Terrorismo

La AVT pide nueve años de cárcel para "Kubati" y otros cinco exetarras por un centenar de homenajes a presos de la banda terrorista

En su escrito de acusación, la asociación destaca los efectos psicológicos de "injusticia" y "humillación" que causan estos actos en las víctimas

José Antonio López Ruiz, "Kubati", durante un homenaje al etarra fallecido Arkaitz Bellón en 2014
El exdirigente de ETA José Antonio López Ruiz, "Kubati", durante un homenaje a un etarralarazon

La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) reclama a la Audiencia Nacional que condene a nueve años de prisión al exdirigente de ETA Antonio López Ruiz, "Kubati", y a los antiguos integrantes de la banda terrorista Haymar Altuna, Oihana Garmendia, Oihana San Vicente, Carlos Sáez de Egilaz y Felipe San Epifanio por la organización de 120 homenajes a presos etarras entre diciembre de 2016 y noviembre de 2020 a través de la dinámica abertzale "Kalera Kalera" (a la calle). La asociación pide para cada uno seis años de cárcel por un delito de constitución de organización criminal y otros tres por humillación a las víctimas y enaltecimiento del terrorismo.

Todos ellos, defiende la asociación de víctimas, estaban encuadrados en la "comisión de presos” de Sortu, encargada de los "ongi etorris" (bienvenidas) y homenajes a integrantes de la organización criminal desde que en 2016 fue ilegalizada Herrira, la organización abertzale encargada de la defensa de los presos etarras.

La AVT encuadra esos actos -que suelen llevarse a cabo cuando los presos de ETA salen de prisión o cuando fallecen en la estrategia orquestada por ETA para legitimar su actividad criminal e intentar mantener cohesionado al colectivo de presos de la banda y su entorno.

Al hilo del informe que encargó la AVT sobre el impacto psicológico de estos actos en las víctimas, la acusación incide en que esos efectos de "injusticia, humillación y abandono" acarrean que se haya cometido un delito continuado de humillación a las víctimas y de enaltecimiento.

La Guardia Civil detalla en un informe incorporado a la causa que desde "Kalera Kalera" se impulsó, desde su constitución en noviembre de 2016, una estrategia de "blanqueamiento" del entorno de ETA tras la disolución de la banda terrorista. De esta forma, venía a cubrir "un vacío estructural en lo que antaño se llamaba Movimiento Pro Amnistía", legitimando con esos actos la actividad terrorista. Se trataba, según el Instituto Armado, de una estrategia "perfectamente diseñada” para continuar con las actividades que desarrollaba Herrira, cuyas actividades suspendió la Audiencia Nacional, y sus antecesoras Askatasuna y Gestoras Pro Amnistía, ambas ilegalizadas.

En sus comparecencias ante el juez, tanto «Kubati» como el resto de investigados aseguraron que participaron en esos actos como dirigentes de Sortu o por su relación con los homenajeados, con el único afán de mostrarles su "sensibilidad".

Sensación de "abandono"

En su escrito de acusación, la abogada de la AVT Carmen Ladrón de Guevara hace hincapié en que esos actos de recibimiento a los terroristas "generan un impacto psicológico negativo en las víctimas del terrorismo de ETA", que se plasma en sentimientos de "enfado", "injusticia" y "humillación" en una intensidad "muy elevada". Una sensación de abandono (frente a las administraciones públicas fundamentalmente) que se acentúan en el caso de las víctimas "que residen en el País Vasco o que han vivido allí durante años". Asimismo, subraya la letrada, esos actos "influyen negativamente en la vida diaria e interfieren en la recuperación psicológica de las víctimas".

En cuanto a "Kubati", la AVT asegura que ejerció "labores de dirección" en la organización de esos homenajes, "impartiendo y trasladando instrucciones a las personas encargadas directamente de la organización de los mismos". Como uno de los dirigentes de "Kalera Kalera", afirma, ha ejercido en repetidas ocasiones de manera pública el papel de

"responsable/representante/portavoz" de esa dinámica, en la que asumía "un papel importante". Miembro de la Comisión de presos de Sortu, llevaba a cabo actividades de "dirección, gestión y control del ámbito de los presos", entre los que se incluían los homenajes.

