Navantia

Estos son los 11 únicos países en todo el mundo, incluido España, capaces de diseñar y construir sus propios submarinos

Navantia se convierte, con este importante hito técnico e industrial, en Autoridad Técnica de Diseño

Imagen del S-81 Isaac Peral en la bahía de Cartagena
Imagen del S-81 Isaac Peral en la bahía de CartagenaArmada

La entrega a la Armada española el próximo jueves 30 de noviembre del flamante submarino S-81 Isaac Peral, el primero diseñado y fabricado íntegramente en España y uno de los más avanzados del mundo entre los de propulsión no nuclear, no solo es un hito para las Fuerzas Armadas de nuestro país, sino que desde un punto de vista industrial, nos mete en un pequeño y selecto grupo de apenas 11 naciones con esa capacidad tecnológica y logística de construir sus propios sumergibles desde el concepto hasta su entrega.

Así, España se une a Estados Unidos y Reino Unido, Alemania, China, Francia, Japón, Rusia, Suecia Corea del Sur, que pueden diseñar y fabricar sus propios submarinos convencionales o nucleares. En este grupo debemos incluir también a Taiwan, que el pasado mes de septiembre presentó el Haikun, el primero íntegramente nacional. Por su parte, Brasil está construyendo actualmente su primer submarino nuclear, el SN Álvaro Alberto (SN-10), a cargo de la empresa naval estatal Itaguaí Construções Navais (ICN), aunque se trata de una asociación estratégica entre Francia y Brasil que también incluyó la transferencia total de tecnología, por lo que aunque lo fabrique, el diseño y tecnología no son propios.

Navantia, de la mano de la Armada, ha sido capaz de fabricar un submarino convencional oceánico de nueva generación, con diseño y construcción completamente español. Destaca por su propulsión anaeróbica AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), de tercera generación, que consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno, que a su vez reacciona con oxígeno en una pila de combustible generando electricidad. Este sistema permite extender su autonomía en inmersión hasta tres semanas, lo que reduce sustancialmente su nivel de detectabilidad.

Permite ser operado por una tripulación reducida (32 marinos y 8 plazas para el embarque de personal adicional), alcanza una velocidad en inmersión superior a los 19 nudos, y una cota máxima de inmersión mayor de 300 m. Tiene aproximadamente 80 metros de eslora, 7 de diámetro y cuenta con un desplazamiento en inmersión de unas 3.000 toneladas. Asimismo incorpora un sistema de combate desarrollado por Navantia Sistemas en colaboración con la empresa estadounidense Lockheed Martin, con capacidad, única (para OTAN y UE) entre submarinos convencionales de características similares, de lanzar misiles tácticos de ataque a tierra.

Pero, ¿por qué es tan importante para España contar con submarinos? Desde un punto de vista tecnológico, para nuestro país es muy importante reforzar su autonomía estratégica al convertirse en uno de los escasos países que diseñan y construyen sus propios sumergibles. Navantia se convierte en Autoridad Técnica de Diseño.

El S-80 supone un salto tecnológico para el arma submarina española, con un sistema integrado de control de plataforma, un sistema de combate y un sistema de armas con capacidad de lanzar misiles tácticos, una capacidad única entre los submarinos no nucleares de la OTAN.

Pero, mas allá del plano puramente tecnológico, los submarinos se consideran sistemas de armas de características estratégicas por la capacidad que otorgan para mantener una presencia discreta en zonas de operaciones alejadas, incluso con anterioridad a que estalle una crisis, con el objetivo de adquirir inteligencia, proteger, llegado el caso, el despliegue de una fuerza terrestre y de proyectar el poder naval sobre tierra.

Por si todo esto fuera poco, son adecuados como fuerza disuasoria, pues son capaces de alejar a buques enemigos de determinadas zonas solo con la sospecha de que se encuentre presente en ellas un submarino.

Además, añaden la capacidad de interrumpir selectivamente el tráfico marítimo, tanto a lo largo de las rutas más previsibles (preferiblemente en los estrechos de obligado paso) como mediante el bloqueo de los puertos enemigos.

Y, por último, pero no menos importante, se encuentra la posibilidad de bombardear territorio con misiles de ataque a tierra, para lo que los submarinos anaerobios son particularmente idóneos debido a su relativa indetectabilidad.

Estas son las razones por las que son elementos claves y por las que cada vez es mayor el número de países cuyo objetivo es poseerlos o modernizar los que ya tienen con sistemas de generación de potencia independiente del aire que les proporcionan una mayor capacidad de permanencia en inmersión, sin necesidad de subir a cota periscópica.

Según un informe publicado en la revista “Paix et Sécurité Internationales”, editada por la Cátedra y el Centro de Excelencia ‘Jean Monnet’, de la Universidad de Cádiz (Editorial UCA), “en el Mediterráneo, ocho países cuentan con submarinos en sus flotas, además de compartir sus aguas con potencias no ribereñas pero que mantienen presencia de forma cuasi permanente. Su relevancia se pone de manifiesto en el deseo de quienes los poseen por modernizar e incrementar sus unidades y por adquirir esa capacidad quienes aún no disponen de ella. España, con el S-80+, aumentará su capacidad de acción submarina, teniendo en cuenta el salto tecnológico que supone la nueva serie, aunque requerirá un número mayor de las unidades previstas si pretende mantener una presencia activa en todo tiempo a ambos lados del estrecho de Gibraltar”.

Estos ochos países son Francia, Italia, Turquía, Grecia, Israel, Argelia y Egipto, además de España, de los cuales solo Francia dispone de submarinos nucleares.

Según el mencionado informe, en total, entre todos los mencionados países podríamos estar hablando de más de medio centenar de submarinos, “que deben compartir escenario con un número indeterminado, aunque no inferior a una decena, de submarinos de otras potencias ajenas a sus costas. La modernización del Arma Submarina de estas Armadas es constante, a lo que se suma el deseo de independencia tecnológica, lo que lleva a algunos de ellos a idear diseños propios, como son los casos de España, Italia y Turquía. Sin embargo, en la actualidad, se puede decir que Alemania manda en cuanto a la fabricación y diseño de submarinos por lo que al Mediterráneo se refiere”.

Paralelamente, otros países ribereños que no cuentan con ellos, como es el caso de Marruecos, aspiran a conseguirlos, sobre todo por que Argelia sí los tiene.

La concentración de submarinos en un mar limitado como es el Mediterráneo lleva a concluir que “disponer de costa y no de submarinos –o no suficientes- es una debilidad estratégica, a lo que hay que sumar la disponibilidad operativa de los mismos para poder contar con unidades en todo tiempo que puedan cubrir las necesidades concretas de cada país”.

Por otro lado, no hay que olvidar que de los mencionados países, no todos disponen de sumergibles con sistemas de generación de potencia independiente del aire que les proporcionan una mayor capacidad de permanencia en inmersión, sin necesidad de subir a cota periscópica.

“Tres países de la cuenca Mediterránea ya cuentan con estos sistemas y otros dos están en proceso de adquirirla. La capacidad de proyectar el poder naval sobre tierra, con misiles anti superficie, es otra capacidad que hasta el momento solamente han demostrado tener Israel y Argelia, y solo el primero a largas distancias. El resto de países, incluida España, podrán alcanzar blancos cercanos a tierra con sus misiles anti buque”.