PSOE

Del PSOE del «after»... al del «spa»

Susana Díaz asegura que «habrá acuerdos» y que la posición tras el Comité tendrá una «mayoría sólida».

La presidenta andaluza, Susana Díaz, se protege ayer de la lluvia durante el desfile militar del 12 de Octubre
La presidenta andaluza, Susana Díaz, se protege ayer de la lluvia durante el desfile militar del 12 de Octubrelarazon

Susana Díaz asegura que «habrá acuerdos» y que la posición tras el Comité tendrá una «mayoría sólida».

«El PSOE ha pasado de vivir en un ‘after’ a vivir en un ‘spa’». Así, para que todo el mundo lo entienda, explicó ayer la situación que vive actualmente el partido socialista después de la batalla interna que ha sufrido durante estas semanas, hasta el punto de forzar la dimisión del candidato a La Moncloa, Pedro Sánchez. Porque ayer, para la mayoría de los barones era prioritario mostrar una imagen de «serenidad» dentro del partido. La presidenta del PSOE andaluz, Susana Díaz, fue sin duda la protagonista del día en la recepción en el Palacio Real. Vestida de un llamativo rojo, se mostró muy receptiva con los periodistas y optimista respecto al clima que se vive dentro del partido: «Estoy segura de que habrá acuerdos», aseguró con la mirada puesta en el Comité Federal que, si no afirmó que se celebrará el día 23, si «cree» que tendrá lugar ese día, en el que dará el «sí» o el «no» a la investidura de Mariano Rajoy. En este escenario, Díaz prefirió no posicionarse en cuanto a la posibilidad de un nuevo gobierno del PP pero sí habló de que tras el Comité habrá una posición determinada con una «mayoría sólida».

Por este motivo, quiso dejar claro que su deber en estos momentos es «arrimar el hombro y apoyar a la gestora», y mantenerse en un segundo plano: «Ahora mismo no toca que hable yo», insistió. «Os vais a cansar de escucharme». Eso sí, la presidenta de la Junta andaluza aprovechó el momento para defender a la presidenta del Comité Federal, Verónica Pérez, quien en la pasada convocatoria del órgano socialista fue objeto de las críticas por su rotunda advertencia de que ella era «la autoridad». Son situaciones como ésta la que hacen pensar a Díaz que el PSOE «no está mal, está peor», aunque dentro de esta situación pidió «tranquilidad» porque, a su juicio, la tempestad está comenzando a serenarse, y se mostró convencida de que el PSOE remontará. Arropó a Fernández y dijo que está teniendo «mucho éxito» en su labor de tranquilizar al PSOE, de modo que ya no hay un «clima bélico» dentro del partido. Una declaración de buenas intenciones que se ensombreció cuando apareció en escena la presidenta de Baleares, Francina Armengol, quien trasladó al presidente de la gestora del PSOE su posición contraria a abstenerse para propiciar la investidura de Rajoy y pidió que se consulte a los militantes, para lo que «luchará hasta el final». Pese a este altercado, siguió reinando el optimismo en el ambiente socialista. El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, prefirió no contestar a la pregunta de si en su partido conviven dos sensibilidades políticas. Consciente, eso sí, de la paradoja que supone el que antaño fuera el apoyo de Pedro Sánchez y ahora mantenga su puesto en la portavocía, aseguró a los periodistas que lo que más le importa en estos momentos es saber explicar a la militancia el motivo de esta situación, aunque no la aclaró ayer en el Palacio Real, rodeado de periodistas. «Va a ser complicado», admitió. Hernando tampoco entró en el terreno peligroso de la abstención, al igual que todos los demás, «porque no hay ninguna decisión». A pesar del optimismo respecto a la recuperación socialista después de la mayor crisis vivida en su historia, los barones tuvieron unidad de criterio y no negaron la gravedad de la situación. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se mostró convencido de que finalmente habrá acuerdo y descartó unas terceras elecciones, pero sí reconoció que el partido ha pasado por una «operación de trasplante y todavía sigue en la camilla con riesgo de hemorragia». En cuanto a la posible abstención, aseguró que «no está claro que vaya a ser en bloque». Por su parte, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, admitió que es delicado el momento que está atravesando el partido y que costará trabajo levantarlo, pero una vez más estuvo convencido de que no habrá unas terceras elecciones, si bien tampoco aclaró si el PSOE se abstendrá o no ante una posible investidura de Rajoy. La ausencia del que hasta que dimitiera en el Comité Federal del pasado 2 de octubre fuera el líder del partido, Pedro Sánchez, apenas fue comentada entre los asistentes socialistas. Sólo Page le dedicó unas palabras, pero para resaltar sus «acuerdos ocultos» con los independentistas, y explicó a los periodistas que algunos de quienes le eran afines «ya se han convencido de que no puede volver a dirigir el partido».

Palabras que parecían estar dirigidas a Antonio Hernando, quien comentó haber hablado con Sánchez después del Comité Federal, pero negó mantenido contacto con él recientemente.

Borrón y cuenta nueva, el Partido Socialista vive ahora pendiente de sus pasos futuros, conscientes de que, en palabras de Emiliano García-Page, el «postoperatorio será complicado». De momento, ayer se respiró cierta unidad: no hablan de abstención, pero sí garantizan que no habrá nuevas elecciones. No apuestan por una investidura, pero confluyen en que lo conveniente es que la segunda votación sea el próximo sábado 30.