"La pretensión de control de los actos de homenaje a integrantes de la banda terrorista ETA se muestra global -señala el escrito de acusación de la AVT- de suerte que se trata de controlar

aquellos actos que terceras personas ajenas al movimiento organizan o tratan de organizar". Y es que, además de servirse de la dinámica "Kalera Kalera", en ocasiones la Comisión de Presos de Sortu se sirvió "de otras entidades locales para la organización de los actos de homenaje".

Además de una página web, en YouTube disponía de un perfil nacional y otros tres locales, y en Facebook utilizaba un perfil nacional y otros seis locales. Todos ellos eran utilizados "para la difusión de sus actos de homenaje a miembros de ETA por internet", algo que no era espontáneo, "sino que obedecía a la puesta en marcha de campañas de socialización perfectamente diseñadas para su desarrollo tanto a nivel de calle como a nivel de internet".

Cambio de discurso

La abogada de la AVT se refiere a una serie de mensajes entre "Kubati" y Joseba Azcárraga, portavoz de Sare e "interlocutor con el director general de Instituciones Penitenciarias", para apuntalar la dirección que ejercía sobre la iniciativa. En uno de ellos, el 2 de agosto de 2019, "Kubati" alecciona a Azcárraga: "Hay que tener en cuenta que con el recibimiento, además de ser un acto lleno de sentimiento y de alegría para la familia y amigos, es también un acto para integrar a la persona que sale de la cárcel en un espacio con el que la mayoría de la sociedad vasca está de acuerdo, un espacio para contribuir a la paz, la convivencia, las vías democráticas y el diálogo". "Para el preso comienza una nueva fase, una nueva vida, y se le quiere integrar en ella. El sentido que tiene el acto de recibimiento es contrario a herir los sentimientos de ninguna víctima ni de nadie", añadía.

La "posición jerárquica" de "Kubati", defiende, se demuestra con el hecho de que Azcárraga "reproduce el discurso recibido en declaraciones a radio Euskadi" dos días después. Para la AVT, "gracias fundamentalmente a la presión social y a la incoación de diferentes causas por presuntos delitos de enaltecimiento del terrorismo, se decidió cambiar el formato", después de que el exdirigente etarra ordenara discreción en este tipo de actos en noviembre de 2019.

La organización de esos "ongi etorris" y demás actos de homenaje a los presos de la banda terrorista, afirma la AVT, "se realizó a través de normas estrictas tanto en lo referente a qué presos se rendía tributo como en lo concerniente a cómo se debía desarrollar el homenaje". De manera que se organizaron "de forma sistemática y sistematizada", valiéndose en ocasiones de la dinámica "Kalera Kalera" y en otras ocasiones "de otros movimientos sociales o asociaciones, en función de las necesidades del momento".

La asociación de víctimas explica que cuando se trataba de homenajear a un etarra fallecido, una de las "tradiciones" consistía en cubrir el féretro no solo con la ikurriña sino también, en algunas ocasiones en las que la despedida se desarrollaba "en la intimidad o con cierta discreción", con "una bandera con el anagrama de ETA" y su lema "Bietan Jarrai". Además, añade, tras los funerales se realizaba un "acto político" para ensalzar "el valor de su sacrificio mediante discursos y actuaciones tradicionales", para lo que se instalaba en el escenario, presidido por la fotografía del etarra fallecido, "las banderas que utiliza ETA en sus intervenciones con un crespón negro": la ikurriña, la bandera de Navarra y el "Arrano Beltza/Águila Negra".

En cuanto a los "ongi etorris", incluían el "reconocimiento de la militancia del homenajeado" mediante un acto "político" con el que se buscaba "la cohesión de la militancia en torno a la organización terrorista ETA".

La AVT llama la atención sobre el hecho de que esta iniciativa utilizó "distintos símbolos o logotipos identificativos" desde su puesta en marcha el 8 de noviembre de 2016. Al principio, recurrió como elemento identificador característico entre la militancia de la izquierda abertzale a una vela, en referencia a las "velas de esperanza" que utilizaban los familiares de presos y huidos de ETA en las manifestaciones que celebraban en apoyo a los mismos. Ese logotipo sería después sustituido por la "flor de Guernica".