Política

Huelga 8-M

Crisis de identidad

La Razón
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Llevo una semana con una crisis existencial tremenda. Y no es por la crisis de los 50, que pudiera ser, sino por la inquietud que me ha generado la celebración del Día Internacional de la Mujer. Es, más bien, una crisis de identidad. Hasta el 8 de marzo yo tenía muy claro que pertenecía al género femenino. Me sentía mujer.

No hice huelga, no fui a ninguna manifestación, no me sentí representada con el manifiesto y mucho menos con las pancartas de «hasta el moño» o «hasta el pirri», ni identificada con la abolición del género. ¿No seré mujer? Si creo que lo soy pero no lo soy, ¿qué soy?

Tras escuchar a los organizadores/as, y ver las imágenes de los/as, participantes/as, he llegado a pensar si después de tantos años considerándome mujer, si no seré un hombre viviendo en un cuerpo femenino, algo así como una hombra de género no binario. En el Congreso, Podemos llegó a plantear que en el DNI, las personas que no se sintieran del sexo masculino o femenino pusieran una X.

Incluso he llegado a pensar si lo que me pasa es obra de Pedro Sánchez, tras su vaticinio de que quienes se manifestaron el 8 de marzo, son el futuro y los que se manifestaron el 10 de febrero en Colón son el pasado. Vamos,que he transitado de mujer a hombre en cosa de menos de un mes.

Ante tanta zozobra/o y desvelo/a, he entrado en el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid y he visto que, según el censo, más de tres millones de mujeres no asistieron a la manifestación. Ya me quedo más tranquila. No soy machista por no haber participado y tampoco tonta por no haber ido. Soy mujer, binaria y cisgénero.