Ciencia y Tecnología
“Albatross”: el sistema “Made in Spain” que localiza náufragos sin cometer errores
La compañía Escribano presenta una herramienta “única” demandada por Salvamento Marítimo para reducir las muertes de migrantes en el mar
La compañía Escribano presenta una herramienta “única” demandada por Salvamento Marítimo para reducir las muertes de inmigrantes en el mar.
Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), en los seis primeros meses del año han perdido la vida 597 personas en las tres principales rutas del Mediterráneo (Italia, Grecia y España). Y de ellas, 201 fallecieron cuando intentaban alcanzar las costas españolas. Pero, además, uno de cada cinco cuerpos nunca se recupera. Unas negras cifras que ponen de manifiesto la necesidad de contar con medios cada vez más avanzados para localizar a los náufragos en alta mar, agilizar los rescates y reducir al máximo el error humano. En 2015, Salvamento Marítimo mostró su interés por contar con una herramienta de estas características y la empresa Escribano Mechanical & Engineering se puso manos a la obra (financiación incluida) para diseñar el sistema que hoy han presentado: “Albatross”, un pequeño equipo basado en la tecnología de Defensa de infrarrojos para cámaras térmicas que permite la detección automática y la geolocalización de náufragos en el mar en condiciones adversas, de día y de noche, y “sin cometer errores”, tal y como ha explicado Ángel Escribano, presidente de la compañía española.
“Es la mejor tecnología con la que podrían contar los cuerpos de salvamento para rescatar a aquellos que naufragan buscando una vida mejor”, ha señalado, destacando que “es una solución única en el mundo” que ponen “a disposición de los gobiernos”. Según ha explicado, Salvamento Marítimo necesitaba un sistema que, por reconocimiento y con cierta inteligencia artificial, fuera capaz de detectar náufragos sin cometer errores”. Y eso es lo que han hecho.
Todas estas características se esconden en un pequeño aparato, de apenas tres kilos de peso, que se puede situar en el patín de un helicóptero o en la panza de un avión. Un sistema de alta tecnología pero, al mismo tiempo, “sencillo, económico y del que se pueden fabricar miles al mes”. En su interior alberga una cámara infrarroja con un gran campo de observación (entre 1,5 y 2 kilómetros a unos 800 pies de altitud), una óptica de gran luminosidad y un sensor GPS para asignar a cada objeto detectado su posición”.
Básicamente, el sistema procesa las imágenes para, después de un filtrado, marcar los puntos reales. Primero se analiza la temperatura del mar y, a partir de ahí, todo lo que está cerca de esa temperatura aparece como un fondo negro en la imagen. Cualquier objeto que supere esa temperatura se analizará y se descartará si no cumple los parámetros de tamaño o de calor del cuerpo humano, siempre teniendo en cuenta que la temperatura media de una persona ronda los 36 grados y que el mínimo que soporta el cuerpo humano es de unos 28 grados. De esta forma, el sistema puede descartar, por ejemplo, un bidón que flote en el mar o un trozo de chapa de un barco. “No confunde objetos con personas”, aclara Escribano, quien asegura que “funciona muy bien”.
Para llegar a esa afirmación, la compañía llevó a cabo numerosas pruebas, primero con unas boyas especiales que simulaban ser náufragos y posteriormente con personas reales. En total, más de 400 horas en helicóptero y cerca de 90 en avión, unos medios que puso Salvamento Marítimo. “Nosotros pusimos el 100% de la financiación y ellos las aeronaves. La puesta a punto la hicimos con ellos”, destaca. Según el presidente de la empresa, esta herramienta "ahorra mucho tiempo, porque en el mar, a una temperatura del agua de 17 grados, el tiempo que se tarda en entrar en hipotermia no es de más de una hora y media”.
De momento, tendrán que esperar a la licitación que presentará Salvamento Marítimo para dotarse de estos sistemas, aunque ya han empezado a ofrecerlo a otros Cuerpos de Seguridad (Guardia Civil, Cruz Roja o Fuerzas Armadas han mostrado interés) y a otros países. De hecho, en Marruecos y en el norte de África ya han visto posibilidades a este sistema “Made in Spain” que, además, también se ha probado en cruceros por si alguien cae al agua y tiene aplicaciones ante vertidos para posicionar vertidos tóxicos en el mar.
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