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Imaan Hammam: Belleza, poder y raíces árabes en la nueva conquista del corazón de Achraf Hakimi

Modelo de élite, voz cultural y referente global, la neerlandesa de ascendencia marroquí se consolida como algo más que la posible pareja del futbolista del PSG: es la mujer que reescribe el papel de la musa en el siglo XXI

Achraf Hakimi con el PSG.
Achraf Hakimi con el PSG.Christophe EnaAgencia AP

En el mundo de la moda, hay mujeres bellas. Luego está Imaan Hammam. Nacida en Ámsterdam, hija de un padre egipcio y una madre marroquí, esta top model de mirada magnética y caminar felino ha redefinido qué significa ser una "it girl" global sin renunciar a sus raíces. Con más de 20 portadas de "Vogue" a sus espaldas y desfiles para firmas como Valentino, Givenchy y Victoria’s Secret, su belleza no es solo estética: es identitaria, desafiante, magnética.

Hoy su nombre vuelve a estar en boca de todos, pero no por la pasarela: la modelo ha sido vista paseando por Nueva York junto a Achraf Hakimi, futbolista del PSG, en lo que muchos ya describen como una cita informal pero reveladora. Las imágenes muestran complicidad, naturalidad y un "timing" impecable: ambos lucían looks relajados pero sutilmente coordinados, como si quisieran gritar “no estamos escondidos”, pero tampoco confirmar nada. No hace falta. La energía entre ellos habla sola.

Una conexión más allá de lo romántico

Hakimi y Hammam ya compartieron foco en marzo, cuando protagonizaron la portada de "Vogue Arabia". Aquel número no solo celebraba sus carreras, sino su ascendencia común y su visión compartida de éxito, familia y comunidad. Fue una imagen poderosa: un futbolista admirado y una supermodelo respetada, unidos por algo más profundo que la fama o la estética.

Desde entonces, los rumores no han cesado. Ella asistió a la final del Mundial de Clubes en Nueva Jersey, animando al PSG con una camiseta personalizada. Él, reservado pero sonriente, ha evitado desmentir o confirmar nada. La narrativa la construyen sus gestos, sus presencias cruzadas, sus silencios calculados.

Lejos del cliché de la "novia del futbolista", Imaan Hammam representa algo distinto. Activista en causas de diversidad, feminismo y representación racial, ha declarado en varias ocasiones que su herencia cultural "está presente en todo lo que hace". Para ella, posar no es solo estética: es política. Es, como dijo en una entrevista reciente, "una forma de ocupar espacios que antes nos eran negados".

Por eso, su cercanía con Hakimi no la relega a un papel secundario. Al contrario, lo eleva a él. Ella es una mujer que no necesita ser descubierta; hace años que está en la cima.

Desde su sonada separación de Hiba Abouk, marcada por polémicas judiciales y titulares intensos, Hakimi ha sido discreto con su vida personal. Pero este nuevo capítulo, más luminoso y tranquilo, parece apuntar hacia una etapa de reconstrucción. Y en ese camino, Imaan encaja a la perfección: poderosa pero discreta, con un historial sin escándalos y una influencia que va más allá del mundo de la moda.

Ambos, musulmanes practicantes, han sabido navegar la fama sin traicionar sus principios. La portada de "Vogue Arabia" fue también un acto simbólico: ellos no solo representan una nueva élite cultural árabe, sino que lo hacen sin pedir permiso, desde París hasta Nueva York, pasando por Casablanca.

Por ahora, ni Hakimi ni Hammam confirman la relación. Pero si hay algo claro, es que la historia que están escribiendo -juntos o por separado- tiene todos los ingredientes de una nueva era de íconos globales: raíces firmes, valores sólidos y una sofisticación que no necesita titulares para brillar.