Enaltecimiento del terrorismo

«Kubati», el etarra que susurra a los presos

El histórico de ETA hace hoy política. Su misión es que los reclusos más duros acepten arrepentirse para intentar negociar.

«Kubati», durante el homenaje a la etarra fallecida
«Kubati», durante el homenaje a la etarra fallecidalarazon

El histórico de ETA hace hoy política. Su misión es que los reclusos más duros acepten arrepentirse para intentar negociar.

El miembro de ETA José Antonio López Ruiz, «Kubati» y las dirigentes de la izquierda abertzale Oihana Garmendia, Miren Zabaleta y Olatz Dañobeitia quedaron ayer en libertad tras ser detenidas por la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra acusadas de un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo, por su participación en noviembre en un homenaje a la etarra Belén González Peñalba, fallecida en aquellas fechas a consecuencia de un cáncer en San Sebastián, donde cumplía régimen de prisión atenuada desde 2009.

Garmendia y «Kubati» son representantes de la plataforma Kalera Kalera que defiende la excarcelación de los presos de ETA. «Kubati», ahora responsable de la comisión de presos de Sortu, salió de la prisión de Puerto I de Cádiz en noviembre de 2013 en aplicación del fin de la «doctrina Parot» tras permanecer 26 años por 13 asesinatos consumados y 16 frustrados. Garmendia fue encarcelada en Francia en 2009 por pertenencia a ETA y quedó en libertad en 2015, mientras que Miren Zabaleta, hija del histórico dirigente de Herri Batasuna Patxi Zabaleta, estuvo en prisión por su participación en el «caso Bateragune».

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, el arresto de «Kubati» está relacionado con el discurso que pronunció en aquel acto, en el que elogió la trayectoria de Belén González Peñalba en el seno de la banda, lo que puede ser calificado de enaltecimiento. En el texto de la convocatoria del homenaje se aludía a ensalzar toda una vida «dedicada a la lucha... feminista, por los trabajadores vascos y por la liberación de Euskal Herria».

El mundo de los presos de ETA, tal y como adelantó este periódico, vive un momento convulso, con enfrentamientos internos y que cuenta con un sector crítico que cada vez se afianza más en su posición de no arrepentimiento, ni por supuesto, tiene visos de delatar a sus compañeros, ambas líneas rojas para el Gobierno español para conseguir beneficios penitenciarios. La posición que dirige «Kubati» no es cómoda puesto que no ha logrado cumplir la misión que se le ha encomendado de «reconducir» al colectivo de presos a posiciones más flexibles. De hecho, en su discurso en el homenaje a la etarra, «Kubati» subió el tono para lograr el apoyo del colectivo de presos, que en su mayoría no se acogen a la vía del arrepentimiento.

Este homenaje convocado por Sortu fue denunciado por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que había solicitado a la Audiencia Nacional que prohibiera este acto de despedida a la etarra al considerar que de realizarse, supondría una «exaltación de toda la trayectoria terrorista» de la fallecida. Asimismo, insistía en que la organización de ese acto supondría una «humillación» hacia todas las víctimas con las que, según la AVT, los miembros de la banda no tuvieron la «humanidad que ahora reclama Sortu para el resto de condenados por delitos de terrorismo».

La reacción de EH Bildu en Navarra no se hizo esperar. A través de las redes sociales sostenían que las detenciones son «un paso atrás» en el camino hacia la convivencia democrática y suponen una vulneración de los derechos políticos y sociales: «El Estado español vuelve a dar la espalda al deseo mayoritario de la sociedad por avanzar en la convivencia democrática».