Opinión
¿La convivencia ha vuelto a qué calles, Sánchez?
Quien con violentos se acuesta, fuera de la ley se levanta. Quien a los CDR amnistía, a CDR muere
¿A qué calles ha vuelto la convivencia, señor Pedro Sánchez? ¿A las calles de Barcelona que usted nunca pisa o a la calle Ferraz de Madrid? ¿Hay que dialogar con los que llevan años machacándonos a todos los catalanes no independentistas o con los que llevan un par de semanas machacándole a usted?
Quien con violentos se acuesta, fuera de la ley se levanta. Quien a los CDR amnistía, a CDR muere. Todos los que siempre hemos condenado los asaltos trumpistas al Capitolio americano y al Parlamento catalán, así como las gravísimas acciones del mal llamado Tsunami Democràtic, que el juez Manuel García Castellón investiga si son constitutivas de terrorismo; los que rechazamos todo esto, rechazamos también ir a pegar gritos a las puertas de la sede de cualquier partido o del Congreso de los Diputados. Para nosotros no hay violencia buena o mala, en función de si se perpetra a favor de la independencia o en contra de la amnistía. No juzgamos siglas ni intenciones sino acciones, y creemos que esa es la única vara de medir que no falla, la única que garantiza que todos seamos iguales y responsables ante la ley.
¿Puede decir honradamente lo mismo usted, que clama contra la ultraderecha hiperventilada que le insulta a la vez que la usa de talismán y de kryptonita política? Los extremos ya no es que se toquen, es que ya son descaradamente lo mismo. Por eso sorprende tanto que usted se sorprenda. O que pretenda que se sorprende.
¿Por qué a las incontables víctimas de década y media de violencia política, civil, económica, etc, en el marco del procés, se nos exige una paciencia y una templanza que usted no va a tener nunca con los que le tosen? ¿Por qué nosotros somos los únicos que no podemos llamar por su nombre –fascistas–, a los que cotidianamente nos insultan y agreden?
La diferencia, probablemente, es que usted sabe y confía en que los CDR contra su amnistía sean flor de un día, rabia del momento, y que al día siguiente de su investidura, usted y su ultraderecha favorita vuelvan a retroalimentarse y a arrullarse mutuamente. Mientras que la ultraderecha independentista que padecemos en Cataluña no sólo no se cansa sino que nunca descansa ni se sacia. Ni con esta amnistía ni con nada.
No va a ser fácil rehacernos de esta manada de bisontes de chulería, prepotencia y violencia que nos está pasando por encima. Pero alguien tiene que mantener la cabeza centrada y fría. No todo el monte es orégano ni ultraderecha, señor Sánchez. Y más pronto que tarde se lo vamos a demostrar.
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