La estrategia de la derecha
Aznar: «Vox quiere acabar con el PP, el único partido constitucional que queda en España»
El expresidente presenta su nuevo libro en Madrid y carga contra el «retraso intelectual de la izquierda»
José María Aznar en vena. El mismo día en el que Pedro Sánchez hizo su performance en la comisión de investigación del Senado, presentó en Madrid su último libro: Orden y Libertad, editado por La Esfera de los Libros. Un ensayo sobre el estado-situación de las democracias liberales en el Siglo XXI.
En una tarde puramente otoñal y sobre las tablas de un abarrotado auditorio de la Fundación Rafael del Pino, quien ocupó la presidencia del Gobierno entre 1996 y 2004 y, todavía hoy, supone un faro para la derecha en España, mantuvo un coloquio con el periodista Jorge Bustos en el que repasó, de forma holística, los grandes retos de la Humanidad de hogaño: guerra de Ucrania, el papel de Estados Unidos, Israel, la demografía y, también, la inmigración, puntal decisivo en el cambio sociológico de occidente.
Un punto sobre el que recalcó: «El buenismo de la izquierda ha pasado a la historia. Forma parte del retraso intelectual de la izquierda. Está siendo arrollada, culturalmente, en general también políticamente, y espero que en España también, pero intelectualmente está siendo arrollada. Pero no puede ser arrollada por lo opuesto o por hacer lo mismo. Es decir: el buenismo que entre quien quiera que entre todo el mundo o la tontería de que hay que echar a todo el mundo». El primer dardo a Vox.
El titular, no obstante, llegó más tarde, cuando se habló sobre la situación doméstica. «El actual presidente del Gobierno levanta un muro para excluir a la mitad de España. Y desde Vox se dice 'yo quiero el muro pero pintado por mí'. Para excluirles a ellos. Yo no quiero ningún muro. Y si tiene que haber una valla, que sea la que excluye a aquellos que quieren cargarse la unidad de España, la Constitución y la convivencia entre españoles».
Con una izquierda que ha claudicado ante nacionalistas, independentistas y populistas, frente a un Sánchez que segrega odio entre sus contrarios, Aznar recetó «posiciones centrales» y habló de su partido, el Partido Popular, como «el único partido constitucional que queda en España». A lo que añadió: «El objetivo de Vox es acabar con el PP».
Para poner fin al actual gobierno, vislumbró dos caminos: «La moción de censura o las elecciones». Aunque, rápidamente descartó el primero: «Si no hay materiales, y no los hay, habrá que esperar a las elecciones». Lo que no puede el PP, alegó, es «es quedarse quieto».
Tampoco «alimentar la frustración», que equivale a «alimentar posiciones extremistas». O lo que es lo mismo: «Decir que aquí el juego consiste en tener más piedras que el adversario. No, el juego consiste en tener una mayoría nacional a la que se llame y poner orden en el país. Eso es la política que, en mi opinión se tiene que seguir y que está siguiendo Alberto Núñez Feijóo».
Espaldarazo público del predecesor al sucesor, que se encontraba sentado en primera fila. «No es fácil ser jefe de la oposición, sé lo que es ser jefe de la oposición», recordó alguien que escuchó tantos y tantos halagos antes de coger el timón de mando de la Moncloa: «No tiene carisma, charlotín, bigotín».
Una vez más, Aznar llamó a la responsabilidad civil para propiciar el fin de Sánchez: «Los ciudadanos españoles no podemos ser espectadores del desgarro de España, de la destrucción constitucional o la amenaza a la convivencia de España, no podemos ser testigos del destino de nuestro país. Tenemos que intervenir».
«No me consta, no lo sé y... no lo recuerdo»
Llegó Alberto Núñez Feijóo después de presenciar en su despacho de Génova 13 la declaración del presidente del Gobierno en el Senado, hito inédito en la historia de la democracia. Preguntó a uno de los presentes: «¿Qué tal estás?», a lo que éste respondió: «No sé, no me consta» y, entre risas, agregó «no lo recuerdo».
En el auditorio de la Fundación Rafael del Pino se congregaron muchos rostros populares de antaño y hogaño: el vicesecretario de Hacienda, Juan Bravo, la portavoz adjunta en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo; y, también, Ángel Acebes, José María Michavila, Jaime Mayor Oreja, José Manuel Soria y otros tantos. Además de su esposa, Ana Botella, y la familia al completo: hijos y nietos.
