Ministerio del Interior
Colocaron el micrófono en el maletín de Daniel de Alfonso
Los investigadores creen que los autores de la grabación escondieron los aparatos en la cartera que llevaba el director de la Oficina Antifraude de Cataluña
Los investigadores creen que los autores de la grabación escondieron los aparatos en la cartera que llevaba el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso
Los encargados de investigar quién o quiénes fueron los que grabaron una conversación entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, han incluido, entre las hipótesis de trabajo, que el aparato con el que se realizó dicha grabación hubiera sido ocultado por un «experto en la materia» en la cartera que llevaba Alonso y a la que hace referencia en algunos pasajes de la conversación.
Para determinar quién pudo colocar el artilugio, se tendría que investigar con qué personas se entrevisto Alfonso en los días previos a la reunión con el ministro, qué individuos tenían acceso a su cartera o si la dejaba habitualmente en algún lugar al que pudieran acceder determinadas personas. De hecho, en su comparececencia de ayer en el Parlament, denunció que elementos desconocidos habían entrado en su casa, momento que pudieron aprovechar para instalar y ocultar la grabadora.
En la actualidad, existen en el mercado aparatos de un tamaño reducido, de gran autonomía, que se pueden esconder, por ejemplo, en el asa de un portafolio, y que incluso pueden ser activados o desactivados a distancia.
En esta línea de trabajo, también resulta fundamental conocer la agenda del ministro del Interior en esas fechas, para saber con qué antelación se fijo la entrevista con el director de la OAC y, por lo tanto, de cuánto tiempo se dispuso para colocar el aparato en la cartera, si éste fue el caso, o activarlo.
No obstante, los investigadores trabajan también con las otras dos hipótesis, adelantadas por LA RAZÓN en su edición de ayer: que alguien lograra «colar» en el despacho del ministro un micrófono y una grabadora, lo que se considera bastante improbable; o que el teléfono de Daniel de Alfonso fuera atacado con un programa que lo hubiera convertido en grabadora-emisor de las conversaciones que captaba, aunque en esos momentos no estuviera siendo utilizado por su titular. Convertir un terminal en «zombie» es algo relativamente fácil para los que tengan unos mínimos conocimientos, ya que los programas están disponibles en internet.
La Comisaría General de Policía Judicial (CGPJ), a la que se ha encargado la investigación oficial, trabaja ya para establecer una línea de trabajo que les permita judicializar el asunto, en el que pueden haber sido cometidos varios delitos.
Los agentes chocan con la dificultad de que han transcurrido dos años desde que ocurrieron los hechos pero se muestran optimistas ante la posibilidad, como ha ocurrido en otros casos que parecían imposibles de resolver, de dar con el autor o autores y ponerlos a disposición de la Justicia.
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