Política

Elecciones

Dos tercios de los españoles piden elecciones generales

El «efecto Moncloa» ha desaparecido por las rectificaciones y renuncias ministeriales. Los españoles quieren votar ya.

Para los españoles parece claro el perfil cortoplacista del Ejecutivo de Sánchez
Para los españoles parece claro el perfil cortoplacista del Ejecutivo de Sánchezlarazon

El «efecto Moncloa» ha desaparecido por las rectificaciones y renuncias ministeriales. Los españoles quieren votar ya.

Deshojando la margarita... electoral. Así están en Moncloa tras una semana complicada. O meses, si tenemos en cuenta que, desde el primer momento, con la llegada de Màxim Huerta al Gobierno y su rápida salida, la cosa se empezó a torcer. Y hasta ahora. Con otra ministra y una directora general de Trabajo «dimitidas», el entuerto de la tesis del presidente y la suma infinita de rectificaciones y desmentidos a cuenta de, por ejemplo, las bombas de Arabia y la subida de impuestos, el Gobierno ha perdido lustre. Lustre e intención de voto. El viento de cola con el que desde el PSOE acariciaban el estar en Moncloa ha perdido su brillo. Ya se empiezan a escuchar voces dentro del Partido Socialista que apuestan por un adelanto electoral. La encuesta de NC Report que hoy recoge LA RAZÓN no deja lugar a dudas: el 64,7% de los consultados mayores de 55 años considera que la situación en España se ha deteriorado en estos meses tras la moción de censura. Para el 58,1% está claro que el Gobierno se agarra al poder por propio interés y el 61,4% no ve sostenible gobernar con solo 84 diputados. El horizonte que se abre no es alentador. Aquel aprovechar la labor de gobierno para mostrar «todo lo bueno que un Ejecutivo del PSOE podría hacer» se ha convertido –de la mano de la desaceleración económica y la inacción ante el empecinamiento en el desafío catalán, entre otras–, en un lastre para los altos cargos socialistas que esperaban mayor tiempo de partido tras desalojar a Rajoy de La Moncloa. El desgaste socialista en tan poco tiempo va a más. Desde Ferraz temen lo peor: que Pedro Sánchez, que nunca ganó unas elecciones, fracase en las que él mismo convoque.