea quien sea quien presida el nuevo TC, el cambio de mayorías no es irrelevante, porque el Constitucional deberá pronunciarse sobre algunas leyes estrella del Gobierno de Pedro Sánchez. Sin ir más lejos, los magistrados tienen sobre la mesa los recursos de PP y Vox contra la reforma que impide al CGPJ hacer nombramientos mientras siga en funciones, unos recursos que se presentaron en la primavera de 2021, se admitieron en septiembre del año pasado y que ni siquiera se han debatido en el Pleno. La renovación, además, obligará a sustituir al ponente del recurso del PP, el progresista Juan Antonio Xiol.

Decisiones pendientes

Pero, además, el Tribunal Constitucional se tiene que pronunciar sobre la aplicación del 25% de castellano en las aulas catalanas, la Ley Celaá, la eutanasia o la reforma de la ley del aborto. Y, previsiblemente, sobre los recursos de inconstitucionalidad que PP y Vox han anunciado contra la reforma que rebaja las mayorías para renovar el Constitucional.

Pero antes que nada, el Pleno del TC se reunirá hoy mismo a partir de las 13:00 horas para evaluar que los cuatro nuevos magistrados de la institución designados por el Gobierno de Pedro Sánchez –el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la ex alto cargo de Moncloa Laura Díez– y por el Consejo General del Poder Judicial –los magistrados César Tolosa y María Luisa Segoviano– cumplen con los requisitos para el cargo: ser juristas de reconocida competencia con más de 15 años de ejercicio profesional.

Así lo acordó ayer el presidente de la institución tras recibir del CGPJ el acuerdo del Pleno alcanzado el pasado martes y los currículos de los candidatos. González- Trevijano es uno de los cuatro magistrados del TC que abandonarán el tribunal cuando se consume la renovación, junto al también magistrado conservador Antonio Narváez (ambos fueron elegidos en su día por el Gobierno de Mariano Rajoy), al vicepresidente del Constitucional, Juan Antonio Xiol, y al magistrado Santiago Martínez-Vares (estos dos últimos fueron designados por el CGPJ).