Sucesos
El Estado Islámico recomienda el uso de camiones y furgonetas en atentados masivos
Argumentan que el uso de estos vehículos está muy extendido y no levanta sospechas. Además, tienen capacidad de «cosechar» gran cantidad de cuerpos
Argumentan que el uso de estos vehículos está muy extendido y no levanta sospechas. Además, tienen capacidad de «cosechar» gran cantidad de cuerpos.
El Daesh, el Estado Islámico (EI), recomendaba en el número 3 de la revista «Rumiyah» («Roma») cometer atentados con camiones de gran tonelaje (o furgonetas), como el perpetrado el 14 de julio del año pasado en Niza y posteriormente en Berlín, porque «son como cuchillos y extremadamente fáciles de adquirir. Pero, a diferencia de las armas blancas, que pueden ser motivo de sospecha si las encuentran en nuestro poder, los vehículos no representan ese problema debido a su uso generalizado en todo el mundo».
«El uso de un camión es uno de los métodos más completos de ataque, ya que presenta la oportunidad del terror justo para cualquier persona que posea la habilidad de conducir un vehículo», agregan. «Es una de las más seguras y fáciles armas que se pueden emplear contra los infieles, uno de los métodos de ataque más letales y de mayor “éxito en la recolección” de gran número de infieles».
Después, explican que «adquirir un vehículo es una tarea sencilla. No obstante, el tipo de vehículo y sus especificaciones técnicas son factores sumamente importantes para asegurar el éxito de la operación: los vehículos más pequeños no producen el nivel de carnicería que se busca. Del mismo modo, otros, incluidos los de cuatro ruedas motrices, carecen de los atributos necesarios para causar una matanza. Los vehículos más pequeños tienen falta de peso y el espacio de rueda requerido para aplastar a muchas víctimas». Así aleccionan al lector.
«El tipo de vehículo más apropiado para la operación –concluyen– es un gran camión de carga que logrará miseria y destrucción a los enemigos de Alá, demostrando una lección inolvidable para todos los obstinados empeñados en participar en la guerra contra el Estado Islámico», añaden.
Sobre los «infieles», los dirigentes del Daesh dicen que «hay que castigarlos severamente y masacrarlos violentamente para que otros enemigos de los árabes y no árabes estén aterrorizados; y los castigados y masacrados se conviertan en una lección para los demás enemigos y en adelante tengan cuidado».
Incluían su propia «teorización» del crimen: «cuando se trata de iniciar un ataque, es importante definir el objetivo. El ataque de uno puede ser la cosecha de un gran número de muertos. Puede estar dirigido a perturbar la estabilidad financiera de una nación específica. Puede servir simplemente para aterrorizar a los enemigos de Alá y privarlos de un sueño tranquilo. En consecuencia, como el objetivo del ataque varía, el mujahidin (combatiente) debe elegir el método que mejor se adapte a la operación de que se trate».
Los autores del manual de utilización del camión como arma terrorista parecen recrearse con el resultado final de este tipo de acciones criminales, al imaginar a decenas o cientos de «infieles bajo las ruedas del vehículo y el chasis; y dejando atrás un rastro de carnicería».
El Daesh recomienda a los suyos que usen como arma los camiones de gran tonelaje por su capacidad de «cosechar» grandes cantidades de víctimas si se utilizan «adecuadamente». «Esto se demostró magníficamente en el ataque lanzado por el hermano Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, que viajó a la velocidad de aproximadamente 90 kilómetros por hora, con su vehículo de carga de 19 toneladas, en Niza, el Día de la Bastilla. Hay que sumergirse a gran velocidad en una gran concentración de infieles, destrozando sus cuerpos. Con el marco exterior del vehículo, avanzando hacia adelante, aplastando sus cabezas, torsos y extremidades».
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