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Contra la corrupción, en defensa de la política

La Razón
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La política es un ejercicio noble al servicio de la sociedad. La ejercen miles de ciudadanos que dedican su esfuerzo de manera voluntaria y altruista en defensa de una causa justa.

La política es un ejercicio noble al servicio de la sociedad. La ejercen miles de ciudadanos que dedican su esfuerzo de manera voluntaria y altruista en defensa de una causa justa. La corrupción es un mal que afecta a muchos países y que perjudica de manera especial a la propia política. La corrupción sólo se podrá combatir desde la política

Intelectuales, escritores, profesores y científicos han suscrito el manifiesto «Contra la corrupción, en defensa de la política» bajo el convencimiento de que es la hora de que la política frene a los que buscan desde el radicalismo el desprestigio de las instituciones democráticas. Prescindir de la política asegura la decadencia de una sociedad

Manifiesto

La vida pública española se está viendo convulsionada por casos de corrupción, por una crisis institucional y de valores, así como por una crisis económica que están poniendo en cuestión las instituciones. Lejos de caer en el desánimo y la indeferencia es nuestro deber hacer valer el papel de la política y de la sociedad civil para superar la desafección. Se ha impuesto la idea de que el sistema no funciona y de que todo es corrupción pero sólo desde el reconocimiento de que hay una gran mayoría de políticos honrados que trabajan para el bien común podremos recuperar el prestigio y la confianza en nuestro país. Ante esto, es necesario reaccionar. Por eso los abajo firmantes manifiestan que:

1) Los seres humanos no vivimos, ni podemos vivir, aislados de los demás. Necesitamos a nuestros semejantes para cumplir una vida que dé satisfacción a nuestras necesidades y nos permita progresar en todos los aspectos.

2) La política es, justamente, la actividad que se ocupa de aquello que nos es común a todos. La política, por tanto, no es un hecho prescindible ni un mal menor.

3) La acción política requiere la máxima exigencia y ambición. La necesita de todos los que formamos parte de la sociedad y, sobre todo, de quienes la ejercen. A todos nos exige que estemos a la altura de nuestro deber y que sepamos defender y hacer cumplir nuestros derechos. Que cumplamos con nuestra naturaleza de ciudadanos.

4) La labor de los políticos debe estar unida a su vocación de servicio: servicio a sus propios valores, a los del conjunto de la sociedad, y sobre todo servicio a los demás para que el desprestigio causado por unos no enturbie la necesaria labor que han de acometer en todos los ámbitos.

5) La política nos abre oportunidades a todos, también a quienes no se interesan por ella. Prescindir de la política sería como renunciar a las oportunidades que nos brinda una sociedad civilizada. Es la política la que nos permitirá acabar con los casos de corrupción, porque la corrupción consiste en el aprovechamiento ilícito del poder.

LOS FIRMANTES

Alfonso Ussía, Albert Boadella, Francisco Nieva, Álvaro Pombo, Fernando García de Cortázar, Rafael Matesanz, Luis Miguel Enciso, José María Marco, José Iturmendi, Javier González Ferrari, Luis Alejandre, Juan Iranzo, Fernando de Rosa, José Luis Requero, Julio Ancochea, Antonio Monserrat, Santiago González-Varas, Carlos Marzal, José Luis Martín Prieto, Vicente Carreño, Vicente Rouco, José Joaquín Puig de la Bellacasa, Agustín Jesús Pérez-Cruz, Carlos González-Vilardell, Cristina López Schlichting, Luis del Val, José María Gil Tamayo, Antonio García Martínez, Carlos Rodríguez Braun, José Luis Concepción, Ángela Vallvey, Zoé Valdes, Julián Cabrera, Juan Antonio Sagardoy, Graciano García, César Vidal, Irene Villa, Alfonso Urbina, Javier Martínez Fernández, José Antonio Ballestero, Manuel González-Jiménez, Rafael Navarro Valls, Carlos Robles Piquer, Fernando Álvarez de Miranda, Ramón Peralta, Carlos Sánchez Pérez de Castro, Javier Ramos Gascón, Francisco Sanchís García, Raúl Canosa, José Manuel Zapata, Tomás Zamora, Alfonso Merlos

Nuevas adhesiones

Padre Ángel, Marino Díaz Guerra (Profesor universitario) y Hugo de Ana (Director de escena)