Diada
Asedio radical al Parlament
Los Mossos acordonaron la zona tras varios altercados con manifestantes encapuchados que les lanzaron piedras y botes de pintura. Una cámara de TVE fue agredida mientras informaba
La relativa tranquilidad con la que suele transcurrir la Diada no quita que los reductos más radicales del independentismo busquen su minuto de gloria. El epicentro de las protestas de ayer volvió a ser el Parlament, como ya ocurriera en el aniversario del 1 de octubre el año pasado y la manifestación alternativa de la CUP, en la que se quemaron fotos del Rey. Así, los Mossos quisieron evitar que los manifestantes volvieran a cerrar el Parlament y, tras varios rifirrafes y cargas leves, cerraron el recinto.
El aviso de cierre se produjo sobre las 20 horas, una vez blindada la fachada con un cordón de agentes antidisturbios en la zona con 15 vehículos policiales. La primera línea de los concentrados ya había provocado varios altercados. Un grupo de encapuchados lanzó botes de humo y piedras a los Mossos. Al cierre de esta edición no hubo que lamentar mayores incidentes.
Paralelamente, la organización juvenil de la izquierda independentista, Arran, quemó cinco cajas de cartón con imágenes que representaban al Rey Felipe VI, el poder judicial y partidos como Vox, PP, Cs y PSOE. La acción, en rechazo a lo que llaman «régimen del 78», se hizo frente a la catedral de Barcelona en el marco de una manifestación que convocó la organización con motivo de la Diada y que avanzó por el centro de la ciudad.
La portavoz de Arran, Núria Martí, quiso dejar claro que la organización juvenil se desmarca de los actos institucionales que, según ellos, el Gobierno catalán no defiende el resultado del referéndum del 1-O como debería hacerlo. No obstante, puntualizó que intentarán mantener la unidad con el resto de actores independentistas para exigir, entre otras cosas, «la amnistía para todos los presos políticos». Y añadió: «No existen atajos, nos hemos de plantar ante las leyes injustas y gobiernos autonómicos que promueven leyes como la Ley Aragonès (proyecto de ley de contrataciones públicas), que no ha hecho más que promover privatizaciones y perjudicar a mujeres trabajadoras».Por su parte, Rita Bruguera, portavoz de Endavant, organización integrada en la CUP, advirtió: «No seguiremos ninguna vía muerta o que esté obsoleta, como un intento de pacto o reforma del Estado».
La marcha, con la presencia de miembros de la CUP, como Carles Riera o Gabriela Serra, siguió por la calle de Ferran con la intención de recordar a Gustau Muñoz, al que definieron como un «militante comunista e independentista que fue asesinado por la policía», precisamente, en 1978.
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