Memoria Histórica
23 miembros de las Brigadas Internacionales han recibido la nacionalidad española
La Ley de Memoria Democrática permite a los descendientes de los voluntarios acceder al derecho por carta de naturaleza
Ya había extranjeros a quienes la guerra sorprendió en España en el verano de 1936 que se sumaron a la causa republicana, pero en octubre de ese año tuvo lugar la formación oficial de las Brigadas Internacionales, cuya sede de reclutamiento se estableció en París para el envío masivo de refuerzos a la República. El día 14 llegaron sus primeros integrantes a Albacete, que se convertiría en cuartel general y base de instrucción hasta el final. Su número osciló entre los 35.000 y los 59.380 voluntarios que cifra Andreu Castells, según la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI). Entre 9.000 y 10.000 de ellos –procedentes de 53 países distintos– se dejaron la vida en los campos de batalla, no en vano fueron usados como tropas de choque en Madrid, Teruel, el Jarama, Guadalajara, Brunete y el Ebro como principales escenarios, donde se libraron los peores combates de la contienda.
En reconocimiento a su gesto, y a través de un real decreto, el Gobierno de España –entonces en manos del PSOE– les concedió en 1996 por primera vez el derecho a adquirir la nacionalidad española por carta de naturaleza. Posteriormente, la Ley de Memoria Histórica de José Luis Rodríguez Zapatero facilitó en 2007 el proceso al evitar a los interesados tener que renunciar a la anterior nacionalidad, como era necesario hasta el momento. El Gobierno de Pedro Sánchez ha ampliado la extensión de la ley, de forma que pueda aplicarse además a los hijos y nietos de los brigadistas que acrediten «una labor continuada de difusión de la memoria de sus ascendientes y la defensa de la democracia en España», según recoge el artículo 33 de la Ley de Memoria Democrática.
La Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, con la que se contó para la redacción de la nueva norma, ha cuantificado en al menos un centenar los descendientes de estos combatientes, de orígenes diversos –Cuba, Argentina, Canadá, Australia, Francia, Italia o Reino Unido– que podrían estar interesados en acogerse a este derecho. Cuando se aprobó la norma de Zapatero solo quedaban vivos 15 brigadistas, según la AABI, que ahora ha informado sobre el trámite a 58 peticionarios. El último brigadista murió, con 101 años, en 2021.
¿Pero cuántas nacionalidades se han otorgado en realidad?
Con fecha del pasado 4 de mayo, el Portal de Transparencia del Gobierno recibió una solicitud de acceso a la información pública para conocer, «año a año, el número de los brigadistas internacionales de la Guerra Civil a los que el Estado ha concedido la nacionalidad española».
Cuatro días después, la petición se recibió en la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública del Ministerio de Justicia, que –«con arreglo al Real Decreto 1792/2008, de 3 de noviembre»–, dio cuenta del dato requerido: «Obtuvieron la nacionalidad española por su condición de voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales un total de 23 personas», con una «distribución temporal» que abarca cuatro años distintos:
–19 concesiones en 2009.
–1 concesión en 2010.
–2 concesiones en 2011.
–1 concesión en 2013.
Para facilitar aún más la gestión a los interesados, el Gobierno aprobó el pasado mayo la tramitación urgente de un real decreto sobre la concesión de la nacionalidad española por carta de naturaleza (un procedimiento más rápido, que fue el seguido en 1996) a los voluntarios –sus descendientes en este caso– de las Brigadas Internacionales.
Más de 26.000 personas han obtenido la nacionalidad en los últimos meses gracias a la Ley de Memoria Democrática, según el Ministerio de Asuntos Exteriores. A estos nuevos españoles podrán sumarse los descendientes de los brigadistas que culminen sus trámites. Incluso llegarían a tiempo de votar por primera vez en las elecciones generales del próximo 23 de julio.
El último brigadista
En mayo de 2021 fallecía en Valencia a los 101 años Josep Almudéver Mateu, excombatiente republicano. El último brigadista internacional, natural de Marsella pero con familia en Alcàsser, se alistó voluntariamente al ejército republicano cuando aún no había cumplido los 17 años y salió de Valencia con la columna Pablo Iglesias para formar parte de la 129 Brigada Internacional. Almudéver prefería no hablar de Guerra Civil porque, en su opinión, no fue un conflicto armado entre españoles sino «internacional», una guerra con presencia de muchos países en la que «estaba todo el mundo». Con el estallido de la contienda, el valenciano estuvo destinado en el frente de Aragón, donde fue herido. Con su pasaporte francés, ingresó en las Brigadas Internacionales hasta la desmovilización de los combatientes extranjeros a favor de la República. En 1938, refugiado en Marsella, volvió a combatir a España y, con la derrota, acabó exiliado en Francia tras diversas peripecias. No regresó hasta 1965.
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